José E. Nováez: Hola, estamos en este segundo espacio “Diálogo en REDH”, para continuar hablando de los temas que nos preocupan y ocupan como ciudadanos de Latinoamérica y el mundo. Hoy vamos a estar hablando de un inmenso y hermoso país que atraviesa por una situación política y social muy compleja, nos referimos a Brasil, el gigante sudamericano, una de las economías emergentes en las primeras décadas del siglo xx, de los países que más rápido creció, miembro del BRICS, de las economías que se creía que en un período de tiempo corto iban a desplazar a las economías hegemónicas centrales del sistema capitalista, y que de hace unos años para acá está sumido en una profunda crisis económica, política y social, agravada con la COVID.

Para hablar de la situación de Brasil nos acompaña hoy João Batista Lemus; João Batista Lemus es un líder sindical de larga data, comenzó en el sector de la metalurgia junto con el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, actualmente es miembro del Comité Central del Partido Comunista de Brasil, es presidente del Partido Comunista de Brasil en el estado de Río de Janeiro, y es miembro también del Capítulo Brasileño de la REDH. João, bienvenido, un abrazo grande.

João Batista Lemus: Sí, un abrazo a todos, agradecer a la gente que están haciendo un buen trabajo aquí en Brasil, incluso de apoyo a la creación de la vacuna, importante, ¿cómo se dice en español?

José E. Nováez: Vacuna.

João Batista Lemus: Vacuna, porque el gobierno brasileño es un gobierno negacionista, los problemas de la vacuna están muy lentos en el Brasil, voy a dar los datos de la COVID acá en Brasil.

José E. Nováez: João, quería comenzar hablando precisamente de la situación en Brasil en la actualidad. Actualmente Brasil presenta un panorama desolador, los números de muertos diarios por la pandemia, la cifra total de fallecidos por la COVID, la situación epidemiológica que están atravesando grandes ciudades del país, de crisis en el sistema hospitalario y de salud es verdaderamente desolador, entonces quería que nos comenzara hablando un poco de qué factores determinaron que un país grande y con tantas posibilidades económicas como Brasil llegara a la situación actual, y si el gobierno está haciendo, en su criterio, lo suficiente, o está haciendo algo para enfrentar la crisis en la actualidad.

João Batista Lemus: Sí, usted presentó Brasil como un inmenso país, éramos ya como la sexta, séptima economía del mundo, hoy ya pasamos a ser la décimo segunda, décima cuarta economía del mundo. Hoy en Brasil estamos ya teniendo casi cuatrocientas mil muertes por la COVID, en esa última información de ayer para hoy, trescientas setenta y ocho mil muertes en Brasil por la COVID, en las últimas veinticuatro horas tres mil cuatrocientas setenta y una muertes; este es un problema muy grave, muy grave.

El segundo problema es la situación de la inseguridad alimentaria, cerca de ciento veinticinco millones de domicilios, de familias hoy, viven algún grado de inseguridad alimentaria, inseguridad alimentaria es que no tienen toda la alimentación necesaria diaria, cerca de tres millones de millones de brasileños pasan hambre.

¿A qué se debe esto?, como usted preguntó. Acá en Brasil estábamos construyendo un proyecto nacional que lo tenían muy claro los gobiernos de Lula y Dilma, a través del frente Brasil Popular, estábamos haciendo un trabajo de mejor distribución de agenda, un trabajo de integración de América Latina de forma soberana y solidaria a través del MERCOSUR, la CELAC, a través de UNASUR, ahí ustedes también en la integración con el ALBA, alianzas muy importantes, y un alineamiento con el BRICS, Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, era un gobierno que estábamos construyendo con nuestros aliados a través de la distribución de la agenda.

