Las redes sociales están llenas de fotos tuyas, mensajes, canciones. Tuitamos para ti, enviamos mensajes por el facebook para no dejar de decirte cuanto eres importante para Nuestra América. Las tecnologías hoy son nuestro mensajero, tiene ventajas y desventajas. Un día hablamos de esto en una reunión de intelectuales. Hoy, 13 de agosto de 2021, quiero hablarle de emociones.
Verte de verde-olivo fue un mensaje fuerte. Siempre estuviste preparado para lo que sea como tantas veces has dicho. Paseo por tu historia.
Guerrillero del Tiempo, un suceso como ha sido “la Historia me absolverá”. Paseo por la Sierra Maestra y vuelo a los años 50, siglo atrás. Volví a los 17 como bien cantó Violeta Parra. Amanecí en Santiago vísperas del Moncada. La historia no empezaba allí, pero de aquella casita saldría un sueño en revolada. Iniciaba el más lindo y consecuente viaje hacia la libertad de una isla llamada Cuba, colonizada desde su descubrimiento en el siglo 15, violentada, azotada por sus detractores, invadida, estuprada, sangrando en las manos crueles de Batista, hasta que los barbudos surgidos de las clases de la universidades, de las calles de las pequeñas provincias, de las cocinas, decidieron cambiar la historia.
Comandados por ti – jóvenes como tu empuñaron armas y tomaron el Moncada en el lejano 26 de julio de 1953. De aquellos muchachos, Abel, Frank, otros tantos dejaron sembrados sus ideales en tierras y aguas cubanas, otras vidas, de afuera, engrosaron las hileras de la lucha como el inolvidable médico argentino, batallador por la libertad – el Che. Vino la prisión, México, el desembarco del Granma, la lucha en la Sierra Maestra, las columnas, el pueblo sumándose cada día hasta llegar un enero. La Habana te recibió en fiesta. Los barbudos ganaron el mundo. Un nuevo siglo surgió gracias al Moncada. Difícil, casi imposible, pero usted Comandante jamás dejo un instante de creer en el hombre, en la toma de consciencia, en el crecimiento de un pueblo que nada tenía a no ser su propia voluntad. Durante décadas juntas vencieron todas las vicisitudes, desde las naturales, hasta las más crueles e infames agresiones del imperio.
Hoy, conmemoramos tus 95 años. No conmemoramos una edad contada en calendarios, sino en hechos sembrados por el planeta. Médicos, maestros, artistas, poetas, escritores, pintores, obreros participan en brigadas ayudando a crear un mundo mejor, todavía no el idealizado, pero el posible.
Podría pasar horas nombrando logros de tu revolución única, impar. Falta todavía. Siempre faltara, solamente no faltara lo indispensable para ser feliz – la solidaridad que tan bien sembraste por los caminos.
Siempre estaremos atento a tu enseñanza. Alégrate. Jóvenes, adolescentes, grandes y chicos por el mundo te aman, compañero Fidel Castro.
Virtualmente, pero verdadero, te envió desde un verde Brasil un abrazo apretado, con un gran cariño como el que tu diste y das, típico de hombres forjados en el amor a la Patria.
Cuba, está de fiesta, nuestros corazones también.
Marilia Guimaraes