En la madrugada del pasado 30 de abril, los habitantes del barrio Adams Morgan donde radican las sedes diplomáticas de distintos países en Washington, despertó ante una andanada de disparos que impactaron en el edificio de la Embajada de Cuba ubicado en el 2630 de la calle 16th Northwest, en un atentado terrorista a pesar de la vigilancia que rodea el lugar.

El atentado coincidió con los homenajes al pueblo y gobierno revolucionario de Cuba, al recordar su heroísmo al resistir y derrotar el intento de Estados Unidos de invadir ese país utilizando mercenarios y que comenzó en la madrugada del 17 de abril de 1961 en Playa Girón, Bahía de Cochinos, donde los invasores sufrieron una aplastante e histórica derrota en dos días.

Es imposible no unir estos momentos de la historia, porque desde entonces hasta hoy los gobiernos de Estados Unidos continuaron intentando acabar con el ejemplo que significa la revolución cubana, instalada a sólo 90 millas de sus costas, como un símbolo de la posibilidad de liberación de los pueblos.

No ha existido un sólo período en la historia donde no se hayan producido intentos terroristas, de todo tipo de acciones, incluyendo el terrorismo económico y mediático, en una guerra contrainsurgente, unilateral y continua de EE.UU contra una isla de poco más de 11 millones de habitantes.

La persistencia de los gobiernos estadounidenses en su intento de acabar con una revolución surgida de las entrañas de un pueblo de raíces heroicas, desde la guerra popular anticolonial del siglo XIX, es uno de los hitos en la historia mundial.

Hacer un listado de todos los atentados terroristas de EE.UU. contra Cuba, que desde los intentos de invasión, los bombardeos sobre poblaciones, sólo para producir muerte y daños, la destrucción de sembradíos de caña de azúcar y otras producciones agrarias, o la guerra biológica “sembrando” la gripe porcina o el dengue hemorrágico (1981) que produjo una cantidad de víctimas, tratando de afectar los progresos en salud en la isla y mucho más que esto, llevaría página enteras.

Además, hay que añadir otra larga lista de atentados y sabotajes tanto al interior del país, como en el exterior contra personalidades y países que apoyaran a Cuba o funcionarios y sedes diplomáticas cubanas en diversos lugares del mundo, entre ellos, dos jóvenes diplomáticos cubanos desaparecidos durante la dictadura militar que asoló a Argentina entre 1976 y 1983.

Los servicios de Inteligencia de EE.UU. fueron responsables de la instalación de las dictaduras militares que respondían a la Doctrina de Seguridad Nacional en el esquema de la Guerra Fría que impusieron el terrorismo de Estado en nuestros países dejando miles de víctimas, además de la conformación de una coordinadora de los regímenes del Cono Sur en los años 70 – 80 bajo el nombre de Operación Cóndor, en la que actuaron las organizaciones terroristas cubano-americanas de Miami bajo órdenes de la CIA, como lo hicieron en  operaciones similares en Vietnam (Phoenix) y Gladio en Europa, en esos años del terror.

No es sorprendente que este último atentado contra la embajada de Cuba en Washington, quiera ser presentado como un episodio protagonizado por un individuo:  Alazo Baró, que había llegado de Cuba a Estados Unidos en el año 2010, y al que intentan mostrar como un hombre afectado por problemas  psicológicos, quien actuó por las suyas, como ya lo han hecho en otras situaciones similares.

Sin embargo, el canciller de Cuba Bruno Rodríguez, durante una conferencia de prensa el pasado 12 de mayo, desbarató estos intentos al informar detalladamente sobre los sucesos, determinando que Washington no podía ignorar las secuencias de este grave hecho.

“Puedo informar con toda responsabilidad que Alazo Baró durante su estancia en Miami se asoció a un centro religioso llamado Doral Jesus Worship Center, Centro de oración de Jesús, en Doral, en Miami Dade, al que se aproximan regularmente y en el que se reúnen personas con reconocida conducta a favor de la agresión, la hostilidad, la violencia y el extremismo contra Cuba”, dijo el Canciller después de enumerar antecedentes del responsable directo del atentado.

Demostró que en ese centro Baró se contactó con el pastor Frank López, al que seguía en forma permanente en Facebook, destacando que éste “mantiene estrechas relaciones con personas como el senador Marcos Rubio”. Se refiere al representante republicano por Florida, además asesor de Trump para nuestra región, que conforma el influyente lobby del terrorismo cubano americano de Miami.

También destacó la relación de Baró con el venezolano Carlos Vecchio (mostrando una foto del mismo) “y con otras figuras de conocido extremismo contra Cuba y promotores de la agresión a nuestro país, incluido el congresista (Mario) Díaz-Balart”.

