Sería lamentable que los pueblos del Mundo no aprovechemos las nuevas grietas que la pandemia del Covid-19 ha dejado no solo al sistema capitalista y al imperialismo, entendido éste como su fase superior, sino sobre todo las que ha dejado al imperio estadounidense.
Desde hace décadas, EEUU ha estado perdiendo espacio y poder en, por lo menos, 4 ámbitos estratégicos: económico, militar, tecnológico y energético, situación que los medios de comunicación hegemónicos han escondido pero que, el coronavirus ha estado visibilizando e incluso acelerando. Sobre este tema y sus detalles hemos estado escribiendo los últimos meses, no obstante, merece la pena repetir, las veces que sea necesario que, EEUU se encuentra en una situación económica precaria con una deuda impagable, con reservas de oro que no le dan ni para cubrir el 2% de dicha deuda, con una balanza comercial deficitaria desde los 70 y cada vez más dependiente de China, y con una moneda, el dólar, que no ha dejado de perder valor.
Esta situación ha desatado un reordenamiento mundial y una confrontación entre potencias, nos referimos a EEUU y China, en la que el país del norte se encuentra en franca desventaja y perdiendo cada vez más espacio, poder y hegemonía. China avanza con su proyecto comercial de la nueva Ruta y Franja de la Seda, que no es solo comercial y por lo tanto no es cualquier proyecto. Se trata de una propuesta que tiene implicaciones en lo monetario y en lo financiero constituyéndose en una amenaza para uno de los principales músculos que el imperialismo y el imperio norteamericano han empleado para dominar y extorsionar a los pueblos.
Luego que culminó la II Guerra Mundial, EEUU ha contado con por lo menos 2 grandes poderes: el militar (siendo su principal instrumento la OTAN) y el monetario, el cual a su vez ha contado con dos instrumentos poderosísimos: 1) el dólar debido a un acuerdo imperial en Breton Woods a través del cual se le otorgó a dicha moneda la exclusividad de ser la de referencia mundial, posteriormente en 1973, al desprenderla del patrón oro, basarla en la “confianza” de la economía estadounidense y convertirla en la única moneda con la cual se podría comprar petróleo. 2) El monopolio del Sistema de pagos a nivel mundial, el SWIFT que no es otra cosa que una gran alcabala mundial por la cual debe pasar, literalmente, todo el mundo cada vez que quiera realizar una transacción financiera y cuyas decisiones la toman los dueños de la Reserva Federal de EEUU.
Este reordenamiento mundial que el Covid-19 ha estado acelerando y que implica la cada vez mayor pérdida de hegemonía militar y económica del imperio estadounidense no necesariamente se traducirá en un cambio automático del modo de producción basado en la explotación del trabajador ni mucho menos en el fin inmediato del sistema capitalista incluso y a pesar de que, la pandemia también ha puesto de manifiesto la crisis y el fracaso de dicho sistema. Sin embargo, esa pérdida de espacio, de poder y de hegemonía del imperio estadounidense es una gran oportunidad para que los pueblos que decidan transitar hacia un sistema de igualdad, justicia y humano puedan hacerlo sin tantas trabas y obstáculos impuestos por EEUU.
Desde que Truman en 1947 estableció su Doctrina de Contención del Comunismo, la cual se sumaba al Telón de Acero que Winston Churchill hizo caer sobre Europa en 1946, hemos observado cómo cada vez que los pueblos han iniciado revoluciones socialistas, los gobiernos de EEUU en el marco de guerras totales y no convencionales han buscado imponerse y contenerlas mediante bloqueos financieros que le son posibles por el hecho de tener el monopolio de la alcabala financiera del mundo con el SWIFT. También hemos observado cómo han agredido a los pueblos a través del ataque a sus monedas buscando doblegarlos por hambre, lo que le ha sido posible al imperio gringo por el poder que le fue otorgado en Breton Woods el cual fue posteriormente repotenciado en 1973 por Nixon y Kissinger al desprenderse del patrón oro, crear las monedas fiduciarias y los petro dólares.
El que el mundo se reordene y avance hacia el multilateralismo y hacia un sistema monetario que no dependa exclusivamente del dólar y que no cuente con un único sistema de compensación de pagos constituye no solo una pérdida de poder de EEUU, sino que, a la vez, se perfila como una oportunidad de oro para los movimientos revolucionarios que buscan avanzar hacia un sistema justo y humano. Oportunidad que debería ser aprovechada para ganar tiempo y espacio, y de esa manera ir consolidando este otro sistema igualitario y humano, mostrar sus logros para socavar las bases que todavía sostienen ese modo de producción explotador y creador de desigualdades, pobreza, hambre y miseria.
En este contexto proponemos algunas tareas en el marco de la agenda antimperialista post pandemia. Tareas que apuntan al objetivo estratégico de sumarnos a la aceleración del reordenamiento de un mundo que sea pluripolar y multicéntrico y que implique la pérdida de la hegemonía de EEUU y por lo tanto su poder de contener revoluciones socialistas. Para ello consideramos necesario:
- Dejar en evidencia, en cada rincón del Planeta, la precaria situación económica, comercial, monetaria, financiera, tecnológica, militar y cultural de EEUU.
- Amplificar con lupas gigantes lo que ya ha sido visibilizado en pandemia: el fracaso del sistema capitalista para dar respuesta a las necesidades de los pueblos que no solo se limita a la prestación de los servicios de salud sino a su capacidad de generar desigualdades, pobreza y hambre en el mundo.
- Desenmascarar las armas económicas que ha empleado el imperio estadounidense para doblegar a los pueblos. Y en este punto, la propuesta radica no solo en denunciar el bloqueo económico y financiero o el ataque a las monedas. Es necesario denunciar las estructuras y herramientas que le otorgan el poder de bloquear y manipular monedas. Proponemos realizar campañas contra el sistema monetario basado en una sola moneda de referencia mundial, en este caso el dólar, así como campañas contra el sistema financiero mundial sustentado de manera exclusiva en el SWIFT.
- Relacionado con el punto anterior, impulsar el reordenamiento económico mundial para que se base en nuevas reglas comerciales no impuestas por EEUU; en un sistema monetario en el que muchas monedas sirvan de referencia para no otorgarle el poder a ninguna nación y no cometer el mismo error de Breton Woods; en un sistema financiero con infinitos sistemas de compensación de pagos y evitar los monopolios de alcabalas financieras en el mundo.
- Ante la estrategia del imperio y del imperialismo de despolitizar a los pueblos mediante la despolarización (fenómenos que hemos venido observando en Nuestra América bajo el manto de un discurso de “Unidad”) mantener y profundizar la conciencia de clase, la organización y la movilización de los pueblos.
Aprovechemos la oportunidad que nos da la decadencia del imperio estadounidense para avanzar hacia el socialismo. No hay tiempo que perder, sobre todo porque, mientras tanto, los grandes capitales, en una onda de reinvención, están elaborando su Plan Imperialista Post Pandemia, si es que ya no lo tienen listo.