Niñez palestina hacen largas filas para recibir comida en el campo de refugiados de Jabalia, en Gaza, el 11 de marzo de 2025, después de que Israel suspendiera toda la ayuda humanitaria a la Franja. [Mahmoud Issa/Anadolu]

Tened presente el hambre, recordad su pasado turbio de capataces que pagaban en plomo aquel jornal al precio de la sangre cobrado con yugos en el alma, con golpes en el lomo. …

Para que venga el pan justo a la dentadura del hambre de los pobres, aquí estoy, aquí estamos. Nosotros no podemos ser ellos, los de enfrente, los que entienden la vida como un motín sangriento, como tiburones, voracidad y diente, panteras deseosas de un mundo siempre hambriento.

Primeros y últimos versos del poema titulado El Hambre, del gran Miguel Hermández.

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El ejército inhumano ha cerrado las puertas y ha dejado encerrada a una multitud humana, siempre digna, sufriente por su causa, que es la de todos los que no aceptamos que se mate de hambre hoy a 2.400.000 de los nuestros, los habitantes de Gaza. De entre ellos más de 1.100.000 son niños, 600.000 son menores de 10 años, 60.000 son bebes que no tienen leche materna, 60.000 son mujeres embarazadas que padecen graves deficiencias alimentarias, y aun quedan más de la mitad, mujeres, hombres, que van a morir, 2.400.000 asesinados con el hambre propiciada por el colonialismo sionista apadrinado por la máquina de matar estadounidense y europea.

Miren las fotografías, asistan al crimen grabado, es para que se acostumbren y coman palomitas mientras la infancia palestina se ve esquelética, huesos por piernas, brazos, vean las costillas, la calavera con ojos hundidos en el fondo de sus cuencas. Malditos sean los causantes y quienes comen palomitas. No hay suficientes organizaciones internacionales que llaman a parar el genocidio, no hay suficientes, existen muchas que miran a cualquier otra “cosa”. Y no es suficiente “pedirlo”, hay que tomar por el cuello al criminal y a todos los inhumanos, todos los que tienen como plan disponer de Gaza y su pueblo como campo de pruebas, su escuela para que las buenas gentes dejen de sentir pues de semejante modo seremos más objetos y menos sujetos.

Las organizaciones palestinas, ¡fíjense bien!, ¡quienes sufren el crimen! aun tratan de educarnos en los valores que nos nombran, y nos gritan ¡vosotros que no hacéis nada por evitar el crimen, sois los siguientes!

Continúa vigente la orden de arresto de la Corte Penal Internacional contra el genocida Netanyahu y su lugarteniente Yoab Gallant, y ninguno de los virreyes gobernantes europeos se dispone a hacer cumplir la orden de busca y captura de los peores terroristas, por eso Netanyahu viaja a EEUU y Europa a sentarse con sus protectores, le han dado armas y dinero, y cacarean que “tiene derecho a defenderse”.

Y aún el Papa pide que paren de matar, con todo mi respeto, no pida, ponga a sus feligreses a cerrar el paso a los criminales, que todas las iglesias que aman a los seres humanos y rezan tanto por un mundo mejor pongan a sus feligreses en la calle y exijan a los gobiernos el fin de su relación criminal. Los pueblos han tomado las calles de Madrid, de París, de Londres, de Berlín, de cuántas ciudades del mundo imperialista, … ¿qué clase de inhumanos son esos gobernantes que colaboran en el genocidio?, echan cuentas sobre lo que van a sacar sus amos si destrozan Medio Oriente, y hacen cálculos sobre la explotación de los pueblos sobre los que habitan, europeos y estadounidenses.

Hoy se cumplen 140 días sin alimentos, sin agua, sin medicamentos, se teme una muerte masiva en lo inmediato de miles, millones del Pueblo de Gaza. ¿Qué dirán después los cómplices de los criminales directos?, o quizás inviten a seguir viendo asuntos de la más baja estofa pues ya habrán acostumbrado a la mayoría embrutecida al odio fascista hacia los indefensos, ¿entonces, qué tal se vería si los 2.400.000 asesinados fuesen los ametrallados, bombardeados, hambreados, sedientos, enfermos, en Madrid, París, Londres, Berlín, Nueva York, …? Tras la 2ª Guerra Mundial se decía que en Europa había un olor peculiar, como a algo dulce, es el olor que esparcen los cadáveres, y la 3ª Guerra Mundial la llevan adelante en Gaza, los virreyes del imperio y los jeques imperiales preparan las zanjas a las que os van a llevar vivos o muertos, el capitalismo hace las guerras para seguir vivo. Si te da asco no calles, no pidas, exige, agarra por la solapa a los que te engañan, callan, colaboran, a los responsables en cada sitio, y fuera. Qué menos que, como en Bruselas el Tribunal de 1ª Instancia ha prohibido el envío de armas a los genocidas, y ha dictado la imposición de una multa de 50.000 euros al gobierno por cada envío de armas que se permita, una ridiculez, ¿pero qué hacen los jueces, de los demás países?, además las organizaciones que denunciaron han sido respaldadas por artistas e intelectuales, hay movilización, se han sumado y hacen campaña para recoger dinero e impulsar denuncias y más denuncias, hay que atar a los criminales y a sus cómplices, o de lo contrario el campo de pruebas que es Gaza lo reconocerás, el ansia del capital te incluirá como portador de sus armas, y sabrás el por qué del hambre y la sed del pueblo de Gaza, sabrás cómo se las gasta el capital para poseer las riquezas de Medio Oriente … en Madrid, París, Londres, Berlín, … 2.400.000 habitantes de Gaza llaman a la movilización mundial, te llaman a ti que lees.

Ramón Pedregal Casanova es autor de los libros: Gaza 51 días; Palestina. Crónicas de vida y Resistencia; Dietario de Crisis; Belver Yin en la perspectiva de género y Jesús Ferrero; y, Siete Novelas de la Memoria Histórica. Posfacios. Colaborador del canal Antiimperialistas.com, de la Red en Defensa de la Humanidad.

Por REDH-Cuba

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