El ministro de Relaciones Exteriores de Cuba, Bruno Rodríguez Parrilla, afirmó este miércoles que la decisión del gobierno de Joe Biden de excluir a Cuba de la lista de Estados que según Washington patrocinan el terrorismo “fue seria, importante y en la dirección correcta, aunque muy limitada y tardía”.

La presencia de Cuba en la lista del Departamento de Estado “carecía de credibilidad, pero sus efectos prácticos son extraordinarios en el sector financiero” y están orientados a “generar daño a la familia cubana”, aseguró.

El canciller respondió a interrogantes que desde el anuncio de Washington este martes se han reiterado en las redes sociales, en primer lugar por qué el gobierno de Biden toma estas medidas, y al respecto dijo: “Mi opinión es que las ha tomado porque su plan ha fracasado”. “Ha fracasado el objetivo final de derrotar a la Revolución, mediante medidas que provoquen un colapso total de la economía y una colisión social”, dijo.

Consideró que el gobierno de Biden “ha tomado estas decisiones a partir del reconocimiento de que la política que aplicó hacia Cuba es una política obsoleta, fallida, que no tributa a los objetivos ni a los intereses nacionales de Estados Unidos, ni tiene el apoyo de los estadounidenses, ni de los cubanos residentes en ese país”.

También “es un reconocimiento de que esa política fallida le provoca un gravísimo aislamiento internacional, descrédito a su política exterior, y que daña instrumentos que supuestamente el gobierno de Estados Unidos necesita para hacer cumplir determinados objetivos”.

Comentó que a pesar de las difíciles circunstancias en las que vive hoy el país, “se mantiene el apoyo del pueblo cubano a la Revolución, al orden constitucional que de manera soberana y en ejercicio de libre determinación se ha escogido”.

El canciller agregó que estas decisiones de Biden “ocurren gracias a la creatividad de nuestro pueblo, gracias al heroísmo cotidiano, gracias a su nobleza, que concita a escala internacional y dentro de amplios sectores de Estados Unidos, admiración, respeto, apoyo y solidaridad”.

Dijo que este listado del Departamento de Estado es “un instrumento de coerción política contra Estados soberanos”. “Cuba nunca debió entrar en esa lista, fundamentalmente por su condición de víctima del terrorismo”, subrayó.

“Lo más correcto sería levantar el bloqueo”, enfatizó Rodríguez Parrilla, al insistir en que Cuba continuará defendiendo sus derechos como Estado soberano y siempre ha estado y continuará abierta al diálogo respetuoso, sobre la base de igualdad, y en consonancia con los principios del derecho internacional.

Otra interrogante a la que el ministro respondió fue por qué ahora: “Habría que preguntar al gobierno de Estados Unidos por qué ha esperado hasta este momento para hacer lo que pudo haber hecho -y lo que muchos de sus votantes, incluidos ciudadanos de origen cubano-, han esperado desde su elección”.

Recordó que el presidente Biden en su plataforma electoral se comprometía a adoptar cambios significativos en la política de Estados Unidos hacia Cuba, teniendo en cuenta el serio retroceso en las relaciones bilaterales que provocó el gobierno republicano que lo precedió, en los avances que se habían alcanzado entre 2014 y 2016.

“Cuba ha tenido siempre, y tiene hoy, y tendrá mañana, y tendrá la semana que viene, y en el futuro, toda la voluntad de trabajar a favor de relaciones civilizadas, en beneficio de nuestros pueblos, a pesar de las muy profundas diferencias que tenemos con los gobiernos estadounidenses”, subrayó.

“Nuestra disposición a sostener un diálogo se mantienen intactas”, dijo Rodríguez Parrilla, y agregó que es algo que “reiteraremos al próximo gobierno”.

Una tercera pregunta recurrente a la que el ministro dio respuesta este miércoles ante la prensa fue si estas decisiones de Biden podrían ser reversibles: “Sí, son medidas ejecutivas que pueden revertirse de manera ejecutiva”, dijo. No obstante, apuntó que, según la opinión de algunos políticos estadounidenses, incluso “de algunos de los que participaron, protagonizaron, provocaron el retroceso en la relación bilateral”, “tomará tiempo y trabajo revertirlas”.

El canciller opinó que “será muy importante considerar que pase lo que pase con relación a estas medidas en el futuro, son un hecho importante, un acontecimiento que ha recorrido el mundo y que ha recibido muy amplio apoyo internacional en las pocas horas de los anuncios principales que hicieron ambos gobiernos. Ha concitado reconocimiento y solidaridad internacional, debate en Estados Unidos, dentro de la terrible polarización política que existe en ese país; pero un apoyo significativo de ciudadanos, organizaciones, instituciones, estadounidenses”.

“En Cuba -dijo- ha sido acogido con beneplácito de nuestro pueblo y con esperanza de que esto podría abrir un camino hacia una mejoría en las relaciones bilaterales, sabiendo perfectamente que no hay hacerse ilusiones con expectativas excesivas”.

En su comparecencia, el jefe de la diplomacia cubana indicó que las medidas coercitivas y unilaterales que aplica la nación norteamericana desde hace más de seis décadas contra la isla solo le ocasiona un “gravísimo aislamiento” a Estados Unidos, así como “descrédito a su política exterior”.

“El paso que corresponde es seguir levantando elementos del bloqueo, levantar el bloqueo en su conjunto y dejar a los cubanos vivir en paz”, destacó.

A su juicio, el bloqueo se trata de una “política obsoleta, fallida, que no tributa a los intereses nacionales” de EE.UU.

Este 14 de enero, el gobierno del presidente Joe Biden anunció la decisión de excluir a Cuba de la lista del Departamento de Estado de países que supuestamente patrocinan el terrorismo, medida que había mantenido Washington desde el 12 de enero de 2021, cuando fue suscrita por el entonces presidente Donald Trump.

La Administración Biden también decidió este martes hacer uso de la prerrogativa presidencial para impedir que se pueda tomar acción en tribunales estadounidenses ante demandas judiciales presentadas al amparo del Título III de la ley Helms-Burton, y eliminar la lista de entidades cubanas restringidas que designa a un grupo de instituciones con las cuales se prohíbe a ciudadanos e instituciones estadounidenses realizar transacciones financieras, lo que ha tenido efecto en terceros países.

De acuerdo con una Declaración de la Cancillería, “a pesar de su carácter limitado, se trata de una decisión en la dirección correcta y en línea con el sostenido y firme reclamo del gobierno y el pueblo de Cuba”.

“Esta decisión del gobierno de Biden pone fin a medidas coercitivas específicas que, junto a muchas otras, causan un grave daño a la economía cubana, con un efecto severo sobre la población”, agrega la Declaración del Minrex, al destacar que permanecen vigentes el bloqueo económico y buena parte de las decenas de medidas coercitivas que se pusieron en vigor desde 2017 para reforzarlo, con pleno efecto extraterritorial.

Insiste la Cancillería en que “la guerra económica permanece y persiste en plantear el obstáculo fundamental al desarrollo y la recuperación de la economía cubana con un alto costo humano para la población, y continúa siendo un estímulo a la emigración”.

Fuente: Cubadebate

Por REDH-Cuba

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