INTRODUCCIÓN
En su carta-testamento político, el Héroe Nacional de Cuba, José Martí, le confesó a su queridísimo hermano, el intelectual mexicano Manuel Mercado, que el fin de su lucha era independizar a Cuba de España y con ella, coadyuvar la independencia de Puerto Rico e impedir a tiempo que los Estados Unidos, cayeran “con esa fuerza más sobre nuestras tierras de América”[1]. Pero aún proclamó, que esa misma independencia contribuiría al “equilibrio aún vacilante del mundo”[2]. ¿Son conocedores los imperialistas yanquis de estos designios martianos?, ¿verán en la Revolución socialista cubana la alternativa al modelo neoliberal impuesto al mundo?, ¿por qué intentan destruir al Socialismo cubano?, ¿por qué combinan el secular Bloqueo económico, financiero y comercial con las guerras gemelas?
El profundo intelectual argentino Néstor Kohan, en las palabras introductorias de su hereje libro “Hegemonía y cultura en tiempos de contrainsurgencia «soft»”[3], nos refiere:
“Las mejores guerras se ganan sin combatir. Con la zorra y el león. Fabricar hegemonía. Cooptar conciencias. Mercantilizar la cultura. Erosionar la autoestima popular. «La Providencia y el Destino Manifiesto» reclaman esa isla maldita y hereje. Pero el 99% del mundo rechaza el bloqueo de Estados Unidos contra la Revolución Cubana. Patrañas. El Big Brother imperial te convencerá que «el bloqueo no existe». ¡Todo es un cuento comunista y totalitario! Arrogante y amenazador, con su casa en llamas, te observa y controla tus comunicaciones. Se mete en tus sueños, emociones y fantasías. Manipula lo que se ve, se oye y «se habla». Marca agenda. ¡Hay que aplastar a la madre de las insurgencias! Monroe y Adams deben, por fin, borrar a Martí y Fidel. Para que aprenda «el patio trasero». Puerto Rico llegará hasta la Patagonia y la Antártida.
¿Y si se hacen públicas las fotos de torturas en Guantánamo y Abu Ghraib? La «democracia republicana» y su liberalismo solo «interrogan de manera fuerte». ¿Y si se descubre el dinero sucio de la inteligencia norteamericana en ONGs, blogs y sitios webs? ¡Negar todo! ¡Son iniciativas de «la sociedad civil»!
¿Se puede entonces resistir? Sí, se puede. Baraguá. Moncada. Girón. Goliat no es invencible”.
Además del agradecimiento a tan valiente postura moral y coherencia académica e intelectual. Kohan nos revela dos dimensiones ideopolíticas a considerar:
- La combinación del “garrote y la zanahoria” en la secular y obcecada geopolítica yanqui hacia Cuba.
- La resiliente y digna intransigencia cubana, que encontró en su cultura e identidad nacionales, los escudos y las espadas para permanecer como nación independiente, libre y soberana.
“…A un plan obedece nuestro enemigo: el de enconarnos, dispersamos, dividirnos, ahogarnos. Por eso obedecemos nosotros a otro plan: enseñarnos en toda nuestra altura, apretarnos, juntarnos, burlarlo, hacer por fin a nuestra patria libre. Plan contra plan. Sin plan de resistencia no se puede vencer un plan de ataque…”[4]
Similar objetivo contra el mundo y posteriormente contra Cuba, 58 años después diseñó la administración norteamericana de turno, como parte de la Guerra Fría y el macartismo. La esfera cultural se identificó como la mejor de las armas de dominación; no implicaba los riesgos, costos y gastos de las masacres mundiales por repartos territoriales y expansiones económicas, tampoco el apuro moral por desenmascararse las pérfidas intenciones: se apelaría a la manipulación de los instintos humanos, los reflejos psíquicos y las percepciones y representaciones mentales de lo bello, atractivo, simbólico y glamoroso, que desde las artes y el mundo de la diversión, el naciente imperio global impondría al mundo.
La cultura y su manipulación tuvo un antecedente en 1950 con la creación por la Agencia Central de Inteligencia (CIA) del Congreso por la Libertad de la Cultura, institución anticomunista con sede en París, tenía como objetivo final manipular la mente y los sentimientos de la intelectualidad mundial, cooptándolos hacia las doctrinas macartistas, la “cacería de brujas” del anti comunismo y la exaltación de los valores del modo de vida occidental (american way of life), así como deslustrar los avances del socialismo, especialmente los logros de la URSS y de los movimientos progresistas y descolonizadores.
Para ese fin establecieron sucursales del Congreso en 35 países, contrataron, compraron o reclutaron a miles de personas, incluyendo artistas, intelectuales y periodistas para organizar casas editoras, conferencias y exposiciones de arte, al tiempo que publicaron artículos de opinión en decenas de revistas y formaron su propio servicio informativo para replicar en formato cultural los intereses geopolíticos de Estados Unidos. Además se consolidó un sistema de premios en metálico, de becas y se utilizó a intelectuales conscientes o no de los verdaderos fines de la institución que acompañaban.
