Al decir de Federico Engels, la primera vez que se pretendió instalar la dictadura del proletariado sustituyendo a la dictadura de la burguesía ocurrió en la Comuna de París en 1871llevada a cabo por los obreros parisinos. El intento fracasó a los pocos meses. A pesar de la resistencia heroica de los comuneros la Comuna fue ahogada en sangre por las fuerzas contrarrevolucionarias francesas con la ayuda de invasores extranjeros. La segunda ocasión en establecer ese nuevo tipo de Estado se produjo en Rusia como resultado de la Revolución Socialista de Octubre de 1917. La Revolución de Octubre logró desalojar a la burguesía y al zarismo del poder y condujo a los trabajadores a decidir los destinos de la sociedad mediante la original forma de poder estatal de los Soviets. Los Soviets surgieron espontáneamente durante la Revolución Rusa de 1905 a partir de los Comités de Huelga organizados en los centros laborales industriales que se enfrentaban al despotismo zarista. De la conducción de huelgas los Comités pasaron a responsabilizarse en asuntos económicos y sociales de la comunidad donde estaban enmarcados y formaron destacamentos armados para combatir al ejército monárquico. La Revolución de 1905 fue aplastada, pero su experiencia determinó que en la de Octubre de 1917 de nuevo surgieran los Soviets y en esa ocasión alcanzaron el poder. El triunfo se logró durante el II Congreso de los Soviets, parlamento representante de los obreros, campesinos y soldados, que sesionaba en Petrogrado. El Congreso estaba integrado por diputados de diferentes partidos: bolchevique, menchevique, social revolucionario (eserista), eseristas de izquierda, así como parlamentarios sin filiación partidista. El partido bolchevique era el más influyente. Debido a esta circunstancia puede decirse que la toma del poder revolucionario en Petrogrado por el II Congreso de los Soviets fue un acto multipartidista.

Posteriormente, según se iba radicalizando el proceso revolucionario, los diferentes partidos fueron abandonando su participación en la dirección de ese proceso. El último fue el de los eseristas de izquierda, que salió de la dirección soviética por sus discrepancias con el Acuerdo de Paz de Brest-Litovsk, negociado con Alemania en marzo de 1918. Desde ese momento el Partido Bolchevique se constituyó en el único partido político dirigente del proceso revolucionario ruso, asistido por diputados sin filiación partidista.

La característica esencial de la dictadura del proletariado de aquellos tiempos era que las elecciones no eran generales pues no toda la población de Rusia podía participar en ellas aunque tuvieran la edad para ello. Solo los obreros trabajadores, los campesinos trabajadores y los intelectuales trabajadores podían ejercer el voto y ser electos a los cargos públicos. Quienes tenían propiedades para explotar trabajo ajeno y quienes habían pertenecido a los cuerpos zaristas no tenían derecho ni a elegir, ni a ser electos. Así se recogía en los preceptos de la Constitución soviética de 1918 en el Artículo 65.

Artículo 65. Se niega el derecho a elegir y ser elegido a las siguientes personas…


– Personas que emplean mano de obra contratada con fines de lucro;
– Personas que viven de ingresos no derivados del trabajo, como intereses sobre el capital, ganancias de empresas, ingresos de propiedades, etc .;
– Comerciantes privados e intermediarios comerciales;
– Monjes y ministros de religión;
– Empleados y agentes de la policía anterior, el cuerpo especial de gendarmería y el departamento de policía secreta, así como miembros de la ex familia imperial;
– Personas declaradas locas por procedimiento judicial, así como personas en tutela;
– Personas condenadas por delitos pecuniarios y crímenes infames  declaradas a su vez por ley o por decisión judicial.
Era la dictadura del proletariado basada en la alianza obrero-campesina, aunque mucho mas democrática que la anterior dictadura de la burguesía, pues ahora los que la ejercían eran la inmensa mayoría de la población y no una pequeña parte como antes. Las limitaciones electorales en la URSS se modificaron en la Constitución de 1936, cuando se estableció que toda la población, sin restricciones clasistas, podían elegir y ser elegidos. Para ese entonces la base social de la URSS era solamente de obreros y campesinos, por lo que el Estado siguió siendo una dictadura del proletariado.

Algo diferente ocurrió durante la II Guerra Mundial, cuando el Ejército Rojo en su contraofensiva contra las tropas hitlerianas iba liberando a su paso un país tras otro antiguamente ocupados por la Alemania nazi. Allí se establecían Estados antifascistas pero, a diferencia de la Revolución de Octubre de 1917, la estructura socio-clasista que sostenía el poder era de obreros, campesinos, pequeña burguesía y la parte patriótica de la burguesía nacional. Por esa razón a ese nuevo tipo de Estado socialista se le denominó “democracia popular”.

En resumen, en la dictadura del proletariado se ejerce el poder exclusivamente por la alianza de los obreros y los campesinos; mientras que en la democracia popular el poder se ejerce por los obreros, los campesinos y, además, por la clase media (pequeña burguesía) y partes de la burguesía nacional. Ahí reside la esencia de la diferencia entre los dos tipos de Estado desde el punto de vista de su base social.