El salario mínimo en Brasil comenzó una recuperación del poder adquisitivo, era una forma muy grande de distribución de la agenda, fortalecer la industria nacional, una industria importante para el desarrollo de cualquier país; más con el golpe a Dilma, el gobierno de Lula y Dilma, asumió Temer, quien era vicepresidente de Dilma, y traicionó, comenzó a trabajar un proyecto acá en Brasil que nosotros llamamos neoliberal, donde el mercado regula las relaciones sociales, esto dentro de un neoliberalismo donde los grandes ignoran a los pequeños, entonces acá hubo un proceso muy grande concentración de la riqueza en manos de pocos, muy grande, muy grande, y en Brasil un por ciento de los más ricos retienen la mayoría de la riqueza, un gran por ciento, tres por ciento de los más ricos en Brasil poseen casi la mitad de la riqueza que produce el país, entonces acá la gente habla que seis familias en Brasil retienen la riqueza del cincuenta por ciento de la población brasileña; la población brasileña de doscientos siete millones, seis familias tienen la riqueza de cincuenta millones, igual a cincuenta millones, esto se debe a un gobierno neoliberal, con la hegemonía de la financiación de la economía, de las bancas, el rentismo, eso fue promovido por Temer; y se propiciaron las condiciones para una campaña muy grande, que llamamos acá la campaña de la Operación Lava Jato, con el objetivo de denunciar a los gobiernos de Dilma y Lula como gobiernos corruptos, y ahí los grandes medios de comunicación, el poder judicial, todo esto, ambos haciendo campaña para acusar a Lula de ser corrupto sin presentar ninguna prueba, lo que, de forma muy injusta, fue presentándose en los medios de comunicación.

En nuestro país existe una estructura muy grande en la base popular, los sectores populares aquí en Brasil son muy orientados por las iglesias neo-pentecostales, las que también hicieron un trabajo junto a la campaña Lava Jato para mostrar al gobierno de Lula como un gobierno corrupto, entonces presentaron a Bolsonaro como el salvador de la patria; este es un problema que tenemos que analizar los gobiernos de izquierda, la poca relación orgánica con los pueblos.

Teníamos con el gobierno de Lula un proyecto de nación, pero el pueblo se organizó poco para defender este proyecto de nación; hoy hay un proceso de institucionalización de la política con poca participación de los pueblos de forma organizada para defender un proyecto nacional, soberano, solidario, en nuestro país; este fue un gran problema, no conseguimos educar al pueblo, organizar al pueblo, para defender ese proyecto de nación.

Las fuerzas hegemónicas acá, el gobierno de izquierda del PT ahora está aprendiendo que en un país tan grande como el nuestro un combate con el imperialismo estadounidense sería fatal porque Brasil es un país estratégico acá en América Latina y en el mundo, entonces hubo una cierta subestimación de la lucha de clases, los imperios no nos dejan crecer a nosotros acá en América, todos prefieren, incluyendo a Estados Unidos, que no nos desarrollemos, entonces nosotros hace meses atrás declaramos de forma muy clara que la operación Lava Jato, con Sergio Moro al frente, estaba trabajando junto con la inteligencia americana, con el ministerio de Justicia de los Estados Unidos, y con el FBI, para desgastar el gobierno de Lula, para mostrarlo como un gobierno corrupto que quería traicionar al pueblo, entonces con la participación de los grandes medios masivos de comunicación, que defendían y defienden los intereses del capital financiero, de los grandes capitales que viven de la aplicación de un mercado financiero con inmensas ganancias, entonces apoyaron todo ese trabajo muy sustentado por la inteligencia de los Estados Unidos, hecho que ha sido comprobado, porque ahora el propio Supremo Tribunal Federal reconoció que Sergio Moro, que era juez en Curitiba, una provincia aquí de Brasil, estaba muy ligado a la inteligencia de los Estados Unidos, y fue comprobado eso por el propio Supremo Tribunal Federal, lo que llevó a la suspensión de Moro en relación a los golpes de Dilma y Lula en ese proceso, por eso ganó Bolsonaro.