La experiencia de la nefasta institución conforma el parque metodológico y simbólico de esta forma de manifestación de violencia política, toda vez que ha quedado demostrado que en los terrenos político, militar, económico, diplomático ni comercial; los imperialismos no han podido derrotar las ideologías, las culturas, las identidades nacionales ni las utopías. Ante tan histórico y estrepitoso fracaso del sistema capitalista mundial, les ha quedado la opción, que en nuestra opinión si han logrado hegemonizar y homogeneizar su pensamiento imperial. En los terrenos cultural y semiótico.
“…necesitan recrear, cotidianamente, su hegemonía. Desmoralizar, fragmentar y dispersar a sus enemigos. «Meterse en el bolsillo», si es posible, sus categorías, sus símbolos y sus banderas, resignificadas, por supuesto, para volverlas funcionales a la dominación capitalista y la vigilancia imperial. Crear no solo ideas y programas, pulidos en un escritorio de oficina del Pentágono, la CIA o el Departamento de Estado, sino estructuras flexibles de sentimientos, sensibilidades e identificaciones (colectivas e individuales) afines a la dominación del mercado, el dinero y el capital. Es decir, convencer a mucha gente que es imposible vivir de una manera distinta al capitalismo y, al mismo tiempo, generalizar el triste y patético american way of life para todo el orbe; ubicando en la Florida la tierra prometida para la comunidad latinoamericana. Allí donde se puede ser «norteamericano» sin saber hablar inglés, jugando al dominó en camiseta y escuchando música de salsa o reguetón”[5].
Con esas pírricas victorias obtenidas en el mundo colonizado culturalmente, unida a las de las “primaveras coloridas” en países incómodos, se lanzan “con esa fuerza más” sobre Cuba: ¿por qué contra el socialismo cubano?, ¿cuál es el impacto de las guerras gemelas en Cuba socialista?, ¿cuál es la nueva contrarrevolución cultural, quién las financia, adoctrina y manda?; esas y otras interrogantes despejaremos en lo delante de este trabajo.
DESARROLLO
¿POR QUÉ LA GUERRA GEMELA CONTRA EL SOCIALISMO CUBANO?
Las razones están en la lógica geopolítica y en la naturaleza expansionista del imperialismo mundial. Cuando Lenin definió y caracterizó los rasgos económicos del imperialismo (antes, sin darle ese nombre, Martí lo “retrató” y anticipó), nos brindó un método científico (marxista) para “entenderlo”: El imperialismo está liderado por una Oligarquía financiera, industrial, militar, tecnológica y cultural; que se “unen” en oligopolios, muchos de ellos supranacionales, que exportan y especulan capitales y que propician y participan en la repartición y expansión económica de territorios físicos y ahora virtuales.
¿Quién puede impedir su “esencia” geófaga?… ¡La conciencia de los pueblos!, tanto los que están dentro de los “estómagos imperialistas”, como los que están al alcance de sus vistas y garras.
China es el mayor obstáculo financiero, económico y comercial; pero es incapaz de despertar conciencia de rechazo hacia el capitalismo o el imperialismo en los obnubilados pueblos del mundo; Rusia, es freno militar, diplomático y nuclear; pero no cuenta con la autoridad soviética de antaño para hacer girar sobre sí influencias políticas o morales de las tres cuartas partes de los países pobres del mundo.
Los otros países que incomodan y “picotean” la cabeza del Águila calva imperial, son Venezuela, Irán, Nicaragua, Corea del Norte y Siria; pero sus capitales políticos, éticos, y económicos sufren el desgaste de las potencias imperialistas; excepto los casos de Venezuela e Irán, que en sus respectivas áreas geográficas conservan fuertes nexos políticos y algún que otro económico; sin embargo no llegan a erigirse en paradigmas del llamado Tercer Mundo.
En cambio Cuba, su digna resistencia a la potencia imperialista más poderosa de la historia, sus probados y reconocidos logros sociales y una mítica y enigmática economía, que no solo ha resistido 62 años de férreo, recrudecido y genocida bloqueo; sino que ha sido capaz de sostener la obra humana y de justicia social que le ha dado al pueblo cubano y que ha compartido desinteresadamente con más de 100 países del mundo; es ese ejemplo y el proyecto político, económico, social y cultural, probadamente disyuntivo al capitalismo, el que ofrece una viable alternativa al modelo neoliberal con que los poderosos de la tierra, han vestido a la fuerza y por engaño a la humanidad.
