No pocas son las dudas de analistas sobre cuáles propósitos y resultados tendrá la cumbre entre EEUU y los jefes de Estado africanos que se celebrará del 13 al 15 de diciembre en Washington: ¿Será para una colaboración genuina o una nueva colonización?
Otra de las incógnitas de los mismos expertos es si ese cónclave favorecerá la paz y la unidad en África, o la arrastrará a implicarse en conflictos internacionales actuales, dividirla al mismo tiempo, y así la Casa Blanca ganar terreno en la región, incluso frente a sus aliados de la Unión Europea.
No es un secreto que el llamado continente olvidado ya dejó de serlo hace algún tiempo, y es hoy uno de los escenarios principales de la cruenta guerra comercial que EEUU protagoniza contra China, y otras potencias emergentes.
Tampoco es desconocido que las naciones africanas cuentan con inmensos recursos naturales que occidente siempre ha expoliado, y Washington quiere hacerse con ellos en medio del convulso panorama que vive hoy el mundo.
Se sabe muy bien también que EEUU está inmerso en una desenfrenada carrera de fondo dirigida a comprar gobiernos, partidos políticos y medios de comunicación con el fin de conseguir su objetivo.
No por gusto llueven las promesas de “cooperación” desde la Casa Blanca en las jornadas previas a la cercana cumbre, mientras se ofrecen sumas importantes de dinero por diversas organizaciones, algunas de ellas estrechamente vinculadas a la Agencia Central de Inteligencia (CIA).
El igual denominado continente negro es uno de los más afectados por los estragos causados por la pandemia de la Covid-19, la subida estrepitosa de todos los precios, la inflación y en general la crisis económica global actual.
África vive momentos financieros muy tensos y necesita más que nunca de la ayuda internacional, situación de la cual parece aprovecharse EEUU e imponer su dominio.
Por supuesto que las dudas de los analistas acerca de para qué servirá la cita de Washington tienen sobrados fundamentos porque los gobernantes de la Casa Blanca nunca han cooperado verdaderamente con los pueblos empobrecidos africanos, y sus “ayudas” han estado condicionadas a posiciones políticas a su favor.
Claro que no es errado pensar que una nueva recolonización está en marcha sobre África, lo que sería desastroso para el futuro de la región.