El hombre que partió en dos la historia contemporánea de América Latina porque hay un antes y un después de Fidel. Y desde esa pequeña isla del Caribe se convirtió en un protagonista de la política mundial, no sólo por resistir toda su vida el criminal bloqueo estadounidense concebido para destruir a la Revolución Cubana y porque su iniciativa de acudir en auxilio de Angola y Sudáfrica en su lucha contra el «Apartheid» fue decisiva para acabar con ese flagelo, como lo reconoció públicamente el propio Nelson Mandela. Y lo hizo no sólo contrariando la voluntad de Washington sino también la de Moscú, aferrado al salvavidas de plomo de la «coexistencia pacífica». Además, en 1992, en la Cumbre de la Tierra en Río, Fidel advirtió que la humanidad estaba en peligro, que la incesante agresión del capitalismo contra el medio ambiente estaba destruyendo las condiciones que hicieron posible la aparición de la especie humana en la Tierra. Sus palabras rebotaron en la sonrisa burlona y sobradora de los principales líderes mundiales (hundidos ya en la cloaca de la historia como Carlos Menem, Fernando Collor de Melo, Patricio Aylwin, el lobbysta Felipe González, George Bush padre, Carlos Salinas de Gortari, Alberto Fujimori, etc.) y hoy hasta el más mediocre e ignorante político burgués repite asustado lo que Fidel alertó hace casi treinta años.
Aparte de todo esto erradicó el analfabetismo y enseñó a otros a hacerlo; instauró un modelo de atención médica pública de calidad con índices en algunos casos muy superiores a los de los países desarrollados; fomentó como muy pocos el acceso de las clases y capas populares a las artes, la música, la cultura en general y el deporte, como se volvió a comprobar en los Juegos Olímpicos de Tokio y en lugar de enviar tropas y mercenarios por todo el mundo envió médicos, enfermeros y alfabetizadores. Sería largo enumerar la proyección universal de Fidel. Como si lo anterior fuero poco Cuba es el ÚNICO país del Tercer Mundo que hoy puede desarrollar vacunas propias contra el Covid-19, para vergüenza de países como Argentina, Brasil, Chile, Colombia, México incapaces de ello, a pesar de no sufrir los estragos del bloqueo. En suma: ¡Una figura gigantesca, un Prometeo que repartió la luz entre los pueblos del mundo! ¡Honor eterno al Comandante!!!
Fuente: REDH Argentina