Una visión aproximada de lo anteriormente dicho lo corroboran estas ideas del Presidente cubano Miguel Díaz-Canel Bermúdez, cuando en franco diálogo con la vanguardia artística y cultural cubana les expresó:
“Entre ustedes nos sentimos cómodos, entusiastas, optimistas, conscientes de que como nos enseña Raúl: “Sí se puede” cuando se quiere. Y ustedes y nosotros, es decir, la Revolución, queremos lo mismo: Un país libre, independiente y soberano; Fiel a nuestra historia; Que garantice justicia social y justa distribución de la riqueza; Con respeto a la dignidad plena del ser humano, mujer y hombre; Con una sólida identidad cultural; Donde se preserve el acceso gratuito y universal a la educación; Que avance hacia un desarrollo económico equilibrado y sostenible; Próspero, inclusivo, participativo; Invulnerable militar, ideológica, social y económicamente; Con servicios de salud gratuitos y de la mayor calidad para todos; Solidario, generoso, humanista; Que repudie todas las formas de discriminación; Donde no prosperen nunca el crimen organizado, la trata de personas o el terrorismo; Defensor de los derechos humanos de todos, no de segmentos exclusivos o privilegiados; Libre de toda forma de violencia, esclavitud, explotación humana; Con un ejercicio ejemplar de la democracia del pueblo y no del poder antidemocrático del capital; Capaz de vivir en paz y desarrollarse en armonía con la naturaleza y cuidando las fuentes de las que depende la vida en el planeta…”[6]
¿Acaso no es esto, unido a los logros del país en materia de vivienda (más del 97% no es propiedad del Estado), acceso al agua potable (más del 98% de la población), a la energía eléctrica subsidiada (el 99% de la población), etc., reclamos y justas aspiraciones de la casi totalidad mundial? Si a ello les sumamos que el 100% de la población se beneficia de los resultados y productos científico-técnicos, incluidos los de su reconocida industria farmacéutica y biotecnológica, capaz de crear productos únicos en el mundo: vacuna contra el cáncer de pulmón, contra meningitis meningocócica B, contra la hepatitis B y C, contra la covid 19 (tres vacunas y dos candidatos vacunales); el Heberprot P, empleado en la terapia de la úlcera del pie diabético, o el Policosanol (PPG), efectivo en la reducción del colesterol en sangre, entre otros medicamentos de alto impacto, entonces es comprensible, por qué el empeño de “destruir” a la revolución cubana y su ejemplo.
También constituyen motivo de “estudio” por parte de organizaciones sociales, políticas de izquierda y fuerzas progresistas en general, la particularidad cubana de dirigir un país con un solo Partido; la organización y gobierno popular; la democracia sustentada en una experiencia autóctona y alejada de los modelos de la democracia burguesa. Los resultados efectivos en esos terrenos preocupan y enfurecen a los dueños del planeta, porque es una disidente propuesta de ser y existir en nuestro mundo sin sometimiento ni subordinación extranjeras.
¿CUÁL ES EL IMPACTO DE LAS GUERRAS GEMELAS EN CUBA SOCIALISTA?
El socialismo no es un punto de llegada, es un camino a transitar, con un pasado capitalista, en un entorno capitalista y con caminantes capitalistas.
Cuando hablamos de guerras gemelas, estamos incluyendo las dimensiones ideológica, política, artística, filosófica, religiosa, psicológica y otras más que abarcan la conciencia social. Por el modo en que estas impactan en Cuba, empiezan a vislumbrarse antagonismos de clases; por un lado, las tradicionales, en heterogéneo, pero unitario apoyo al Socialismo y la Revolución. En el otro lado, se encuentra un tipo de clase (burgués) que se “fabrica” desde los EE.UU., con la militancia activa de la “Mafia” anticubana con asiento en Miami, en el Congreso norteamericano y en una pequeña parte de la “última” emigración cubana, que siembra sentimientos de clases opuestas a las proletarias y a las “pobretarias” (como define Frei Beto). Esta nueva clase burguesa se conecta con un sector de la sociedad cubana desde lo sentimental e instintivo.
El objetivo final es la lucha por el poder político. El método es desencantar a la población cubana, llenarla de desesperanza, dividirla. A través de una fuerte y sostenida campaña de desinformación, manipulación, noticias falsas y distorsión de la realidad cubana, los grandes emporios generadores de opinión pública mundial, reproducen la matriz de opinión de que Cuba es un Estado fallido, de que la experiencia socialista cubana está agotada, desgastada y fracasada, que el Gobierno revolucionario es incapaz e ineficiente, que existe una casta de funcionarios y dirigentes corruptos y burócratas y que estamos sumidos en una sempiterna pobreza y precariedad económico-social, y del otro lado, de manera cínica, desconocen todos los logros y altos resultados de una nación, que no solo sobrevive frente a una genocida guerra económica y terrorismo de Estado, sino que se mantiene vital, solidaria, humana y sin renunciar a proporcionar la mayor suma posible de justicia social y prosperidad económica a su población.
Coincido con el notable intelectual cubano Enrique Ubieta en su planteamiento de que no es una “…guerra entre personas que apoyan o no un gobierno, sino entre individuos que están a favor o no de un sistema, que implica también una percepción cultural del mundo, una manera de entender el concepto de felicidad, tanto en la vida personal como colectiva. Entonces, lo que quieren es cambiarnos la mente. Desean que la sociedad cubana modifique su manera de pensar, sus ideales, sus expectativas, ansían construir un proceso de cambios paulatinos en la mentalidad de los cubanos que nos conduzca, sin necesidad de que ocurra la caída del Gobierno, al capitalismo”[7].
Es llamativo el método de “sembrar” esos reflejos y esos sentimientos procapitalistas en una parte de la población cubana. Se pudiera decir que es un método rudimentario y primitivo, pero efectivo. Sin saberlo, están empleando el mismo que usaron los primeros cristianos para inculcar el nuevo evangelio: el intercambio persona a persona.
