En la tradición jesuística hay una costumbre que se llama examen de conciencia. Fidel y Raúl nos inculcaron eso. Por eso es que siempre debemos tener un espíritu autocrítico sobre nuestras actuaciones y conductas.
También Fidel le enseñó a este pueblo, que era más importante leer que creer. He leído los artículos más recientes de Cuba en Contexto y debo decir con honestidad que no coincido con las esencias ni las motivaciones expresadas en esos textos.
A los autores les he respetado y admirado. He comulgado con la limpieza ética de sus conductas. He compartido muchísimas de sus ideas y producciones intelectuales. Son de referencia en mis clases, conferencias, reflexiones colectivas y forman parte del arsenal de argumentos que empleo para defender la Revolución socialista, las causas justas de la Humanidad y para explicar, esclarecer, orientar, persuadir y convencer a no pocos compañeros y compatriotas en la comprensión de nuestra realidad, la del mundo y el significado de nuestra lucha frente a las guerras, cognitiva, cultural, de 4G, no convencional y psicológica que se nos hace.
Es por ello, que no puedo compartir algunos argumentos, que considero equivocados y excesivos, que creo, comprometen la nobleza de las intenciones declaradas.
Se equivocan al creer y criticar un supuesto inmovilismo ideológico del PCC y la intelectualidad revolucionaria cubana. Si fuera así, Cuba estaría sumida en un nuevo “Zanjón” y yo veo y convivo con una realidad que demuestra lo contrario.
Se equivocan en creer que en Cuba, las mipymes son las clases antagónicas al proletariado en el poder. Ni está en formación una nueva clase con posibilidades reales de tomar el poder político y económico en Cuba, como en Rusia, ni este pueblo con su Partido comunista al frente lo permitiría.
Se equivocan al creer que Cuba dejó de ser un proceso radical. Si algo demuestra la actitud inconforme de nuestro pueblo ante la inflación, los abusadores y explotadores, la injusticia de los de sentimientos e intereses de clase burguesa, de rechazo a los corruptos y burócratas, de los pusilánimes y criticones, cuando debieran actuar a su lado, es de permanente radicalidad. Este pueblo no acepta “vaselina”, sino medidas y curas que vayan a las causas de los males y problemas que enfrentamos. Y eso lo veo todos los días.
Esa radicalidad también está expresada, y con nuestro Primer Secretario del CC-PCC, Díaz-Canel al frente y el Partido liderando, en la lucha contra el bloqueo genocida recrudecido, en la condena enérgica y valiente a la barbarie sionista contra el noble y combativo pueblo palestino. Lo veo también en las medidas contra el terrorismo (de todo tipo) contra Cuba. En el abundante proceso legislativo, desde el 2019 hasta la actualidad se han aprobado unas 30 leyes y decretos-leyes. Todas sometidas a análisis y debates en las bases. Las dos más abarcadoras, la propia Constitución y el Código de las Familias. Si eso no es ir a las raíces, no conozco qué es ser radical. Las casi 200 medidas para estremecer el sector empresarial socialista, la agricultura y la producción azucarera, con independencia de la inefectividad de muchas de ellas, se aplicaron después de largas y masivas jornadas de debates en bateyes, fábricas, productores, directivos, la Academia. Eso no es ir a las raíces de los problemas y movilizar el pensamiento y la acción colectivas para resolverlas.
¿Quién encabeza todas estas iniciativas? Los programas de transformación de barrios en situación de vulnerabilidad, ¿no es ir a las raíces, no es ser radical?, ¿quién lidera esos programas? ¿Se puede decir que exista inmovilismo ideológico?
Estuve en el X Congreso de los CDR y en todo el proceso desde las bases y créanme, no respiro la misma percepción alarmista y derrotista, al contrario, siempre veo a un pueblo que no acepta otro camino que no sea el Socialismo. Y soy testigo del cariño del pueblo a los líderes continuadores del proceso revolucionario, sobre todo a Díaz-Canel.
El mensaje de que vamos camino al capitalismo en Cuba, es una afirmación seria. Exige responsabilidad y evidencias. No basta surfear ante las apariencias, hay que bucear en las esencias de los fenómenos. Al paciente no se le indica tratamiento solo por los síntomas. Hay que analizar bastante y hondo para dictaminar certeramente un padecimiento. No demostrar científicamente (desde la práctica social y revolucionaria) lo que “alertan” y denuncian, como lo hicieron Marx, Engels, Lenin, Trotsky, Gramsci, Mariátegui, el Che y Fidel, los haría correr el riesgo del descrédito intelectual por superficialidad, infantilismo revolucionario y especulación.
