La noticia, ampliamente difundida en ciertos espacios, pero prácticamente invisibilizada en los grandes medios cartelizados, hace referencia al proceso en contra del medio Cubainformación. Este es un espacio de defensa del proyecto político y social de la Revolución cubana, que mediante diversos servicios noticiosos, intenta mostrar la otra realidad de la isla, precisamente aquella que no cuadra con el relato impuesto unilateralmente por los poderes fácticos.

En entrevista reciente con Octavio Fraga para el blog Cine Reverso, José Manzaneda, fundador y director del proyecto, comentaba las causas de este proceso. Prisoners Defenders, una organización asentada en Madrid, particularmente su presidente Javier Larrondo, son los que han iniciado la causa penal contra el medio y la asociación Euskadi-Cuba por injurias, calumnias y delitos de odio.

La acusación se basa en una frase, incluida en una de las investigaciones publicadas en el medio sobre la organización Prisoners Defenders y que fue luego retirada.

Actualmente Manzaneda, Cubainformación y Euskadi-Cuba enfrentan una posible pena de seis años de cárcel y 50 mil euros de indemnización, en caso de que el proceso siga su curso y un tribunal los encuentre culpables.

Sobre Prisoners Defenders, el propio Manzaneda explica:

«(…) está muy especializada en los temas jurídicos, en el sentido de que redacta informes sobre supuestas violaciones de derechos humanos, supuestos presos políticos en la isla e informes contra la cooperación médica cubana (…) informes que después utiliza el gobierno de Estados Unidos en su política de agresión, sanciones y bloqueo contra Cuba.»

Prisoners Defenders forma parte del entramado de organizaciones, individuos, medios de comunicación “independientes”, etc, con los cuáles se intenta dar cumplimiento a una serie de objetivos de la política contra Cuba: 1) construcción de una narrativa ideológicamente determinada con el sustento de abundante material “probatorio” elaborado por este entramado para erosionar simbólicamente al proyecto cubano y legitimar las acciones hostiles del gobierno estadounidense, generoso financista de estas entelequias; 2) ahogar cualquier voz o narrativa que pretenda presentar la realidad cubana desde otro ángulo, así como desanimar cualquier empeño de solidaridad con la isla; 3) castigar y atemorizar mediante el linchamiento simbólico, jurídico o de cualquier otra naturaleza a quien se atreva a defender a la Revolución cubana; 4) ser amplificadores de una perspectiva neoliberal e imperialista, disfrazada de diversas maneras, en dependencia del público al cual pretenda venderse.

El ataque contra Cubainformación es, entonces, una lección de que nadie que defienda la Revolución cubana o que adverse la narrativa va a estar a salvo. Es la variante local, por decirlo de alguna forma, del lawfare como herramienta política de la reacción, que ha sido ampliamente usado en contra de gobiernos de izquierda en América Latina.

En un contexto de importantes cambios políticos a nivel global, la ultraderecha, reorganizada, emprende una nueva ofensiva en la región, aupada por el gobierno de Estados Unidos (reaccionario sea demócrata o republicano) y envalentonada por el triunfo de Javier Milei en la Argentina, en la estela de un lustro donde figuras como Donald Trump y Bolsonaro abrieron importantes caminos para la arremetida reaccionaria.

En ese escenario, la Revolución cubana debe desaparecer. Debe desaparecer como hecho aún existente, con inmensos retos que los cubanos debemos sortear, y también como símbolo de que un modelo diferente es no solo posible, sino cada vez más necesario.

Defender a Cubainformación y a su director es defender la existencia de voces que discrepen del mainstream informativo, que se atrevan a mirar donde otros no miran. Es defender la existencia de proyectos como la Revolución cubana, imperfecta como las mujeres y hombres que la han hecho, pero por lo mismo también inmensa en sus logros y en su historia. Es no permitir que las maquinarias del pensamiento liberal, sus excrecencias ideológicas, políticas y económicas se impongan mediante el miedo, el acoso y la fuerza.

José Ernesto Nováez Guerrero. Investigador y periodista. Coordinador del capítulo cubano de la Red de Intelectuales y Artistas en Defensa de la Humanidad. Es autor de los libros “Hijos del polvo” y “La ideología en el semanario Lunes de Revolución con respecto a la situación del intelectual y el arte en la Revolución Cubana”.

Fuente: Cuba en Resumen

Por REDH-Cuba

Shares