Los miembros de la Secretaría Ejecutiva de la Red en Defensa de la Humanidad y los participantes cubanos y extranjeros de la XXX Feria Internacional del Libro de La Habana, reunidos este 26 de abril del 2022 en la Fortaleza de San Carlos de la Cabaña, sede de este magno evento cultural, emitimos la siguiente:
DECLARACIÓN
En primer lugar, constatamos que:
—Aún sin haber vencido lapandemia de la COVID-19 que nos golpeó tan duramente en los últimos dos años y que causó más de seis millones de fallecidos, el mundo, en lugar de extraer lecciones de esta dolorosa experiencia, ha evolucionado hacia un escenario en extremo peligroso.
—La pandemia puso de manifiesto la incapacidad del sistema capitalista para enfrentar una amenaza global a la vida e hizo visible la lógica genocida de un modelo que no ve la salud como un derecho sino como un negocio. Durante este tiempo, se han agudizado las desigualdades. Las megacorporaciones digitales y las vinculadas a los servicios online y a la industria farmacéutica se han enriquecido escandalosamente, mientras tanto, ha aumentado la pobreza, la inseguridad y el desamparo para las mayorías.
—Ante el declive de su hegemonía el imperialismo estadounidense está actuando de manera irresponsable y ha arrastrado a sus aliados europeos en una carrera cuyas consecuencias son imprevisibles. Haciendo uso de la OTAN y de presiones de toda índole, han extendido su presencia militar en violación de todos los acuerdos suscritos y de los principios del derecho internacional.
—Contra el relato que se ha impuesto a través de los grandes medios y las redes sociales, el conflicto Rusia-Ucrania ha sido promovido y estimulado durante años por la cúpula política de los Estados Unidos.
—El conflicto de Ucrania es en realidad una guerra global, de graves consecuencias económicas y en todos los campos. Por vez primera en la historia, las redes sociales intervienen en la guerra. Se trata de un nuevo frente de la batalla en lo comunicacional, que hasta ahora no existía y que incorpora a la vez la dimensión emocional.
—La narrativa que sataniza a Rusia ha sido desplegada para fabricar un nuevo enemigo de Occidente que devuelva a Washington el liderazgo perdido.
—Los discursos de odio, la rusofobia y el anticomunismo han cubierto todo el planeta. El nuevo fascismo crece y trabaja para articularse como un frente ante cualquier manifestación progresista.
—Las sanciones o medidas coercitivas unilaterales de Estados Unidos y sus aliados contra Rusia repercuten de manera global y afectan, incluso, a los propios países sancionadores. Las consecuencias se reflejan ya en los precios de la energía y de productos básicos. La Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) alerta que el conflicto entre Rusia y Ucrania podría provocar un aumento del precio de los alimentos a nivel mundial de entre un 8 y un 22 % por encima de sus niveles ya elevados.
—Rechazamos el doble rasero tendencioso en materia de derechos humanos que ha llevado recientemente a la expulsión de Rusia del Consejo de Derechos Humanos de la ONU, algo que sienta un precedente sumamente peligroso.
—Al propio tiempo, Israel continúa masacrando impunemente a la población palestina y en Colombia no cesan los crímenes contra líderes sociales y firmantes de los acuerdos de paz.
—Cuba, país en el que nos reunimos hoy, está atravesando una situación económica muy difícil a causa del recrudecimiento del bloqueo en medio del enfrentamiento a la pandemia. La administración Trump reforzó el cerco contra la Isla con 243 medidas. Ninguna de ellas ha sido retirada por Biden. La política cada vez más hostil de Estados Unidos afecta profundamente al pueblo cubano y es una violación flagrante de sus derechos humanos.
Con esta guerra fabricada por Occidente por aspiraciones geopolíticas, se deja a un lado el peligro real delcambio climático,reto que debiera unir hoy a toda la especie humana y que se alza como causa de su posible extinción.
Teniendo en cuenta este escenario alarmante, los participantes en el encuentro de la Red En Defensa de la Humanidad
NOS PRONUNCIAMOS POR:
- La búsqueda inmediata de una solución negociada al conflicto que detenga la escalada belicista y la pérdida de vidas humanas. La prolongación de la guerra solo significará una nueva catástrofe humanitaria y mayores beneficios a la industria armamentística.
- Ante las tendencias en los medios y las redes de fomentar el odio y las posiciones extremas, promover por todas las vías a nuestro alcance la defensa de la verdad y del análisis equilibrado y riguroso de las causas de esta crisis como vía para alcanzar la paz.
- Condenar el empleo de la censura, las falsas noticias y las fabricaciones mediáticas para manipular la opinión pública. Promover la concertación de acuerdos internacionales que se opongan al uso de las redes sociales en la promoción del odio, la violencia, el racismo, la xenofobia y todas las manifestaciones del nuevo fascismo. Denunciar en su conjunto la guerra cognitiva, dirigida a controlar el pensamiento y las reacciones de la población ante los acontecimientos.
- Abogar por el reconocimiento de la validez y el respeto de los acuerdos internacionales suscritos, la recuperación de la confianza en las organizaciones multilaterales, en los principios del derecho internacional y su importancia en el mantenimiento de la paz. El largo camino recorrido por las naciones después de la Segunda Guerra Mundial para crear un entorno jurídico que otorgara seguridad y evitara otra conflagración y el renacimiento del fascismo, no puede ser ignorado.
- Denunciar el ascenso del fascismo, el fundamentalismo, el racismo y la xenofobia que se está verificando en Europa y en otras partes del mundo.
- Reconocer el papel de la cultura en el acercamiento entre los pueblos, el entendimiento y la defensa de la paz. Denunciar las acciones hostiles contra ciudadanos rusos y las manifestaciones contra la cultura rusa.
- Emplazar a Israel para que responda ante la comunidad internacional por su continuada violación de los derechos humanos del pueblo palestino.
- Exigir al actual gobierno de Colombia que cesen las masacres y los asesinatos selectivos y se garantice un clima de seguridad imprescindible para el desarrollo de las elecciones.
- Acompañar al pueblo brasileño en este nuevo momento de su historia, ante la posibilidad de recuperar un gobierno que represente a las mayorías.
- Seguir atentamente el curso de los acontecimientos en nuestra región, para denunciar de manera oportuna las acciones de las oligarquías locales y del imperialismo contra líderes y movimientos progresistas.
- Condenar una vez más las sanciones coercitivas unilaterales en contra de países y pueblos que emprenden un camino de desarrollo soberano al margen de los dictados de los poderes establecidos. Tal es el caso Venezuela y Nicaragua y, en especial, de Cuba, país al cual el imperialismo norteamericano ha condenado a más de seis décadas de criminal bloqueo económico, comercial y financiero.
Y para que así conste firman esta declaración.
Dado en La Habana a los 26 días del mes de abril del 2022.