Según la Ley Helms Burton tiene que ser el Presidente de EE UU, y nadie más, el encargado de decidir (determine) quiénes podrían formar parte de un hipotético gobierno cubano en cuanto las instituciones de la Revolución sean destruidas.

La Ley Helms Burton codifica la política de agresión contra Cuba hasta el último detalle, y describe las condiciones que los cubanos tienen que cumplir y aceptar para que el bloqueo vigente desde hace seis décadas sea levantado. Según la Ley Helms Burton será nada menos que el Presidente de EE UU el que decidirá si los votantes cubanos han elegido un Gobierno de transición aceptable para EE UU y que, por tanto, será digno de existir (*A). Sólo cuando el Presidente del gran país del Norte se declare satisfecho con la elección de la pequeña isla engorrosa, se iniciarían pasos para dilucidar si es posible terminar con la agresión económica, diplomática, mediática y financiera que genera penurias y muertes en un pueblo inocente (*B).

O sea, el Departamento de Estado tiene que aprobar a cada miembro del hipotético futuro Gobierno de transición post revolucionario, independientemente de la elección del pueblo cubano. Si EE UU concluye que el pueblo de Cuba ha elegido a un Gobierno inaceptable para los planes e intereses estadounidenses, la agresión para estrangular a Cuba continuará independientemente de que haya protestas o no (*C). La población civil cubana se verá obligada a entender que las bellas frases de libertad y de elecciones libres, eran pura superchería y tendrán que revolucionar el país una vez más.

El objetivo profundo del bloqueo y la Ley Helms Burton no es solamente provocar miseria y desesperación en el seno de la población civil, de modo que se rebelen contra su gobierno, sino abolir la legislación cubana sustituyéndola por la estadounidense.    Los informes de prensa sobre las recientes protestas  han sido falsificados o inflados, a causa de la escasa magnitud de las revueltas si se las compara con las ocurridas en Chile o Colombia. Pero el tratamiento periodístico ha sido, por lo general, doctrinariamente “correcto”: la angustia cubana es simple y se explica por el fracaso del socialismo en el Caribe;  las autoridades cubanas mienten cuando hablan del involucramiento gubernamental estadounidense. Ciertos detalles se ocultan o se banalizan, por ejemplo que EE UU ha recrudecido el bloqueo con más de 240 sanciones que dificultan horriblemente la vida del pueblo e imposibilita el comercio con empresas e instituciones extranjeras, que desearían hacer negocios con Cuba. Ese encarnizamiento contra la población cubana se ha producido en medio de la pandemia, e incluso ha imposibilitado el recibimiento de ayuda humanitaria del exterior (1) o la adquisición de respiradores en el mercado internacional (2).

Ni una sola de las medidas agresivas de Donald Trump han sido anuladas por Biden. El bloqueo contra Cuba ha sido condenado 29 veces en la ONU por abrumadora mayoría de la Comunidad Internacional. Sólo EE UU e Israel han defendido el asedio. Como el bloqueo no sólo va dirigido contra Cuba, sino que afecta extraterritorialmente a todas las empresas, instituciones y países del mundo, se trata de un delito flagrante contra el Derecho Internacional.

El bloqueo contra China fue levantado en la época de Nixon. El de Vietnam terminó en los años 80. El asedio contra Cuba continúa. Ni siquiera en las narraciones bíblicas uno encuentra una barbarie semejante. Mientras Cuba esté expuesta a la agresión más prolongada de la historia en forma de un bloqueo estrangulante, es una mentira piadosa –o una ilusión políticamente correcta– aseverar que “el socialismo ha fracasado en Cuba”. Mientras existan el bloqueo y la Ley Helms Burton nadie puede saber cómo se desarrollaría Cuba sin el asedio norteamericano. Una vez desaparecido ese asedio, los cubanos podrían instaurar un sistema próspero y aún más democrático, sin depender de la última palabra del señor Presidente de un  país extranjero. Imagínense cómo florecería la pequeña isla en virtud de su población altamente calificada, si tuvieran la posibilidad de comerciar con todos los países del mundo. La mentalidad vengativa de EE UU lo impide, mediante el bloqueo y la Ley Helms Burton: independientemente de las protestas callejeras y de la votación anual condenatoria de la Comunidad Internacional.

                        ***

Notas:

[1] https://apnews.com/article/virus-outbreak-global-trade-cuba-united-states-jack-ma-2858fbaa2dd5460fa2988b888fc53748

[1] http://misiones.minrex.gob.cu/en/articulo/blockade-us-company-buys-key-lung-ventilator-manufacturing-firms-covid-19-and-suspends-0

 

*A

Helms Burton Act. (a) Presidential Actions.–Upon submitting a determination to the appropriate congressional committees under section 203(c)(1) that a transition government in Cuba is in power, the President, after consultation with the Congress, is authorized to take steps to suspend the economic embargo of Cuba

*B

Helms Burton Act. (6) Democratically elected government in cuba.–The term

        «democratically elected government in Cuba» means a government

        determined by the President (of the USA) to have met the requirements of

        section 206.

SEC. 4. <<NOTE: 22 USC 6023.>>  DEFINITIONS.

Se: Helms Burton Act, SEC. 201. <<NOTE: 22 USC 6061.>>  POLICY TOWARD A TRANSITION GOVERNMENT

            AND A DEMOCRATICALLY ELECTED GOVERNMENT IN CUBA.)

*C

Helms Burton Act (14) To take steps to remove the economic embargo of Cuba

        when the President (of the USA) determines that a transition to a

        democratically elected government in Cuba has begun.

 

 

Por REDH-Cuba

Un comentario en «La ley Helms Burton no permitirá elecciones libres en #Cuba. Por René Vázquez Díaz»
  1. […] Para el imperialismo norteamericano, el tema de Cuba no tiene nada que ver con multipartidismo. ¡Qué nadie se llame a engaño! Si tuviéramos en nuestra patria cien, mil partidos y mantuviéramos nuestros sueños de independencia, soberanía y la determinación de construir una sociedad más justa que la capitalista, igual estaríamos condenados. Lo más perverso de nuestro caso es que la Ley Helms-Burton lo tiene codificado: que aún en caso de que nos rindiéramos e hiciéramos “supuestas elecciones libres”, cosa que no va a suceder, (ni lo sueñen), aún así, el presidente de Estados Unidos, por ley, tiene la potestad de dar el visto bueno para aceptar el resultado o no. La prueba de la afirmación anterior se fundamenta en el artículo bien documentado del escritor cubano radicado en Suecia, René Vázquez Díaz publicado en la Red en Defensa de la Humanidad titulado «La ley Helms Burton no permitirá elecciones libres en Cuba«. […]

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