La parte de la emigración que no comulga con el socialismo cubano, que es políticamente ignorante o se “desconecta de saber” sobre las verdaderas causas de los problemas económicos de su familia en Cuba, “recluta y coopta” a otro familiar, este a otro, llegando a conocidos y desconocidos y de ese modo van tejiendo una no despreciable cadena de “admiradores” del sistema capitalista. Los argumentos más sólidos son la supuesta “prosperidad” y el “éxito” de que disfrutan en el exterior (aunque vivan reventados y explotados por el Sistema), las remesas que envían, pocas muchas veces, pero que en Cuba adquieren un alto valor al no tenerse que emplear en la canasta básica subsidiada, ni en la Educación, ni en la Salud, por ejemplo, y algunas son empleadas en el desarrollo de iniciativas privadas y en el consumismo en las llamadas tiendas recaudadoras de divisas, que desafortunada y circunstancialmente, tienen que existir, generando una reconocida e indeseable desigualdad.
“Existen dos maneras de entender las relaciones entre las personas y los objetos: la cultura del tener y la cultura del ser. ¿Qué es lo que predomina hoy en Cuba, la cultura del capitalismo o la del socialismo? En el mundo lo que predomina es la cultura del capitalismo. La del socialismo es un proyecto en construcción y eso implica, obviamente, que seamos consumidores de la cultura capitalista y que además la reproduzcamos.
La corrupción nos duele, nos sorprende y nos hace creer que es un grave problema nuestro, y lo es, porque constituye un cáncer para el socialismo; la corrupción no se nota en el capitalismo, porque es inherente a él; no destruye al capitalismo, a nosotros sí. La corrupción no es resultado del socialismo, es la evidencia de que el capitalismo todavía se reproduce en nuestra sociedad. El socialismo presupone una ética social e individual superior, e implica un nivel mayor de exigencia particular”[8].
La construcción socialista en Cuba ha tenido, tiene y tendrá errores; “está hecha de mujeres y hombres”, como dijo un renegado poeta. Sin embargo, en mi opinión, los tres más grandes errores cometidos han sido: creer que sabíamos qué era el Socialismo y cómo se construía (palabras de Fidel Castro Ruz), el segundo, construirlo (por varios funcionarios) con las “armas melladas del capitalismo” (palabras del Che Guevara) y tercero, reproducir, conscientes o inconscientemente el modo de vida de la sociedad capitalista, como sinónimo de modernidad, desarrollo o prosperidad.
Son grandes los desafíos que imponen los impactos de las guerras gemelas en el país. Nadie mejor que el General de Ejército Raúl Castro Ruz, para ofrecernos una radiografía de la misma:
“… una parte de la sociedad ha pasado a ver normal el robo al Estado… la comercialización ilícita de bienes y servicios, el incumplimiento en los horarios en los centros laborales, el hurto y sacrificio de ganado…, el acaparamiento de productos deficitarios y su reventa a precios superiores, la participación en juegos al margen de la ley, las violaciones de precios, la aceptación de sobornos y prebendas… Conductas, antes propias de la marginalidad, como gritar a viva voz en plena calle, el uso indiscriminado de palabras obscenas y la chabacanería al hablar, han venido incorporándose al actuar de no pocos ciudadanos, con independencia de su nivel educacional o edad”.
“Se ha afectado la percepción respecto al deber ciudadano ante lo mal hecho y se tolera como algo natural botar desechos en la vía; hacer necesidades fisiológicas en calles y parques; marcar y afear paredes…; ingerir bebidas alcohólicas en lugares públicos inapropiados y conducir vehículos en estado de embriaguez; el irrespeto al derecho de los vecinos no se enfrenta, florece la música lata que perjudica el descanso de las personas…; grupos de muchachos lanzan piedras a trenes y vehículos automotores…; se ignoran las más elementales normas de caballerosidad y respeto hacia los ancianos, mujeres embarazadas, madres con niños pequeños, impedidos físicos…todo esto sucede ante nuestras narices… no puede aceptarse identificar vulgaridad con modernidad, ni chabacanería ni desfachatez con el progreso…”[9]
La fortuna y el acierto cubano es que tiene los antídotos: una Constitución Socialista, debatida, consultada, reformulada, refrendada y aprobada por más del 86% de los cubanos con derecho al voto; la Conceptualización del modelo de sociedad socialista que quiere el pueblo cubano, la dirección económica a través de un Plan de Desarrollo económico-social hasta el 2030, en concordancia con los Objetivos del Milenio de la ONU, los Lineamientos Económicos, aprobados y actualizados en los últimos tres congresos del PCC y un amplio proceso de poder, participación y control popular, alrededor de los principales procesos económico-sociales del país y en las principales decisiones de su destino como nación, entre otras reformas e iniciativas democráticas.
¿CUÁL ES LA NUEVA CONTRARREVOLUCIÓN CULTURAL, QUIÉN LAS FINANCIA, ADOCTRINA Y MANDA?
El acrisolamiento de la nación cubana está indisolublemente ligado al proceso de lucha armada por la independencia de Cuba. A finales del siglo XVIII y mediados del XIX, se acentuaron las contradicciones económico-político y sociales de los nacidos en Cuba (criollos), los esclavos (llegó a representar alrededor del 40% del total de la población de Cuba en ese periodo y el poder despótico español.