Y el gobierno de Bolsonaro es un gobierno negacionista, niega la ciencia. Bolsonaro cuando comenzó la pandemia no usaba máscara, hablaba de que la vacuna no resolvería el problema, él es el principal responsable de la muerte de casi cuatrocientas mil muertes por COVID nuestro país, vidas perdidas, vidas perdidas, y sobre todo, José, la mayoría de los muertos por COVID pertenecen a las familias de las clases más populares, las mujeres y los negros, porque acá existe un racismo estructural contra la población afrobrasilera, como la llamamos acá.

José E. Nováez: João, resulta muy interesante en el análisis que usted ha ido desarrollando de cómo se fue madurando y concretando el fenómeno político Bolsonaro, y usted mencionaba el papel del movimiento neoevangelista, neopentecostal, en la construcción de una base social para el ascenso político de Jair Bolsonario; cuando uno lee sobre el tema, vemos que estas denominaciones neoevangélicas, neopentecostales, han ido ganando mucha fuerza en el continente, y particularmente en Brasil son un ejemplo paradigmático de cómo la alianza de estas denominaciones con determinados actores del poder político pueden llevar a que un individuo como Jair Bolsonaro, con una trayectoria política bastante compleja, por decirlo de alguna forma, llegue a la máxima dirección del estado brasileño, y parte importante, usted decía que la mayor parte de las víctimas de la pandemia en Brasil la han puesto los pobres, y sin embargo son los pobres precisamente los sectores de la sociedad donde más desarrollo están teniendo todas estas denominaciones que tienen en el liderazgo carismático un peso significativo.

Entonces la pregunta que quería hacerle es cómo se traduce este auge del neoevangelismo en la sociedad brasileña, cómo se refleja, cómo es visible, qué implicaciones tiene para la sociedad brasileña, y cómo puede ayudarnos a entender el fenómeno político Jair Bolsonaro.

João Batista Lemus: Sí. Bolsonaro era un capitán del ejército, no era oficial, no era general de las fuerzas armadas de Brasil, era un diputado, era, ocupaba un escaño en el Congreso, y en veinte años nunca presentó un proyecto en el Congreso, y a partir del año 2013 comenzó una campaña para derrocar a Dilma con el apoyo de los medios de comunicación, enarboló las banderas contra la corrupción, eso es muy histórico en Brasil; en Brasil siempre los golpes de las elites corruptas trabajan con los medios masivos contra la corrupción, como pasó con el golpe militar de 1964, que acusaba a la izquierda, que impulsó la reforma agraria, el desarrollo soberano del país, entonces hicieron una campaña diciendo que el gobierno estaba ligado a la corrupción, y esta es una cuestión muy importante; esta misma campaña anticomunista que pretende mostrar que estamos en contra de la religión. Nosotros, el Partido Comunista, desde la Constitución del ‘46, ha defendido la libertad de credo, credo religioso, porqué acá estaban prohibidas la religión de matriz africana, entonces el estado tenía que ser laico, independiente de la religión, pero no prohibía la religión, la religión forma parte de la cultura de los pueblos, entonces nosotros no estamos contra la religión; dentro del Partido Comunista hay también sacerdotes, hay mucha gente religiosa, es un credo íntimo de cada persona, pero es obvia una campaña que pretendía hacer ver que los comunistas estaban contra todo esto, que los comunistas eran el Anticristo, así se fue haciendo una cultura muy fuerte ligada a las campañas anticomunistas, y también presentando la religión, sobre todo la iglesia evangélica, como un programa de prosperidad, entonces cuando más es la miseria, más son necesitadas y vulnerables las familias, más eran propuestas de la necesidad de un salvador, entonces Bolsonaro se colocaba con dos banderas acá, Dios encima de todo y Brasil en primer lugar, por supuesto que Bolsonaro no tiene a Dios por encima de todo ni a Brasil en primer lugar, porque era cercano a Trump, tenía una relación muy estrecha, carnal, con Trump, con el imperialismo estadounidense, y también no tenía a Dios por encima de todo porque Dios, ¿qué es Dios para Bolsonaro?, Dios para Bolsonaro es su riqueza, el hijo de Bolsonaro compró una casa, una residencia ahora en Brasilia por seis millones de reales, seis millones, acá una casa modesta llega a costar doscientos mil reales, doscientos mil reales, las hay también de cincuenta mil reales, pero su hijo compró una casa de seis millones de reales, entonces ese es Dios para él.

