Algunos piensan que debatir sobre una guerra es sólo abrir la boca para opinar sin pruebas. Debatir es un trabajo. Exige información verificada y bajo consenso; conocimiento riguroso de antecedentes, situación actual y perspectivas; marco teórico explícito; honestidad científica. Argumentación racional, lógica y ponderada; capacidad de escucha y de respuesta pertinente y respetuosa. Matices, detalles, casuística y rigor de tiempo y espacio. Transparencia económica del debate y lo debatido. Capacidad de síntesis y compromiso público con lo que se defiende.

Ocúpate en reunir esos requisitos, estudia de verdad. No repitas por comodidad los silogismos tramposos de la derecha y sus medios de deformación masiva, ni las emboscadas burguesas para amedrentar incautos. Los hechos merecen crítica fundamentada con respeto a la inteligencia.

Si fuésemos capaces de unirnos derrotaríamos definitivamente al nazi-fascismo y sus rebrotes neoliberales. Construiríamos una Revolución Humanista de nuevo género para una Paz indestructible. La unidad es urgente.

Para hablar de guerra exijámonos, sin escapatorias, un preámbulo antiimperialista y anticapitalista obligatorio: Tomar posición por la defensa de la vida, frenar a la industria de las armas; el saqueo económico contra los pueblos y a las armas de guerra ideológico-mediática.

Por REDH-Cuba

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