Para dar solución a esa contradicción (los nacidos en la Isla no eran dueño de tierra ni de su destino, sino un agente exterior: el colonialismo español), se formaron tres corrientes político-ideológicas: el reformismo, asumido por el criollismo terrateniente y burgués, abogaba por mantener el estatus quo establecido (la Colonia), aunque demandaba a España la “garantía” de algunas migajas políticas y económicas; el anexionismo, abrazado por otros criollos, con raíces fuertemente esclavistas, hastiados y resentidos por el olvido y subestimación de España hacia sus intereses de clase, solicitaban que Estados Unidos, sobre todo el sur esclavista, asumiera a Cuba como una “estrella” más de la Unión. Y el independentismo-abolicionismo, el ala más radical de lo más destacado de la intelectualidad de la época y de un núcleo revolucionario de terratenientes y letrados de las partes, central y oriental de Cuba.
Lo significativo de este proceso, que en Cuba y el mundo se conoce como “Revolución cubana”, es que la pensaron, idearon, difundieron sus ideas y la encabezaron a través de la lucha armada, intelectuales (abogados, literatos, poetas, músicos, periodistas, etc.). Por tanto, la vanguardia revolucionaria, convertida luego en vanguardia política, fue a la vez la vanguardia intelectual del país, que se funde en lo inmediato con las masas populares, acentuándose y radicalizándose como proceso emancipador.
A lo largo de los 153 años de la Revolución cubana (inició el 10 de octubre de 1868 y tiene 62 años como revolución triunfante: 1 de enero de 1959), la intelectualidad, con artistas de renombre, encabezando el proceso ha prestigiado y dotado de gran autoridad moral y política a sus principales protagonistas, asegurándoles un liderazgo y reconocimiento destacado en el imaginario popular.
De esa singularidad, es que las guerras gemelas buscan un doble efecto: desde lo cultural desmontar las significaciones, significados e identidades de la Cultura cubana, y desde lo simbólico, apropiarse descarada y sesgadamente de lo paradigmático y genuino de ella para de manera oportunista travestirla y presentarla como “propia y original” de la nueva contrarrevolución. Sencillamente, es la búsqueda desenfrenada y seudo cultural de legitimar ante el pueblo, la opinión pública internacional y la Historia, un proyecto político-cultural, fracasado desde su concepción y nacimiento.
Para “imitar” el éxito y arraigo en el pueblo cubano de la vanguardia intelectual y artística, los estrategas de la guerra no convencional y del golpe blando han estado “fabricando” agentes para el cambio del sistema y “restablecer” la libertad, la democracia y los derechos humanos en Cuba: (destrucción de la Revolución cubana y el Socialismo).
El periodista, escritor y bloguero estadounidense Max Blumenthal, el pasado 25 de julio publicó un importante artículo[10], de cual extraemos algunas notas que sirven para colocar en contexto al lector de la esencia y métodos de esta nueva estrategia:
“En 2009, la USAID puso en marcha un programa para desencadenar un movimiento juvenil contra el gobierno de Cuba mediante el cultivo y la promoción de artistas locales de hip-hop. Esta operación fue asumida por Creative Associates International, una empresa con sede en Washington DC con su propio historial de acciones encubiertas. Creative Associates encontró a su hombre clave en Rajko Bozic, un veterano del grupo Otpor! respaldado por la CIA, que ayudó a derrocar al líder nacionalista Slobodan Milosevic, y cuyo miembros pasaron a formar un «grupo de exportación de una revolución» que sembró las semillas de varias revoluciones de color».
“Haciéndose pasar por promotor musical, Bozic se acercó a un grupo de rap cubano llamado Los Aldeanos, conocido por su himno ferozmente antigubernamental, «Rap is War». El agente serbio nunca dijo a Los Aldeanos que era un activo de la inteligencia estadounidense; en cambio, afirmó que era un profesional del marketing y prometió convertir al líder del grupo en una estrella internacional”.
“Para llevar a cabo el plan, Creative Associates puso en marcha ZunZuneo, una plataforma de redes sociales al estilo de Twitter que enviaba miles de mensajes automáticos para promocionar a Los Aldeanos entre los jóvenes cubanos sin que el grupo de rap lo supiera.
Al cabo de un año, cuando Los Aldeanos intensificaron su retórica, burlándose de la policía cubana como zánganos descerebrados durante un festival local de música indie, la inteligencia cubana descubrió contratos que vinculaban a Bozic con la USAID y puso fin a la operación”.
“Danny Shaw, profesor asociado de Estudios Latinoamericanos y del Caribe en la City University de Nueva York, conoció a Los Aldeanos durante varias visitas prolongadas a Cuba. También conoció a Omni Zona Franca, un colectivo de poetas y artistas de performance de orientación rastafari (movimiento religioso anti eurocentrista, Bob Marley fue un exponte) con sede en el barrio de Alamar, en La Habana, que sirvió de inspiración para el Movimiento de San Isidro”.