Recuerdo al Presidente Díaz-Canel responder sobre este particular, cuando le decían que las mipymes son una expresión de neoliberalismo. Eso fue una acusación fuerte, seria e irrespetuosa. Porque yo veo a un cuadro y a un Gobierno, que tienen la convicción de construcción socialista basada en la mayor justicia social posible, basada en defender la soberanía y la independencia de este país, basada en buscar la mayor prosperidad para nuestro pueblo en igualdades.
Veo al Presidente nuestro y a Milei, veo al Gabinete argentino y al Gobierno revolucionario, y no me caben dudas de quiénes son los neoliberales. Y me respondo, si de verdad vamos camino a la “pavimentación de la transición capitalista en Cuba.
¿Existe una nueva clase burguesa en las mipymes privadas o estatales de Cuba?, ¿son enemigos de la nación?, ¿se oponen al orden constitucional establecido?, ¿se convirtieron en malas cubanas y cubanos?, ¿automáticamente abandonaron a la Revolución?, ¿son contrarrevolucionarios?, ¿podemos decir que son contrarrevolucionarios?, ¿están en contra de la Revolución?, ¿quieren derrumbar a la Revolución? Creo que son preguntas a respondernos desde la práctica de la realidad nacional. Con estudios de fondo, no solo con mirar o evaluar una, dos o diez experiencias personales.
Dejaré que sea el propio Presidente cubano el que esclarezca sus posiciones, las del partido y las del Gobierno:
“¿Quién quiere que ese sector se convierta en un sector de fractura con la Revolución? El enemigo, los yanquis, y lo demostraron ahora cuando un grupo, con la mejor intención, fue a un evento en Estados Unidos que se supone que era de negocios, un evento comercial, de intercambio, no político, y lo politizaron, y a algunos de ellos les pusieron a un terrorista en una cena. ¿Quién politizó eso, los de las mipymes, los de Cuba, el Gobierno cubano? Lo politizó Estados Unidos. Lo dicen descaradamente: “Vamos a convertir ese sector en un sector de oposición”. Les dijeron a ellos que iban a ser “agentes de cambio”, y hemos visto la reacción de muchos de ellos que no se han dejado manipular con esas cosas”.
“Las mipymes han levantado sistemas productivos de bienes y servicios. ¿Todo es perfecto? No, también es un fenómeno muy nuevo. Han aprovechado determinadas situaciones en las cuales tienen ventajas con relación a la empresa estatal, porque muchas de ellas van a buscar financiamiento a un mercado ilegal en divisas que lamentablemente se nos ha creado porque no hemos tenido divisas para fortalecer nuestro mercado cambiario legal, al que acudiría la gente, si existiera esa posibilidad, en mayor medida”.
“¿Que han existido desviaciones? Sí. ¿Que algunos venden muy caro y han abusado de los precios y han usado precios especulativos? También. Pero hay entidades del Estado que también los han tenido. O sea que esas desviaciones están en todos los actores de la economía”.
“Ahora estamos haciendo un análisis. Después de dos años de que esto cobró como proceso una mayor intensidad y una mayor dinámica, tenemos el derecho de hacer valoraciones, que las estamos compartiendo con representantes de ese sector y del sector estatal. Y vamos a ordenar o a perfeccionar las adecuadas relaciones que tienen que existir entre el sector estatal y el sector no estatal, dejando bien claro, porque lo que tiene que haber son reglas claras, precisas y coherentes, que no permitan que haya distorsiones”.
“Además, en medio de toda esta situación, el país aprobó un programa contra la discriminación racial. ¿Eso no es atender una vulnerabilidad o a un grupo de personas que pueden estar en alguna desventaja social?
Hemos aplicado un programa de adelanto de la mujer. ¿No es también atender situaciones de desventaja social?
Hemos ido a un proceso de transformación social en los barrios con participación popular y no solo con asistencialismo.
Hemos aprobado una política orientada a la niñez, a la juventud y a la adolescencia, que va a terminar con una ley.
Hemos seguido desarrollando y manteniendo programas sociales que fueron diseñados por el Comandante en Jefe en otro momento de la Revolución, por ejemplo, los programas de la Batalla de Ideas, que son tan evidentes…, y siguen ahí y son sostenidos por esa economía que muchas veces criticamos, y están en función de la sociedad”.
“Pero, además, no hemos subido tarifas. Hoy tenemos a empresas y a trabajadores de empresas estatales en desventaja por no subir tarifas a la población en medio de esta situación. Por ejemplo, los trabajadores electroenergéticos: el precio del combustible sube, suben los gastos de las empresas que generan electricidad y, sin embargo, no subimos la tarifa eléctrica a la población, por lo tanto, cada vez esos trabajadores ganan menos y siguen dando un servicio a la población, y todos sabemos el heroísmo de los trabajadores electroenergéticos en todos estos tiempos de crisis energética y de generación eléctrica”.