Recordó asimismo que el Vicepresidente de Estados Unidos, (Mike Pence) “curiosamente” había visitado esa Iglesia hace poco tiempo y que había pronunciado un discurso hostil y duro contra Cuba el 1 de febrero de 2019 y también de evidente desprecio hacia América Latina, además de amenazas a la región.

De acuerdo al relato del Ministro, Baró conoció en esa Iglesia al ciudadano de origen cubano Leandro Pérez, “quien en su propio perfil de Facebook (lo mostró en  pantalla) se declara como amigo cercano del tirador, a quien dice conocer y apreciar”. Sobre Pérez sostuvo que era conocido “por sus incitaciones públicas en las redes sociales a favor de acciones de magnicidio en Cuba”, llamando a acciones violentas, precisamente contra el General de Ejército Raúl Castro Ruz y el Presidente Miguel Díaz-Canel Bermúdez.

“Basta con revisar en este momento sus cuentas en redes sociales para encontrar apelaciones como la que ven en pantalla, (que también mostró a los periodistas presentes) mediante la cual llama a atacar con drones lugares oficiales de la ciudad de La Habana”.

Más aún, detalló que el pasado 5 de febrero utilizó Facebook para  amenazar a Cuba con tener listos drones “que se utilizarían para agredirnos” y añadió que “ha usado también las redes y sus contactos para promover ayuda al terrorista Ramón Saúl Sánchez cuya violación sistemática de las propias leyes norteamericanas, provocó la orden de deportación que, sin embargo, no se ejecuta. Los vínculos de Saúl Sánchez con el terrorismo contra Cuba están ampliamente documentados”.

Dio detalles muy importantes sobre Alazo Baró, los cuales nadie podría creer que ignora la inteligencia de EE.UU, y menos sus continuos ataques e incitación a  la violencia contra Cuba.

Desde el punto de vista de cualquier observador, uno se pregunta si un individuo, que tiene detrás una historia semejante puede quedar fuera de la mirada de la CIA o el FBI, y menos con sus relaciones con los mundialmente conocidos personajes de las organizaciones terroristas cubano-americanas de EE.UU. Y si con todo ese historial, pudo desplazarse con semejantes armas y municiones desde Pensilvania a Washington y andar nada menos que por el barrio de las embajadas, que en cualquier parte del mundo siempre tienen vigilancia especial.

Los datos proporcionados por el canciller fueron hasta ahora ignorados por el gobierno de Estados Unidos, y más grave aún, al día siguiente de esta conferencia, la administración norteamericana integró a Cuba en la lista negra de los países que no colaboran con la lucha antiterrorista que supuestamente lleva adelante ese país. Estas naciones son Venezuela, Siria, Irán, República Democrática de Corea y ahora Cuba.

Con esta decisión se ha llegado a un nivel de cinismo aterrador si se considera que esto lo dice el mayor Estado terrorista del mundo, que maneja con otros como Israel y Gran Bretaña, verdaderos ejércitos de mercenarios de varios países del mundo, así como el mal llamado Ejército Islámico, bajo el mandato de la OTAN,  que ha cometido crímenes aberrantes entre las poblaciones de países invadidos como Libia o Siria…

En el caso de Irán, el asesinato   mediante un atentado terrorista brutal del líder iraní, el general Qasem Soleimani, y otros dirigentes de esa región, en la noche del 3 de enero pasado a los cuales dispararon desde aviones estadunidense en el aeropuerto internacional de Bagdad, la capital de Irak, evidenció a adónde está la raíz del terrorismo que está asolando al mundo.

Tanto Soleimani, como sus acompañantes, eran luchadores reconocidos contra el terrorismo que sigue asolando a los países en esa región, como el que aplica Israel en su objetivo de exterminar al pueblo palestino.

El ataque terrorista de Estados Unidos y su asociado en el aeropuerto de Irak, violando además abierta e impunemente, toda legislación internacional  demostró donde están las centrales del verdadero terrorismo  y cuál es la matriz de este flagelo que expande el poder imperial sobre el mundo.

La falta de respuesta de Washington al gobierno de Cuba, junto a las baterías de medidas tomadas contra ese país, deben poner en alerta a la comunidad internacional, especialmente en momentos en que Washington lleva adelante además una campaña siniestra contra las Brigadas Médicas de Cuba que están ayudando en 60 países, entre ellos europeos, a combatir la pandemia del Coronavirus. Ésta también es una campaña terrorista de un imperio en decadencia, a la que hay que darle una respuesta contundente, en defensa de la solidaridad, y de la paz en el mundo, que estos profesionales representan.

Fuente: PLATAFORMA SOLIDARIA DE COMUNICACIÓN

Por REDH-Cuba

Shares