“Shaw dijo que la hostilidad de los artistas hacia el sistema socialista de Cuba era tan intensa que muchos de ellos negaban la existencia del bloqueo estadounidense. «Intenté explicarles mi forma de entender la guerra económica, y me dijeron: ‘Puedes ir y venir como quieras, no vives aquí, así que es fácil que seas marxista’. Y tenían razón, si descontextualizabas completamente la situación», dijo a The Grayzone”.
“Según Shaw, algunos miembros de Omni Zona Franca empezaron a visitar Estados Unidos y Europa para participar en festivales de arte y en entrevistas con medios de comunicación corporativos en español. «Cuando salieron a la luz las historias sobre el apoyo de la USAID a los raperos y artistas cubanos, entonces todo cobró sentido para mí», reflexionó”.
“En 2014, la USAID volvió a quedar al descubierto cuando recurrió a Creative Associates para organizar una serie de falsos talleres de prevención del VIH que, en realidad, eran seminarios de reclutamiento político”.
“A lo largo de los últimos tres años, a medida que las condiciones económicas empeoraban bajo la escalada de la guerra económica de Estados Unidos mientras el acceso a Internet se ampliaba como resultado de los esfuerzos de la Administración Obama por normalizar las relaciones con Cuba, el Movimiento San Isidro ha invitado a un conflicto abierto con el Estado. Con actuaciones provocadoras en las que sus figuras más destacadas han desfilado por La Habana Vieja ondeando banderas estadounidenses, y con flagrantes muestras de desprecio por los símbolos nacionales cubanos, San Isidro se ha enemistado con las autoridades, provocando frecuentes detenciones de sus miembros y campañas internacionales para liberarlos”.
“Al establecerse en una zona mayoritariamente afrocubana de La Habana Vieja y trabajar a través de medios como el hip-hop, San Isidro también ha maniobrado para poner en entredicho la imagen racialmente progresista que el gobierno cubano de izquierdas se ganó con su histórica campaña militar contra la Sudáfrica del apartheid y el asilo que ofreció a los disidentes negros estadounidenses. En este caso, el Movimiento de San Isidro parece seguir un modelo articulado por el grupo de presión estadounidense para el cambio de régimen”.
“Durante la última década, el gobierno estadounidense ha gastado millones de dólares para cultivar a raperos, músicos de rock, artistas y periodistas cubanos contrarios al gobierno, en un intento explícito de convertir en un arma a la «juventud desocializada y marginada». La estrategia implementada por Estados Unidos en Cuba es una versión en la vida real de las fantasías de los demócratas anti-Trump, distrayéndose cuando se preocupaban de que Rusia estuviera patrocinando encubiertamente a Black Lives Matter y Antifa para sembrar el caos en la sociedad norteamericana”.
Tres conclusiones sobresalen de la lectura del artículo de Max Blumenthal:
- En Cuba no existe una vanguardia artístico-intelectual que canalice por sí sola y con legitimidad jurídica ni popular los intereses “inconformes” de una desorganizada y minoritaria oposición al proyecto revolucionario cubano.
- De manera encubierta o abierta, el Gobierno estadounidense, a través de sus agencias de inteligencia ha reclutado, financiado y posicionado a un puñado de artistas renegados, apátridas y anexionistas.
- Se apuesta a la copia, sustracción desfachatada o ataque a los símbolos culturales de la nación, como vía de legitimar la reconceptualización que le dan a los símbolos apropiados.
Los últimos acontecimientos relacionados con la contrarrevolución cultural y su triste papel de peones anexionistas del Imperio, están relacionadas con las maniobras del dramaturgo Yunior García Aguilera, mercenario y subvencionado de la Inteligencia norteamericana, autor del acoso del 27 de noviembre de 2020 al Ministerio de Cultura cubano, instigador de la ocupación del Instituto Cubano de Radio y Televisión, el pasado 11 de julio, y cara visible de la solicitud a los gobiernos locales de autorización para la realización de una marcha ilegal en contra del Pueblo cubano y su Gobierno revolucionario.
La otra iniciativa contrarrevolucioaria, es la presentada por Tania Bruguera, artista de la plástica, radicada en la ciudad de Chicago, Estados Unidos desde 1997, quien desde una supuesta nueva construcción simbólica del arte ha estado buscando beneficios y posicionamientos artísticos y políticos; avales necesarios para hacerse notar ante las agencias de inteligencia yanqui o del Departamento de Estado norteamericano, de modo que pueda ser “subvencionada” por sus abiertas acciones subversivas y contrarrevolucionarias. La iniciativa en concreto es boicotear la próxima edición de la Bienal de Arte Contemporáneo de la Habana, solicitando a artistas noveles, nacionales y extranjeros a abstenerse a participar, en protesta a los “excesos de la Dictadura” cubana durante los sucesos del 11 de julio en la Isla.
El tercer acto fue la confirmación por varios medios internacionales, de que Gabriel Abaroa, el ex presidente emérito y CEO (director ejecutivo) del grupo que otorga los Latin Grammy habría sido sobornado, por un monto de un millón de dólares, para favorecer el tema “Patria y Vida” como Canción del Año. Según la información consultada en la investigación, dicha entrega monetaria a Abaroa se canalizaría a través de varias offshore ubicadas en Islas Vírgenes[11].