En el pueblo se incrementó, sobre todo en los sectores más populares, la necesidad de que se haga algo para disminuir el hambre, el desempleo, la falta de vivienda, las dificultades de las necesidades básicas de la vida, entonces esa iglesia neopentescostal creció, surgida en los Estados Unidos a través de la religión neo carismática desde los años veinte para acá, y entonces la iglesia carismática tiene una fuerza muy grande y se enfrentó a la iglesia católica, que presentaba una perspectiva de más pasión  de los pueblos, de la división de la agenda, que es lo que Cristo predicaba, la multiplicación de los panes y los peces. La teología de la liberación trabajaba para el pueblo, un sector progresista de la iglesia católica trabajaba también en ese proceso de educación popular a través de Paulo Freire, que fue un gran educador que al mismo tiempo alfabetizaba a las personas y también creaba la conciencia social en las personas, les enseñaba que era posible una nueva sociedad, un nuevo mundo era posible, un mundo más fraternal donde la riqueza sería mejor distribuida, pero la iglesia católica fue perdiendo terreno antes la iglesia carismática ya que representaba un peligro para los ricos, para el poder, la concientización de los pueblos, y prevaleció acá dentro de la iglesia católica la iglesia carismática, que se apartó del pueblo.

   Y nosotros también, los partidos que defienden la transformación social, los partidos que defienden la lucha, debemos hacernos también una autocrítica en ese sentido, por qué nos distanciamos, nos divorciamos, del pueblo más pobre, por qué no organizamos al pueblo en los barrios, en las zonas más apartadas de la ciudad, en los barrios periféricos, ya que ahí vive, ahí habita, la clase trabajadora, entonces nos apartamos también del pueblo; y sin embargo, por esa falta de perspectiva, la iglesia que aquí llamamos la más conservadora, ligada a Bolsonaro, que defendió a Bolsonaro, fue la iglesia neopentescostal, un sector de la iglesia evangélica que se politizó, construyeron partidos, compraron canales de televisión, por ejemplo, la iglesia neopentecostal acá compró la TV Record, y TV Record disputa la audiencia con TV Globo, la iglesia neopentecostal compró TV Record y utiliza los instrumentos de comunicación de masas, compra canales de televisión, para a través de los canales de televisión también llegar al pueblo, entonces son varios canales que utilizaron en la creación de partidos, el Partido Republicano acá, que representa el treinta por ciento del Congreso de Diputados, entonces tiene una fuerza política, y así Bolsonaro se eligió senador, entonces tiene mucha fuerza, toda la élite se considera neopentecostal, evagélicos.

Acá en Río de Janeiro y en algunos sectores de Sao Paulo se articularon y se hacen llamar milicianos, y Venezuela no, en Venezuela miliciana es la gente que pertenece a la militancia del pueblo, acá no, acá un miliciano es un paramilitar, son poderes paralelos; la familia de Bolsonaro es una familia ligada a los milicianos, que todos los milicianos también se consideran evangélicos, entonces han construido un trabajo y poder paralelo al estado, y así llegaron al gobierno a través de Bolsonaro, ese que está llevando a la desgracia a su país, porque nuestro país ha llegado a ser el epicentro de la COVID en el mundo, ciento veinticinco millones de personas padece inseguridad alimentaria, cerca del quince por ciento de la población está desempleada, cuarenta y nueve por ciento de los trabajadores sin registros, sin estar legalizado su vínculo laboral, su vínculo de trabajo, la tercerización del mercado de trabajo, y eso reduce cada vez más el poder adquisitivo de los trabajadores, entonces Bolsonaro es el responsable de esa desgracia.