En el caso de Cuba no fue un partido político el que dirigió la insurrección popular contra la tiranía de Fulgencio Batista que condujo al triunfo de la Revolución Cubana el Primero de Enero de 1959. Esa misión político-ideológica y militar la cumplió el Ejército Rebelde encabezado por su Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz y que constituía  el brazo armado del Movimiento 26 de Julio. El Ejército Rebelde, con su programa de lucha y sus acciones de vanguardia, se ganó el apoyo mayoritario del pueblo y aglutinó a su alrededor a los partidos políticos y las organizaciones revolucionarias que combatían contra el régimen batistiano. Muestra de ello fue la creación del  Frente Cívico Revolucionario el 20 de julio de 1958 en Caracas, capital de la Venezuela ya liberada de la dictadura de Marcos Pérez Jiménez. El documento constitutivo del Frente se denominó Pacto de Caracas y fue firmado por los representantes de las organizaciones siguientes: Fidel Castro, Movimiento 26 de Julio; Carlos Prío Socarrás, Organización Auténtica; Enrique Rodríguez Loeches, Directorio Revolucionario; David Salvador, Orlando Blanco, Pascasio Lineras, Lauro Blanco, José M. Aguilera, Ángel Cofiño, Unidad Obrera; Manuel Antonio de Varona, Partido Revolucionario Cubano (A); Lincoln Rodón, Partido Demócrata; José Puente y Omar Fernández, Federación de Estudiantes de la Universidad; capitán Gabino Rodríguez Villaverde, ex oficial del ejército; Justo Carrillo Hernández, Grupo Montecristi; Ángel María Santos Buch, Movimiento de Resistencia Cívica, y doctor José Miró Cardona, coordinador secretario general. Posteriormente el Partido Socialista Popular se adhirió al Pacto de Caracas y envió a la Sierra Maestra al Dr. Carlos Rafael Rodríguez como su representante.

Al triunfo de la Revolución, de inmediato se pusieron en práctica las medidas de beneficio popular anunciadas en el Programa del Moncada, lo que demostró al pueblo que esta vez sí se trataba de una verdadera revolución. La agresión imperialista para descabezar el movimiento revolucionario y la respuesta que en su defensa desplegó el Gobierno incitaron aún más la radicalización de las masas. Lo profundo y acelerado del proceso descolocó a varias de las organizaciones políticas y movimientos que habían suscrito el Pacto de Caracas. Querían revolución, pero no tanta. Las que se mantuvieron firmes al lado del pueblo y encabezaron la dirección de las acciones ulteriores fueron el Movimiento 26 de Julio, el Directorio Revolucionario 13 de Marzo y el Partido Socialista Popular. Los demás participantes del Pacto de Caracas se apartaron del proceso revolucionario y paulatinamente pasaron al campo de la contrarrevolución, arrastrando con ellos a parte de la clase media (pequeña burguesía) que representaban.

Las tres organizaciones mencionadas comenzaron a vincularse en sus acciones y a partir de julio de 1961 se integraron en las Organizaciones Revolucionarias Integradas (ORI), lo que generó un proceso en el cual quedaron disueltos el Movimiento 26 de Julio, el Directorio Revolucionario 13 de Marzo y el Partido Socialista Popular como entidades independientes.

No obstante los avances alcanzados, también se manifestaron errores de concepción y de aplicación práctica en el funcionamiento de la nueva organización. El mas grave resultó ser el sectarismo surgido como tendencia entre determinados dirigentes del Partido Socialista Popular. La desviación tomó fuerza debido a que su principal responsable era Aníbal Escalante Dellundé, quien ocupaba la decisiva responsabilidad de Secretario de Organización de la ORI.

El 26 de marzo de 1962 el Comandante en Jefe  Fidel Castro informó al pueblo por radio y televisión de la ocurrencia de tales hechos y anunció la supresión de las ORI y su conversión en el Partido Unido de la Revolución Socialista de Cuba (PURSC) como un nuevo peldaño hacia la plena unificación de las tres organizaciones políticas involucradas.

Durante los años 1962 y 1965 se desplegó en todo el país el proceso de construcción del PURSC, lo que incrementó sustancialmente las filas de la organización con militantes que ingresaban según los métodos de consulta popular y selección de los candidatos. La organización y funcionamiento del PURSC continuó fortaleciéndose y en reunión masiva de sus representantes, el 3 de octubre de 1965, se aprobó su nuevo nombre de Partido Comunista de Cuba (PCC) y se presentaron los integrantes del Comité Central y del Buró Político. Quedó así ratificado el partido político único con la misión de dirigir la Revolución Cubana.

En 1968, dentro de la llamada Ofensiva Revolucionaria, se nacionalizaron todas las actividades comerciales, de servicios e industriales del sector privado, pasando al Estado cincuenta y ocho mil negocios en todo el país, incluyendo unos nueve mil trabajadores por cuenta propia. Con esta medida la estructura socio-clasista nacional quedó constituida esencialmente por obreros y campesinos, aunque también existían empleados y profesionales. La Ofensiva Revolucionaria reforzó la alianza obrero-campesina como base social de la dictadura del proletariado en Cuba.

 Hoy la estructura socio-clasista es mas heterogénea al estar constituida por obreros, campesinos, cooperativistas y la clase media, que incluye, entre otros, al sector privado y los trabajadores por cuenta propia. Desde el punto de vista de su base social puede decirse que el Estado socialista de derecho proclamado por la Constitución cubana de 2019 ya no es una dictadura del proletariado, sino una democracia popular.

En próximo artículo abordaré la democracia representativa y la democracia directa.

Por REDH-Cuba

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