La farsa de San Isidro marca el inicio de una etapa de “fase aguda” de la batalla comunicacional contra Cuba. Como suele ocurrir en estos casos de manual de Operaciones Psicológicas de las agencias militares y de inteligencia de EEUU, se despliegan desde el contexto digital para de ahí pasar a la calle.

Lo hemos visto una y otra vez en Venezuela, Bolivia, Nicaragua, Ecuador, Argentina y Brasil, como parte del permanente laboratorio experimental del imperialismo, que emplea la misma fórmula para generar los pretextos que le permitan activar más sanciones e incluso para justificar una aventura bélica. Crean el problema y prometen una solución que deriva en más sufrimiento para nuestros pueblos.

Desde medios privados digitales y desde laboratorio de intoxicación de la ultraderecha de la Florida, hemos visto que culpan al gobierno cubano de incitar a la guerra civil y hasta exigen una intervención militar de fuerzas internacionales encabezadas por EEUU. Como acaba de pedir Osvaldo Gutiérrez Boronat, filoterrorista y compinche de Félix Rodríguez, el agente de la CIA y uno de los asesinos del Che Guevara, están esperando que haya un muerto.

Esta táctica de guerra sicológica pudiera escalar en las próximas horas. Es por eso que la Unión de Periodistas de Cuba se solidariza con la decisión del Ministerio de Cultura de no reunirse “con personas que tienen contacto directo y reciben financiamiento, apoyo logístico y respaldo propagandístico del Gobierno de los Estados Unidos y sus funcionarios. Tampoco lo hará con medios de prensa financiados por agencias federales estadounidenses.”

Y agregamos algo más: esos medios hiperpartidistas, dedicados a la polarización y la intoxicación mediática, no hacen periodismo. Están al servicio de una maquinaria de información tergiversada o directamente falsa al servicio de objetivos políticos declarados. No han logrado tener de su lado a un solo periodista de nuestros medios públicos, esos que ellos insultan, premian en ausencia y acosan permanentemente para desmovilizarnos y para manipular a diestra y siniestra.

Llamamos a nuestros colegas a estar permanentemente informados y cohesionados, denunciar las provocaciones, dialogar con todos los que genuinamente quieren hacerlo y reforzar las alianzas con los profesionales de la comunicación en el mundo para generar los contrapesos necesarios ante la cadena de desinformación internacional que ya está en curso.

Como periodistas y comunicadores de un país que ha sido víctima del terrorismo en todos los órdenes, literal y mediáticamente hablando, denunciamos la manipulación y oportunismo político para encubrir una operación de guerra de cuarta generación extremadamente peligrosa.

Decimos alto y claro: Diálogo sí, chantaje jamás.

UNIÓN DE PERIODISTAS DE CUBA

 

Diciembre 4, 2020

 

Por REDH-Cuba

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