Ahora nosotros también tenemos que ver esa parte, por qué dejamos que accedieran al poder esas fuerzas neofascistas, la gente que estudia a Gramsci sabe que él hablaba que cuando dentro de una crisis orgánica de una sociedad persiste esta situación aparecen muchas posibilidades de que surjan liderazgos totalmente destructivos de la sociedad, entonces surgen muchas posibilidades de formar una sociedad, entonces faltan alternativas, perspectivas para el pueblo, y es deber de nosotros, de la izquierda, de los partidos y las bases populares, construir una unidad que represente perspectivas para el pueblo, de resolver sus problemas más concretos, el empleo, la vivienda, la educación, la salud, que es fundamental para los pueblos abrir perspectivas para un futuro más digno para la nación.

José E. Nováez: João, Brasil tiene uno de los sistemas de medios corporativos más poderosos del continente latinoamericano, y más influyentes incluso extra fronteras. Quería preguntarle entonces, quería que nos hablara un poco qué relación han, tiene, y qué papel han jugado los grandes medios de comunicación en Brasil, cuál es su relación con el poder, y qué papel han jugado en la criminalización de la izquierda y el proceso de ascenso a la ultraderecha en el país.

João Batista Lemus: Sí. Acá en Brasil, yo debía hablar primero de la cuestión de la COVID, acá no tenemos un sistema único de salud pública, integrado, eso es muy importante, desde la prevención hasta la cirugía, todo el sector de la salud es público, la situación de la COVID sería más grave en nuestro país, dependemos acá de un sistema único de salud y dependemos de la calificación.

Los medios de comunicación aquí siempre han estado ligados a las clases dominantes, a las clases del poder, por eso es necesario construir medios de comunicación alternativos, por ejemplo, Sergio Moro, este personaje del que les hablé, que fue uno de los artífices del golpe, ligado al FBI y al Ministerio de Seguridad, este hombre era endiosado por los medios, era endiosado, tanto, que pensó ser candidato a presidente de la República, Bolsonaro lo eligió ministro de Justicia, siendo responsable de todo la trama montada para acusar de corrupción a Lula, que la casa de él era un desvio y que era financiado con dinero de PETROBRAS, eso todo fue desenmascarado por un grupo de periodistas como ustedes, de ahí la importancia de la Red, eso un fundamental, un grupo de periodistas que descubrió la trama de Moro contra los intereses nacionales y para señalar a Lula como corrupto, en eso jugó un papel muy importante la prensa alternativa, los medios alternativos, que en Cuba ustedes tienen un sistema muy bueno, pero acá es muy necesario, pero esa prensa tuvo un posicionamiento crítico del gobierno,  acá los medios de comunicación siempre estuvieron a favor de las clases dominantes.

Ahora existe un cambio en los grandes medios porque las clases dominantes también se dividieron, hablamos que acá en la época de la esclavitud existieron    casas grandes donde vivieron los señores esclavistas, y la sensala, que era donde vivían los esclavos, acá hablamos que en la casa grande hay una división, se han dividido, las clases dominantes hoy se dividieron porque vieron que Bolsonaro está llevando a Brasil a una situación de pobreza, está perjudicando también a sectores de las clases dominantes, a los ricos, gracias a Bolsonaro, Brasil se ha convertido en una gran hacienda para exportar productos primarios e importar productos con mayor valor agregado, sería la primarización de la producción en Brasil, y no crecer la industria, pero con Bolsonaro la primarización lleva a la desindustrialización del país; esta política ha afectado al sector de los ricos, al sector de las clases dominantes, son liberales, pero tienen gran influencia en los medios de comunicación; entonces hoy los grandes canales de televisión, TV O’Globo, está contra Bolsonaro, contra Bolsonaro.