“Pero las empresas del transporte público están casi quebradas, porque no hemos subido las tarifas del transporte público.
Creo que hay lujos que no nos podremos dar durante un tiempo, pero seguimos siendo solidarios y seguimos tratando de atender a todos. ¿Que tenemos desigualdades, que se han generado algunas desigualdades? Están generadas desde el Periodo Especial, no son de ahora, están generadas de antes. Se han acumulado y tal vez se observan con mayor dimensión en momentos complicados, porque estamos viviendo una crisis”.
“En los últimos tiempos cuando han existido ciclones, cuando han existido desastres naturales, cuando han existido accidentes, ¿qué se ha hecho con la gente que ha sufrido esos desastres? ¿No ha existido enseguida solidaridad desde las instituciones estatales y desde el pueblo, y no se ha trabajado para atenderlos a todos? Entonces, ¿cómo se puede pensar que lo que estamos aplicando es neoliberalismo? ¿Es neoliberalismo o son unos enormes deseos de seguir perfeccionando el socialismo? Y de construir el socialismo con lo que podemos hacer hoy posible dentro de las circunstancias que estamos viviendo, sin negar y sin comprometer el futuro de construcción socialista que alcanzaremos en un momento cuando superemos estas circunstancias”.
“Y lo otro, que es una certeza: aquí los medios fundamentales de producción siguen siendo del pueblo, representado en el Estado. Los principales medios de producción no están en manos del sector privado, ni se gestionan por el sector privado. Se gestionan con empresas estatales, son propiedad de nuestro pueblo, y aquí no va a haber privatizaciones de esos medios fundamentales de producción. Lo que pasa es que hay que hacer una obra de creación heroica, tenemos que construir heroica y creativamente el socialismo del siglo XXI en Cuba. De eso se trata”.
“Estoy dispuesto a discutir sobre estos temas y a escuchar, pero a veces ofende, no creo que todos lo hagan con esta intención, pero ofende –no estoy hablando a título personal, estoy hablando en nombre del Gobierno y del Partido– cuando todos los días lo que estamos es atentos a cualquier cosa de cómo podemos dar un poquito más para la población, de cómo podemos perfeccionar. ¿Que nos equivocamos? Sí, nos equivocamos; los que dicen que somos neoliberales se están equivocando también, se están equivocando y lo que están tratando es de crear desconfianza y descrédito en la Revolución. Habría que ver qué ellos harían si estuvieran en la posición de nosotros dirigiendo, cómo encararían estas situaciones: primero, si tuvieran el valor para mantenerse en pie enfrentando estas situaciones y seguir creyendo en el sueño de la construcción socialista, seguir creyendo en nuestro pueblo, seguir entregados en alma y cuerpo al pueblo”.
“Esos son los criterios que tengo y las convicciones que tengo sobre este tema, que es un tema complejo porque es parte de una situación muy compleja en lo económico y muy compleja en lo social”.
Concluyo diciendo, que veo con mucha claridad hacia dónde vamos. Lo vi en el reciente Pleno del CC-PCC, lo veo en las sesiones de las comisiones permanentes del Parlamento cubano y lo veré en la Sesión Ordinaria de la Asamblea Nacional, lo veo en las comunidades acá en Las Tunas, lo veo en la Universidad, lo veo en los múltiples grupos de redes sociodigitales a los que estoy integrado, lo veo en mis abundantes intercambios con amistades y familiares, y créanme, que el pueblo cubano, con su Partido y Gobierno al frente, vamos hacia más y mejor socialismo.
Solo, que estamos en medio de una pelea ardua y decisiva. Y a los intelectuales, como ustedes, les cabe más y mejor, y sería más útil y productivo, arrojar luces y no sombras, sembrar confianza y optimismo, y no pesimismo y desaliento, esclarecer, como lo han hecho muchas veces y no confundir. Alentar y no desalentar. Unir y no desgajarnos con cuestionamientos al Presidente, al aparato ideológico del CC-PCC, al Gobierno, al Partido y a la intelectualidad revolucionaria y comprometida con la nación, que la veo día a día, pues soy miembro de la Red En Defensa de la Humanidad, Capítulo Cubano y constato la lucha diaria contra todo lo que atente contra Cuba y la Humanidad.
Concluyo como le dijo Martí a su entrañable amigo Fermín Valdés Domínguez: “El caso es no comprometer la excelsa justicia, por los modos equivocados o excesivos de pedirla”.