El cuarto y último “acontecimiento” de la contrarrevolución cultural fue el desplante de un grupo de cubanos radicados en los EE.UU., liderados por Alexánder Otaola, conductor de programas televisivos, influencer político de varios medios de comunicación y rostro visible de una neocontrarrevolución, que desde un lenguaje agresivo, soez y chantajista, incita a la intervención armada contra Cuba, al mantenimiento y recrudecimiento de la política de bloqueo contra su país de origen y “quiebra” mediante presión política y chantaje moral a la casi totalidad de artistas que emigran a los EE.UU y buscan “fortuna” y posicionamiento en la farándula miamense. Este “circo anticubano”, el pasado 24 de octubre, sin autorización irrumpió frente a la Sede Papal en Roma, pero la Guardia del Vaticano les impidió penetrar a la Plaza San Pedro y el Santo Padre se negó a recibirlos.
Otros métodos (tradicionales) usados por oficinas gubernamentales yanquis ilustran cómo se “quiebran” a seudos revolucionarios, “centristas” y aparentemente desinteresados en la política:
“La Joven Cuba”. Blog creado en 2010 por Harold Cárdenas, Osmany Sánchez y Roberto Peralo, jóvenes profesores de la Universidad de Matanzas. Tomó su nombre inspirado en la organización revolucionaria y antimperialista Joven Cuba creada en la década del 30 por Antonio Guiteras. A pesar de que era una época en que la blogósfera cubana estaba dominada por iniciativas contrarrevolucionarias, la intención inicial de sus redactores fue realizar una defensa de la Revolución en Internet mediante art escritos por ellos mismos y posteriormente por colaboradores, al tiempo que ofrecía una perspectiva crítica sobre la realidad de la Isla”.
“En un inicio chocaron con la incomprensión de elementos más tradicionalistas en las organizaciones políticas que veían con recelo y desconocimiento el uso de Internet, y la independencia de la bitácora. En 2012, un texto en el que se criticaba el silencio en torno a la instalación y puesta en funcionamiento del cable submarino de fibra óptica que permitiría el acceso masivo a Internet en Cuba, fue la excusa para cerrar el acceso al blog en los servidores de la Universidad de Matanzas. Dadas las pocas posibilidades de navegación en ese momento el hecho equivalía a condenarlo a muerte, incluso estuvo varios meses sin actualizarse, hasta que diversas voces de defensa se levantaron y el acceso fue restablecido”.
“A partir de esto el prestigio de los integrantes aumentó considerablemente, al igual que los niveles de lectores entre los que destacaban los jóvenes universitarios y sectores afines a la Revolución. Asimismo, como muchos otros blogs cubanos cuyos contenidos contrastaban con el acartonamiento, el vacío informativo y la pobreza temática de la prensa estatal, fue seguido cada vez más por elementos interesados en una visión crítica de la realidad política, económica y social en la segunda década de los 2000. También fue ganando la atención de lectores no simpatizantes con el socialismo, el gobierno cubano o la Revolución, pero que preferían una postura menos agresiva que el anticastrismo tradicional”.
“A partir de 2013 los ejecutores de la estrategia del gobierno de Obama hacia Cuba, con el uso de Internet como herramienta de influencia política, comenzaron un proceso de contacto y acercamiento a la blogosfera cubana luego de un cuidadoso estudio de su abanico ideológico. Un análisis del perfil psicológico de cada uno de los tres editores, les hizo concentrar su trabajo de atracción hacia Harold Cárdenas”.
“Invitaciones a eventos en el extranjero, el fomento de una ambigüedad ideológica cada vez mayor, el cultivo del ego y la vanidad, una generosa retribución económica debido a la vinculación laboral con El Toque, proyecto mediático en la web financiado a través del gobierno de Holanda, fueron trabajando la personalidad de Cárdenas —quien para ese entonces se había mudado de Matanzas a La Habana—, erosionando la integridad política del grupo”.
“Además, los vínculos con otras webs creadas y mantenidas con financiamiento estadounidense comenzaron a ejercer más importancia que el objetivo inicial: la defensa de la Revolución. En 2017 Harold Cárdenas se traslada a Estados Unidos con una beca otorgada por la Universidad de Columbia. Roberto Peralo desde el 2016 reside en La Florida por motivos familiares, y a partir de ese momento se distanció casi por completo con el blog, en el cual publica de forma cada vez más esporádica Osmany Sánchez, quien reside en Matanzas y trabaja como profesor en la Universidad de esa ciudad”.
“Aunque 2017 marcó un declive en las publicaciones, en 2018 y 2019 el blog fue retomado por Harold Cárdenas, que apenas escribe y en su función como editor se apoya en los contenidos que genera un nuevo grupo de colaboradores armado durante esos años: Alina B. López Hernández, Miguel Alejandro Hayes, Mario Valdés Navia y Yassel A. Padrón Kunakbaeva, entre otros”.