Esto ha tendido también a la división del poder judicial, el Tribunal Supremo Federal también se dividió, esto favorece a la gente, a nosotros los pueblos, los que luchamos por la transformación, nos es necesario explorar las contradicciones de las clases dominantes, es importante porque la correlación de fuerzas nos es desfavorable, entonces es necesario unirnos para dividir a los de encima, y ellos están divididos, entonces el poder judicial, llegó a la conclusión el propio Supremo que Lula no robó, él fue absuelto del toda la trama montó que Sergio Moro para acusarlo de corrupto, que desvió finanzas de PETROBRAS para enriquecerse, esto fue desmontado, Lula no robó, Sergio Moro estaba ligado a esa trama junto con el FBI y el Ministerio de Justicia de los Estados Unidos para perjudicar al Brasil, todo eso en función de intereses económicos en nuestro continente y a nivel mundial que impiden el desarrollo del Brasil; acá están desarrollando sobre todo la ingeniería civil de la construcción civil, Odebrecht,  esas empresas nacionales de construcción civil estaban disputándose el mercado, entonces eso no le interesa a los Estados Unidos de América, por eso trabajaron para derrocar el gobierno de Dilma y elegir a Bolsonaro.

Bolsonaro no era un hombre de ellos, el hombre de ellos era el gobernador de San Paulo, pero en la investigación que representaba a la burguesía liberal, comenzó a crecer, y ahí las clases dominantes para derrotarlo, y que era candidato de Lula, apoyó a Bolsonaro, ahora están arrepentidos porque Bolsonaro está llevando a Brasil a una situación de caos, entonces gran parte de los medios de difusión están en contra de Bolsonaro, están haciendo campaña contra Bolsonaro, pero los medios siempre van a estar ligados a los intereses de poder de las clases dominantes que están en el poder, y es importante saber que las clases dominantes tienen de su parte a las fuerzas armadas, al poder judicial, las leyes para dominar a los pueblos, para construir una fuerza hegemónica, se apoyan en la educación, se apoyan en la sociedad civil, para construir ideas y consensos, la iglesias, todos son instrumentos de dominación de la sociedad civil al servicio de la clase dominante que está en el poder, y nosotros debemos ocupar ese espacio en la sociedad civil para construir una nueva hegemonía, una hegemonía de un país soberano, con un proyecto nacional de gobierno que camine hacia el socialismo, esa es la cuestión.

   La otra, hay una crisis geopolítica, el crecimiento de los centros dinámicos de la economía mundial, está China, están otros países; el imperio, el imperialismo estadounidense influenció mucho en el golpe al gobierno de Dilma acá en Brasil, pero el alineamiento de nosotros con el BRICS fue fuerte, y para ellos Brasil no podía ser soberano, el crecimiento de China es muy fuerte, China se presenta como alternativa, y China no es un país imperialista, es un país rico pero no es imperialista, un país que tiene un proyecto de construcción soberana, un país rico que está construyendo el socialismo de acuerdo con sus particularidades; entonces eso fue un factor también fundamental para el golpe aquí en Brasil, de cierta forma tienen el apoyo de Bolsonaro también.

 José E. Nováez: João, el año que viene, 2022, hay elecciones presidenciales en Brasil; Bolsonaro, con vistas a este proceso, acaba de decir, la declaración es de hace unos pocos días, “Que un pueblo que vote a un tipo como Lula merece sufrir”, estas fueron sus palabras textuales. ¿Qué posibilidades se abre en el nuevo escenario con, ahora, el proceso de declarar inocente a Lula, de habilitarlo políticamente?, ¿qué posibilidades se abren con el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva presentándose como candidato para las elecciones de 2022?, y en su opinión, ¿cuáles son los principales retos para una posible candidatura de Lula?, y más allá, con vistas a la agenda social del país, y con vistas a, digamos, a revertir toda esta agenda neoliberal que se ha implantado en los últimos cuatro, cinco años.

