Dichas elecciones generales han sufrido distintas postergaciones y el último acuerdo establecía elecciones para 06 de septiembre próximo. El 23 de julio el Tribunal Superior Electoral del Estado Plurinacional de Bolivia, volvió a postergar la fecha con la excusa de la pandemia, hecho que llama profundamente la atención, evidenciando que para el régimen la vida de los bolivianos y bolivianas solo tiene valor cuando se deben retrasar elecciones, pero no cuando el Estado tiene que brindar el derecho a salud.
Sin embargo, y a pesar de las dificultades, ese pueblo denostado, manoseado y burlado, dijo basta. Desde el lunes 03 de agosto, diferentes expresiones populares del pueblo boliviano llamaron a un paro indefinido, cuyo objetivo es exigir que se lleven a cabo las elecciones en el país y no se sigan postergando de forma sistemática e ilegal con resoluciones unilaterales. La respuesta del régimen fue el discurso amenazador, el miedo y la activación de grupos paramilitares conformados por efectivos policiales-militares y jóvenes de los grupos fascistas de la Unión Juvenil Cruceñista y la Resistencia juvenil Kochala, agrupaciones que expresan en su máxima expresión a los sectores colonizados de la sociedad boliviana en defensa de los intereses del empresariado separatista y pro imperialista, que ahora están financiados y se encuentran bajo las órdenes del gobierno de facto. El ministro Murillo es la cara visible del aparato represor. Temible para con su pueblo, pero dócil con los periodistas de la cadena CNN de los EE. UU.
Desde hace una semana que los sectores campesinos, indígenas, obreros y juveniles están movilizados en las rutas y en las calles. En cada bloqueo, asamblea y bandera se ve una sola consigna: “Fuera Añez”. Ninguna amenaza del régimen ha frenado la lucha. Ninguno de los y las manifestantes ha frenado ambulancias ni insumos médicos.
Al mismo tiempo el gobierno utiliza la intensificación de la protesta para perseguir al MAS, perseguir a sus referentes y avanzar en este proceso de guerra judicial contra el hermano Evo Morales, elemento que no es menor y que debe tomarse en cuenta por todos los actores del campo popular. El MAS es el instrumento político que las organizaciones populares de Bolivia han construido y la derecha lo sabe muy bien.
Desde ALBA Movimientos nos ubicamos en esa lucha por la democracia, la salud, la vida y por el Vivir Bien. Responsabilizamos al régimen de Jeanine Añez, al Ministro Arturo Murillo y a los grupos de choque paramilitares por todos los hechos de violencia que atenten contra la vida de nuestros hermanos y hermanas que ejercen su justo derecho a la protesta, y exigimos el respeto de los derechos humanos y de la vida de quienes están detenidos y detenidas.
De la misma forma, denunciamos a los medios hegemónicos, la OEA, las multinacionales saqueadoras y el gobierno norteamericano que quieren robarnos la vida y nuestro derecho a la autodeterminación y el Vivir Bien. Exigimos a los organismos internacionales a que se pronuncien sobre la persecución política, judicial, militar y policial que lleva adelante el gobierno de facto de Bolivia contra el pueblo que lucha por sus derechos.
Así mismo llamamos a la opinión pública internacional a denunciar los abusos que la derecha y el imperio están cometiendo en Bolivia, y convocamos a las organizaciones populares, partidos, sindicatos, organismos de DDHH, y movimientos antirracistas a solidarizarse con el pueblo de Bolivia y manifestarse en cada uno de los países en la medida de sus posibilidades, y con el cuidado colectivo necesario.
Como organizaciones y movimientos sociales y políticos articulados en ALBA Movimientos, estamos a disposición de las organizaciones y movimientos bolivianos para observar y garantizar los procesos elctorales que sean necesarios.
Siempre en defensa de la paz y la vida. No olvidamos a nuestros hermanos y hermanas caídas en Senkata y Sacaba. No nos olvidamos de la masacre de Pando.
¡Democracia para Bolivia!
¡Basta de racismo y represión!