Con la participación de más de 90 mujeres, abrió sus puertas la Escuela Berta Cáceres de organizaciones feministas para facilitadoras, de la Alianza por la Jornada Continental contra el Neoliberalismo.
Este espacio formativo, iniciado el lunes último promueve el intercambio alrededor del pensamiento crítico al servicio del humanismo y en compromiso con la práctica transformadora de emancipación en América Latina y el Caribe.
El encuentro, que se extenderá hasta el 10 de agosto de 2024 en el Centro de Capacitación Ecosol en la ciudad de Siguatepeque, Comayagua, Honduras, dedicó su inauguración a Berta Cáceres y Nalu Faria, como ancestras del movimiento feminista internacional.
La intención es conectar con saberes, culturas y luchas; ponerle el alma, el corazón, el respeto a las luchas y rescatar las identidades.
Para las participantes, Nalu y Berta dejan una historia que invita a «no abandonar nunca la ternura“, …»esa hay defenderla en todas las trincheras, …sus nombres cargan la fuerza de los ríos por el que corren sueños y esperanzas; en sus palabras se descubre la maravilla de la vida, la lucha y lo colectivo”, expresó Anabel Antúnez, una de las participantes por el Capítulo Cubano de la Marcha Mundial de las Mujeres.
“Ellas hablaban de solidaridad, compañerismo, creían en lo popular y en internacionalizar la lucha. Sus muertes tempranas e injustas nos golpearon fuerte; no fue un final, fue un renacer, el inicio de nuevas batallas, algunas ya convertidas en victorias que, a partir de esos días, llevan sus nombres. Hay mujeres que nacen en lo cotidiano, pero llevan en la sangre la rebeldía…, así son Berta Cáceres y Nalu Faria”, agregó.
“La lucha sigue porque Nalu y Berta se convirtieron en semillas que crecen con nuestras resistencias y nuestras alegrías, ellas se acompañan de muchas otras mujeres que también han construido las historias que hoy nos habitan, sembraremos junto a ellas todas las semillas que nos acompañan, que nos mantienen vivas y en pie de lucha”, concluyó.
Durante su primer día de trabajo, las participantes pusieron en contexto los objetivos de formación política, con vistas a replicar en sus territorios y organizaciones el fortalecimiento de capacidades y conocimientos.
Sandra Morán, coordinadora de la escuela, puntualizó que esta desarrolla en la práctica la educación popular feminista decolonia y es un espacio para reconocer las deficiencias y debilidades que tenemos en nuestros países, que demuestra la importancia política y estratégica de la formación política.
Agregó que la institución se enmarca en la construcción del sujeto político, “construye su propia política y va fortaleciendo un movimiento que la represente, la construya, la empuje y, por último, establecezca alianzas entre nosotras en la jornada continental.
“Esta escuela la estamos haciendo todos y todas para deconstruir la estructura neoliberal de una ideología inmovilizante, descolonizar esta estructura política que se guía por patrones, incluso estéticos, que consumimos a diario».
Estamos llamadas, dijo, a rescatar el vínculo, los nexos del trabajo comunitario, poner en común lo que hacemos, nuestra lucha, nuestra política.
“Es un espacio liberador, de aprendizaje múltiple y de confianza para seguir andando juntas desde nuestras apuestas. En ella trabajamos con la Educación Popular, partimos de nuestros imaginarios, desde las diferentes opresiones que estamos enfrentando y podemos propiciar alternativas que generen esperanza.
“Apostamos por construir un poder popular que refuerce la unidad, el control de nuestros bienes comunes, la distribución, la equidad, la participación como fin político en sí misma, el liderazgo democrático donde se compartan poderes y que la comunicación popular sea nuestro referente para unir, para construir nuestras propias narrativas”.
Fuente: Revista Mujeres