João Batista Lemus: Esto, esa declaración de Bolsonaro es una declaración de desespero, porque la absolución de Lula no se dio de forma gratuita, sino a través de un proceso muy largo, y Lula libre, y la construcción de un frente amplio aquí en Brasil para unir todas las fuerzas políticas con el objetivo de ir aislando cada vez más al gobierno de Bolsonaro; esa política de frente amplio ha sido muy acertada, mostró en la práctica su cohesión, porque nosotros conseguimos, logramos conquistar el poder judicial, logramos dividir a las clases dominantes, y eso es muy importante para las elecciones de octubre de 2022, entonces nosotros hablamos que 2021 es una travesía, el punto de salida, y el punto de llegada es el 2022; en esta travesía debemos trabajar en todo un proceso de construcción de la unidad popular y de un frente amplio, es al lugar donde debemos llegar.

Entonces estaba hablando que ese proceso de absolución de Lula, de Lula inocente, fue producto de una lucha democrática en Brasil, nosotros fuimos capaces de construir la unidad de las fuerzas populares, democráticas, que en Brasil se llama Frente Brasil Popular, unimos las centrales sindicales de trabajadores para defender el empleo, para defender el aumento de salario, todo esto contra Bolsonaro, hicimos un trabajo muy fuerte para derrotar a su gobierno, y la absolución de Lula fue una conquista democrática acá en Brasil producto de la lucha de los pueblos y de la solidaridad internacional, sabemos que el gobierno de Cuba ayudó y apoyó la campaña de Lula Libre, fue muy importante la campaña de todos, muy importante también la campaña de la democracia aquí en Brasil.

Ahora Bolsonaro esta aislado, aislado cada vez más, no tiene condiciones para gobernar el país, si Bolsonaro continúa en el poder van a haber más muertes por la COVID, entonces hay una campaña ahora por invalidar a Bolsonaro, instalar una comisión parlamentaria, que ya fue aprobada en el Senado, para denunciar, investigar, las atrocidades, los crímenes de Bolsonaro sobre todo en el estado de Amazonas, donde han muerto muchas personas por descuido, por el atraso en vacunar a las personas, entonces nosotros vamos a trabajar para antes de octubre de 2022 sacar a Bolsonaro del gobierno a través de un impeachment, ¿cuál es el objetivo del impeachment?, es un impedimento para probarlo en el Senado y después en el Congreso, en la Cámara Federal. La COVID está impidiendo el encuentro del pueblo en las calles, las manifestaciones en las calles, porque un impeachment debería ser acompañado por una gran movilización social contra Bolsonaro, denunciar los crímenes de Bolsonaro, llegaremos a julio de este año con medio millón de personas fallecidas por la COVID, quinientas mil personas fallecidas, y es responsabilidad del gobierno de Bolsonaro, por eso estamos comenzando un movimiento por el impeachment a Bolsonaro acá; en ese proceso del impeachment estamos construyendo la unidad de las fuerzas populares, porque lo que se está viendo ahora no es solamente un salvador de la patria, cambia a Bolsonaro por Lula; Lula puede ser también utilizado por los medios de comunicación para hacer un gobierno liberal, Lula tiene que llegar ahí para construir un proyecto de nación y reconstrucción nacional, con soberanía nacional, con soberanía popular, eso es fundamental, porque nosotros sabemos que cualquier gobierno que se apoye en un proyecto de nación soberana en Brasil va a sufrir ataques del imperio, del imperialismo estadounidense, entonces es necesario que las personas cobre conciencia, aprenda de las lecciones, nosotros también estamos aprendiendo de las lecciones para no volver a subestimar la lucha antimperialista, cómo desarrollar la conciencia política y social, cultural, de las masas, y utilizando todas las herramientas posibles que están en nuestras manos, la cultura es fundamental, los medios alternativos son fundamentales, la educación es fundamental, y cómo ocupar los espacios territoriales en los barrios para unir al pueblo, para educar al pueblo, y construir la contrahegemonía de las fuerzas conservadoras, que han sido trabajadas por la iglesia neopentecostal, por los milicianos de los grandes medios, nosotros tenemos que construir una contrahegemonía y organizar al pueblo, la clase trabajadora, empleada o desempleada, formal o informal, unir a la juventud, la juventud estudiantil, la juventud popular, es importante, unir a la intelectualidad, y así poder construir una nueva hegemonía en Brasil, por eso es que Lula es el líder de este proceso, y Lula tiene hoy más condiciones de liderar este proceso de un proyecto de nación, un proyecto de nación que va a profundizar la soberanía nacional, que va a profundizar la soberanía, la democracia representativa y la democracia participativa, así los pueblos participarán de la construcción democrática.