“El propósito fundacional de La Joven Cuba ha cambiado cada vez más, pasando a ser de forma más expuesta otro elemento mediático en el aparato comunicacional de la neocontrarrevolución. Convertido en una marca en el mercado político ante los estadounidenses y descolocado ideológicamente en Cuba, no queda nada de aquel blog revolucionario que fue una vez. Dentro de la Revolución pudo haber sido todo, contra ella, es nada”.[12]
La antítesis de esta distorsión pseudo cultural y demostración de que si bien el Arte no tiene Patria los artistas sí, lo es la Prima Ballerina Assoluta Alicia Alonso, en una entrevista a la prestigiosa periodista, recién fallecida Marta Rojas le declaró:
“El pueblo es la meta principal. En el pueblo hay que pensar primero que en nosotros mismos y esa es la única actitud verdaderamente revolucionaria” (como dijo) Lenin: “El pueblo tiene derecho al gran arte” (y nosotros)… habíamos renunciado a un público por un pueblo…[13]
CONCLUSIONES
Para la nueva “cruzada cultural”, el imperialismo cultural norteamericano y sus círculos de poder global, aprovechan la renegada actitud de individuos que una vez pertenecieron a un proyecto victorioso de nación que es más radical que el proyecto personal que se demandan para sí y que le prometen tener sus amos imperiales, por lo que no pueden abrazar ni capitalizar las banderas de la Revolución socialista, ni las aspiraciones del pueblo que la defiende y acompaña.
Como bien dijera el destacado politólogo cubano Enrique Ubieta “…las circunstancias conducen a tales individuos trascendidos hacia el extremo opuesto, a la renuncia de todo lo «aprendido»: de la solidaridad como modo de vida al individualismo más feroz; del «seremos como el Che» al desenfadado «somos yanquis»; de la guerra contra el imperialismo a la guerra del imperialismo: soldados de la pluma en la contienda universal, eterna, contra «los sesenta oscuros rincones del planeta»”.[14]
Los artistas, inmigrantes económicos, para sobrevivir y hacer carrera tiene que politizar su estatus y eso los convierte de patéticas marionetas de innombrables personajes como Alexánder Otaola a descalificados mercenarios de las agencias de inteligencia yanqui o del Departamento de Estado norteamericano.
Este nuevo “ejército” de apátridas fracasa y fracasará en su política anexionista y de subversión. Sus acciones los desenmascaran ante la nobleza y cultura política del pueblo cubano.
Notas:
[1] José Martí. “Carta a Manuel Mercado”. Obras Completas. Tomo 4. Editorial Ciencias Sociales. La Habana. 1991. Edición Digital. p. 167.
[2] José Martí. “Carta a Federico Henríquez y Carvajal”. Obras Completas. Tomo 4. Editorial Ciencias Sociales. La Habana. 1991. Edición Digital. p. 111.
[3] Néstor Kohan. “Hegemonía y cultura en tiempos de contrainsurgencia «soft». Editorial Ocean Sur. 2021. Edición digital. p. 7.
[4] José Martí. “Adelante, juntos”. Obras Completas. Tomo 3. Editorial Ciencias Sociales. La Habana. 1991. Edición Digital. p. 15.
[5] Néstor Kohan. “Hegemonía y cultura en tiempos de contrainsurgencia «soft». Editorial Ocean Sur. 2021. Edición digital. p. 10.
[6] Discurso pronunciado por Miguel M. Díaz-Canel Bermúdez, Presidente en la clausura del IX Congreso de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (Uneac), en el Palacio de Convenciones, el 30 de junio de 2019, Periódico “Trabajadores”. La Habana. Cuba. p. 3
[7] Enrique Ubieta. “La Guerra cultural en Cuba”. Dentro del debate “Tendencias actuales de la Guerra cultural contra el Socialismo en Cuba”. 18 de diciembre de 2013. Ver en libro: “Hacia una cultura del debate. (Espacio Dialogar-dialogar de la AHS). Volumen I. Selección y Notas: Elier Ramírez Cañedo. Casa Editora Abril. 2017. p. 158.
[8] ÍDEM. p. 160
[9] Raúl Castro Ruz. “Discurso ante la Asamblea Nacional del Poder Popular. La Habana 7 de julio de 2013. Periódico “Granma”. 8 de julio de 2013. Página 2.
[10] Max Blumenthal. “La contrarrevolución cultural cubana: Los raperos y artistas respaldados por el gobierno de
EE.UU. ganan fama como «catalizadores de los disturbios actuales». Periódico Granma. 28 de julio 2021.
[11] Redacción cultural del periódico Granma. 19 de octubre de 2021.
[12] No he podido “encontrar” la fuente de donde extraje la información expuesta. Aunque falto al necesario rigor científico me niego faltar a la ética científica y humana, al dejar reconocido que no es de mi autoría el comentario mostardo y que suscribo.
[13] Marta Rojas. “Alicia Alonso. Habíamos renunciado a un público por un pueblo”. Periódico Granma. 1 de junio de 2018. p. 3.
[14] Enrique Ubieta. Artículo. “Las antítesis de la guerra: izquierda o derecha”. Publicada el 23 de junio de 2017, con notas extraídas de su libro “¿revolución o reforma? La Habana. Casa Editora Abril. 2012. Segunda edición, a cargo de la Editorial Ocean Sur.