El paro nacional sigue dando que hablar en Colombia y el mundo. También la represión y los crímenes del terrorismo estatal del gobierno de Iván Duque. De allí que esta misma semana el Tribunal de los Pueblos haya condenado al régimen por genocida.
Para hablar de la actual situación, entrevistamos al dirigente del Congreso de los Pueblos, Jimmy Moreno, quien expresa el sentir de quienes están en la lucha diaria por transformar el país, con justicia social y soberanía.
¿Cómo está la situación del paro nacional? ¿Sigue dándose el mismo nivel de movilización del mes anterior?
– Les compartimos que hoy estamos en el marco de los 51 días de paro nacional, el hecho de llegar a este momento, evidentemente muestra que hay un pueblo que se sostiene en dinámica de lucha y resistencia. El paro nos ha demostrado que tiene flujos y reflujos propios de las luchas de nuestro país. Si bien, algunos sectores manifestaron que están cambiando de táctica, vemos que la lucha se está fortaleciendo en otras ciudades, como Medellín, Bogotá, Pasto, Bucaramanga, vemos imágenes de cómo las primeras líneas se reorganizan en el paro. En Cali se empezó nuevamente a potenciarse el ejercicio de recuperación de la resistencia. Si bien muchos sectores, sobre todo los más organizados están en otra lógica, porque tiene otras apuestas, el pueblo ha entendido que el fortalecimiento del paro nacional es para garantizar que las propuestas de la gente sean ganadas a través del calor de la lucha.
-O sea, que el pueblo sigue cumpliendo la consigna que “el paro no para”. Y eso pese a la gran represión.
-Quiero comentar que las condiciones no cambiaron, el terrorismo de estado sigue fuerte, la represión, persecución, la judicialización a la protesta social, siguen fuertes las prácticas en ese término de toda esa línea genocida que tiene el estado. Esta semana se ha condenado internacionalmente al estado colombiano por este genocidio que viene en curso y que se ha venido denunciando: todos los asesinatos contra líderes y lideresas de derechos humanos. Por otro lado, en términos de las condiciones, vemos que este es un gobierno que no escucha, que no quiere negociar con los sectores que tienen estas posibilidades de sentarse a conversar y resolver este conflicto. Por otro lado, la agenda que se lleva a cabo en el Congreso de la República, envía el mensaje de que no se escucha al pueblo y que van a defender los intereses financieros y políticos. El miércoles el Congreso de la República, difunde un proyecto de garantizar la “matrícula cero” que beneficia al movimiento estudiantil que viene exigiendo recursos, presupuestos, condiciones de educación digna, educación de calidad. También, se difunde el proyecto que protege al fracking, desde hace rato las comunidades vienen rechazando y se viene haciendo proceso de movilización en las regiones para defender el agua y los ecosistemas de estrategia. Eso, no lo escucha el estado, pero a través de la maquinaria que gobierna, se beneficia a esos intereses. Paralelo a eso, hay una exigencia de reforma de la justicia, a esa justicia acá no la reconocemos porque está a favor de los ricos, de la corrupción y de la mafia, de los que evidentemente están sacando ventaja. La Procuraduría General de la Nación se contradice con el gobierno, el gobierno dice que no hay plata que hay que hacer ajuste y reforma fiscal y la Procuraduría, a cargo de Magarita Cabello, habla de hacer una serie de reformas en su entidad para generar empleos, en términos de alimentar la maquina político electoral que está en función a las entidades, y no en investigar casos de corrupción. Hace unos días la Procuraduría archivó 10 mil casos que estaban en investigación por corrupción, que de esta manera beneficia a los sectores que están comprometidos con la extracción de los recursos. Así vemos que evidentemente en el país se está profundizando la pobreza, se profundiza la disputa de la lucha de clases. Entre los sectores oligárquicos, criminales y asesinos y los pueblos.
Todos los días vemos dinámicas importantes y creemos que es esencial el espíritu asambleario que se está haciendo en muchas regiones del país, el pueblo se está autoconvocado, se generan procesos de gobiernos propios, de construcción de poder popular. Así, el 6, 7 y 8 de este mes hicimos un ejercicio que llamamos la Asamblea Nacional Popular, para fortalecer esta perspectiva que tienen las comunidades en la cuales se está diciendo “Necesitamos avanzar y construir agenda nacional propia” y en la perspectiva de construcción de poder popular.
-Escuchamos algunas críticas, sobre todo en Medellín, de quienes se movilizan, planteando que el Comité Nacional del Paro, estaba tirando para atrás las movilizaciones, ¿eso es así o es parte de la ebullición y la radicalización que se da particularmente en algunos procesos más que en otros?