Hoy, José, hay un distanciamiento, un divorcio, entre el Congreso, entre los representantes políticos y el pueblo, hay una crisis de representación, hay muchas contradicciones entre representantes y representados, es necesario construir esa representación que le posibilite a Lula representar un programa de soberanía nacional, de integración de América Latina, dependemos de la patria grande, eso es fundamental hoy dentro de la geopolítica, es fundamental para todos nosotros, para Cuba, la Revolución Bolivariana en Venezuela, para Brasil, es fundamental esa integración porque somos una región rica, un pueblo rico, con muchas riquezas minerales, y podemos lograr un gran desarrollo; entonces Lula representa este movimiento, un movimiento libertador, Lula podrá jugar un gran papel.

Nosotros estamos conscientes de que podemos vencer en 2022, puede ser que saquemos antes del gobierno a Bolsonaro por medio del impeachment, estamos construyendo esta unidad.

José E. Nováez: Muchas gracias, João, por haber conversado esta tarde con nosotros, muchas gracias por habernos acompañado en este espacio que se llama “Diálogos en REDH”, que es un esfuerzo conjunto del Capítulo Cuba de la REDH y de la Unión de Periodistas de Cuba.

Nosotros estamos seguros de que el pueblo brasileño sabrá abrirse camino en medio de esta situación tan delicada, sabrá apostar por un futuro mejor, y sabrá sacar las lecciones adecuadas de estos cuatro años de neoliberalismo en Brasil.

Ha sido un gusto, de verdad, conversar con usted, ha sido un gusto visibilizar un poco más esta batalla cotidiana que está dando el pueblo brasileño, que están dando amplios sectores de la izquierda, visibilizar la delicada situación social del país, y por supuesto, sirva esta conversación como una denuncia más a la barbarie del neoliberalismo cada vez que llega al poder en algunos de nuestros países.

João Batista Lemus: Disculpa mi portuñol, estaba en una reunión con un compañero de Cuba, me dijo: “Batista, habla en portugués”, que es mejor, entonces yo tengo muchos amigos allá, Ramón Cardona, un compañero que murió pero continúa muy vivo dentro de mí, porque fue un gran maestro en la lucha de la clase trabajadora a nivel mundial, Chacón también fue una gran compañera de luchas.

Acá estamos trabajando con esa determinación, Lula es un simple obrero que habla el lenguaje de los pueblos, que consigue llegar a ese pueblo que está hoy atendido de forma muy irracional por la iglesia evangélica, el bolsonarismo. Lula trabaja, por eso Bolsonaro ya está con miedo, pero no podemos subestimar la resiliencia de Bolsonaro, debemos construir con mucha inteligencia la unidad de los pueblos, la unidad de las fuerzas progresistas, democráticas, así será imposible votar el bolsonarismo acá en Brasil y retomar el camino del desarrollo social, de la integración solidaria y soberana con América Latina, es muy importante la comunicación para desarrollar esas nuevas ideas emancipatorias en nuestro continente. Y yo les agradezco mucho.

José E. Nováez: Muchas gracias, João, un abrazo grande, y hasta la victoria siempre.

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Por REDH-Cuba

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