Cuando las llamadas “potencias occidentales”-encabezadas y patrocinadas por los gobiernos imperialistas de Estados Unidos en sus diferentes períodos- comenzaron a generalizar la política de sanciones económicas unilaterales coercitivas como instrumentos de presión, amenaza, chantaje e injerenciacontra todos los demás países del mundo que en un momento determinado no cedieran a su dictado, lo hacían aparentemente de acuerdo con su propia legislación y facultades nacionales para imponerlas dentro de las fronteras del propio país imperial.
Fuente: Firmas selectas P L
Poco a poco, sin embargo, acompañando a la decadencia imperial y al multilateralismo global que lo desafiaba eignoraba tales sanciones y las volvía contra sus propios autores, fue apareciendo el carácter extraterritorial y aún más ominoso e ilegítimo de las pretendidas sanciones dirigidas a la intimidación y el engaño.
Se trató entonces por parte de los gobiernos imperialistas de Estados Unidos y sus socios subordinados, de rebasar todos los limites que sirvieran de contención a las sanciones y bloqueos y pudieran interpretarse como de carácter bilateral: surgió así la extraterritorialidad de tales sanciones, o sea, la posibilidad de ejecutarlas en cualquier parte y de cualquier modo.
Estados Unidos asumió abiertamente la piratería y la elevócomo política de Estado, violando de esta manera no solo la Carta de Naciones Unidas y demás convenciones internacionales regulatorias de la no intervención, el libre comercio y las finanzas mundiales, sino también los más elementales principios de convivencia entre naciones, aún con sus aliados temporales o circunstanciales.
En medio de las sanciones económicas unilaterales coercitivas con que el gobierno de Estados Unidos inunda al mundo de hoy merece citarse, como uno de sus ejemplos más evidentes, violatorios y sucios, a la llamada “Ley Helms-Burton” contra Cuba, que reúne en su contenido los peores y mássiniestros extremos de injerencia y bloqueo, combinándolos hasta la pretensión ridícula e inalcanzable de convertir a Cuba en su colonia.
La lucha contra la extraterritorialidad e imposición de las sanciones económicas unilaterales y coercitivas por parte de los gobiernos imperialistas de Estados Unidos ha de encabezar hoy los esfuerzos de soberanía y de independencia de todos los que aspiran a un mundo de paz y justicia, unido pero diverso y, sobre todo, liberado de la imposición imperial y sus dictados.
En América Latina, en estos momentos, no solo se multiplican y se extienden las sanciones contra Cuba y Venezuela, sino se hacen patentes las amenazas y la intimidación contra México, Brasil, Colombia, Honduras, Nicaragua, Bolivia y cuanto otro pueblo decida o pretenda decidir su camino propio e independiente, sin injerencias ni tutelajes.
La extraterritorialidad de las leyes yanquis es la más peligrosa amenaza que debe desafiar el mundo de hoy para no retroceder a la “ley de la selva” o encarar la posibilidad inevitable de una Tercera Guerra Mundial.
Mediante la imposición de la extraterritorialidad los gobiernos imperialistas de Estados Unidos pretenden arrastrar tras de sí al resto de la humanidad, ante su declinar inexorable y cada vez más visible.