-Digamos que hay varios actores que están jugando, en esta dinámica del paro nacional. Uno es el Comité Nacional de Paro, donde están las centrales obreras y otras organizaciones de carácter nacional que tienen dinámica política y organizativa. Por otro lado, la Minga indígena y luego, este proceso de las asambleas populares, que recogen primeras líneas, organizaciones populares, juventudes, delegados de las asambleas populares. En el primer escenario, un sector del Comité Nacional de Paro tiene como visión que esto se resuelve dentro del marco electoral y en la perspectiva de 2022 y lo ve como un único escenario. Ellos se juntaron y ahí está el Movimiento Obrero Independiente y Revolucionario (MOIR), entidades agropecuarias, algunos sectores liberales que han tomado el control de las centrales obreras y ellos hicieron una rueda de prensa, que no fue del Comité de Paro, sino del espacio que ellos llaman “comando nacional unitario” que los agrupa. Ellos llaman a cambiar de táctica y disminuir y desmontar el paro. Eso no corresponde a lo que se viene discutiendo, no se discutió siquiera en el comité nacional de paro. De hecho, genera rechazo, la gente entiende que lo que estamos diciendo es que hay que fortalecer el paro, la lucha popular, hay que mirar cómo exigir al gobierno que cumpla nuestros acuerdos y tenemos también perspectiva más amplia, la construcción de la patria, construir un país distinto. Eso genera discusiones, tensiones en el movimiento, que es diverso, que es amplio, con distintos intereses en juego, pero sabemos que la gente en sus propias dinámicas, diversidades y desarrollos, está construyendo formas para alimentar y sostener este paro nacional.
-Por lo que hemos leído, en esta línea desmovilizadora están algunos políticos, incluido el propio Gustavo Petro, que apuesta a lo electoral y de alguna manera trata de llevarse algo de esta movilización. Es un fenómeno que se repite en otros países también, frente a la movilización popular de envergadura, siempre hay algunos que están especulando, tratando de llevar agua para su molino, ¿cómo ves eso?
-Hay líderes y organizaciones que tienen ese cálculo, en la elección de 2022. Pero creemos que no es el único escenario, que allí no se agotan las posibilidades, sabemos que el régimen de Colombia está muy fortalecido, este régimen tiene el control de las fuerzas militares y no va a permitir que los cambios se generen de manera democrática y participativa. Conocemos el carácter criminal y asesino de quienes gobiernan. No por eso estamos hablando de 80 muertes en el marco de este paro nacional. Por eso reconocemos esos liderazgos y estamos siendo crítico y autocríticos de estas posturas, no todo puede ser en pos de esos procesos electorales, lo que hay que hacer pues es fortalecer el movimiento, la lucha popular, las nuevas expresiones organizativas, darle voz a los jóvenes, a la primera línea, a los que resisten, luchan y fortalecen el paro nacional. Los dirigentes pueden tener cálculos, incluso los partidos políticos y movimientos que agrupan sectores que apoyan esa postura, sus bases también están fortaleciendo este movimiento y paro nacional. Es la disputa que se está dando ahora desde lo institucional, en la defensa de la democracia fallida y otros mecanismos de participación. Y, por otro lado, sectores fuertes que sostienen en este momento el paro nacional y tienen perspectiva más a largo plazo, más estratégica, y creemos que allí lo político electoral sería un camino que no ayuda a dar las disputas con los gobiernos y el régimen de Colombia.
-Días atrás hubo una explosión en Cúcuta, que permitió conocer, fuera de las fronteras de Colombia, que allí se entrenaban militares norteamericanos del Comando Sur, algo que se sabía pero siempre es bueno tener pruebas en ese sentido. Esta explosión trajo efectos secundarios en ese tema. Por otro lado, las acusaciones del ministro Molano, y de Iván Duque que dijo esto es el ELN, esto es la FARC o los “Peluso”. ¿qué crees que pasó en Cúcuta?
-El hecho de que se de esto en un contexto donde el país está altamente militarizado y donde los mayores presupuestos se destinan a la guerra del país, a la inteligencia. No sabemos cómo suceden estas cosas, sobre todo en el lugar de una guarnición militar. Se parece a cuando se asesina a líderes sociales en territorios militarizados y la policía no actúa de ninguna manera, entonces se generan dudas sobre las acciones. Otro elemento, es que antes de iniciar el paro nacional, Colombia estaba siendo parte de un papel internacional, donde Estados Unidos quería invadir el pueblo hermano de Venezuela. Entonces, el paro retrasa ese plan de injerencia. Lo que pasa en Cúcuta está demostrando que en Colombia hay presencia de las tropas de Estados Unidos. Tropas que están apoyando un plan de injerencia, contrainsurgente, plan contra el movimiento social popular, y eso es grave. Es un hecho que está violando la soberanía, la autonomía de los pueblos y que evidentemente demuestra que el gobierno de Duque y el uribismo, están arrodillados a los intereses de Estados Unidos. Más allá del hecho mismo, de esa explosión, o este carro bomba, hay situaciones que se investigan porque todo parece dudoso. Queda evidenciado cómo Estados Unidos es parte fundamental de la construcción del terrorismo de estado y tiene el poder para avanzar en planes injerencistas que están por fuera de los intereses de Estados Unidos en Colombia, sino en todo nuestro continente. Llama a hacer un alerta a los pueblos para que miremos desde los mecanismos de denuncia, de solidaridad cómo desde la lucha popular seguimos combatiendo a este enemigo en común que es este imperialismo de Norteamérica que quiere seguir despojando a los pueblos y tener control político, social y mediático para poder desarrollar estos intereses en contra de la autonomía.
Fuente: TeleSur