El día que la patria peligre. Por Alberni Poulot Cumbá

El sagaz periodista inquiere más detalles sobre el 4 de febrero de 1992, fecha en que un grupo de militares se rebeló contra las medidas neoliberales, con las que el presidente de Venezuela, Carlos Andrés Pérez, arruinaba a las capas más desfavorecidas de la población venezolana y privilegiaba los intereses norteamericanos y de la entreguista oligarquía nacional:

“Volviendo a la acción del 4 de febrero. Concretamente ¿cómo movilizó usted a su batallón de paracaidistas? ¿Les explicó que iban a dar un golpe de Estado?[1]

Sospechaban que preparábamos una acción. Pero no podíamos pregonarlo, ni dar detalles precisos… Recuerde que estábamos muy vigilados… Los hombres, más o menos, estaban al corriente; habíamos hecho un importante trabajo político, estaban concientizados, se adherían al proyecto bolivariano… Habíamos trabajado bastante lo ideológico, lo bolivariano, lo zamorano, lo robinsoniano, el «árbol de las tres raíces»… Les repetía siempre un lema: «El día que la Patria peligre…». Y ellos respondían en coro: «¡Volaremos como las águilas!». Cuando llegó el momento, hasta se peleaban por participar en la acción”. 

Este fue el punto de giro de una seudo democracia que ignoró las necesidades de un país y al mismo tiempo dio inicio al proceso de construcción colectiva de un nuevo destino nacional, con equidad y justicia social, inspirada en los más profundos valores bolivarianos. 

Con la llamada “Operación Zamora”, donde participaron miembros del Movimiento Bolivariano MBR-200, afianzados en el pensamiento de Simón Bolívar, Simón Rodríguez y Ezequiel Zamora se llevó a cabo una rebelión en contra de un gobierno que en 1989 reprimió a todo un pueblo que buscó defender sus derechos.

De ese suceso se ha escrito bastante, desde múltiples miradas, condicionadas todas por las posiciones económica, política e ideológica de sus opinantes. Sin embargo, hay dos cuestiones que invitan a seguir profundizando en su esclarecimiento histórico.

La primera: ¿Fue el 4 de febrero de 1992, en Venezuela, la fecha de un intento fallido de golpe de Estado?, ¿se propusieron Hugo Chávez y sus compañeros de armas dar un golpe de Estado al presidente Carlos Andrés Pérez?, de ser cierto, ¿con qué objetivo?, ¿qué exactamente pretendían?, ¿si no fue un intento de golpe de Estado, exactamente qué fue lo que ocurrió?

La segunda: ¿Cuál fue la opinión y posición del principal actor político-militar de ese suceso: el comandante Hugo Rafael Chávez Frías?

Según la enciclopedia corporativa Wikipedia[2] un golpe de Estado[3] (calco del francés coup d’État) es la toma del poder político de un modo repentino por parte de un grupo de poder de forma ilegal, violenta o a la fuerza, generalmente se realiza por militares o con apoyo de grupos armados.

En la misma enciclopedia se señala que  en 1962, Samuel Finer[4] escribió otro libro importante para la conceptualización del golpe de Estado: The Man on Horseback: The Role of the Military in Politics (tit. trad. Los militares en la política mundial). La edición original de Finner fue ampliada en 1975 (Peregrine Books) y en 1976 (Penguin Books); en 1988 se realizó también una edición publicada por Westview Press.

Finner, pensando en los militares, distingue cuatro niveles de presión sobre el Estado, de los cuales considera legítimo solo al primero:

  1. Presión sobre el gobierno o los parlamentarios, para influir a favor de sus intereses;
  2. Reclamos al gobierno o el parlamento bajo aviso de que, en caso de no ser aceptados, procederán a realizar acciones dañinas. Finner considera este nivel como extorsión ilegítima. Aun sin que el gobierno cambie, Finner sostiene que esta situación podría dar lugar a un «golpe de Estado tácito», en el que el gobernante toma las decisiones que le impone el grupo de presión.
  3. Uso de la violencia o amenaza de violencia para reemplazar al gobierno civil por otro gobierno civil.
  4. Uso de la violencia o amenaza de violencia para reemplazar al gobierno civil por un gobierno militar”[5].

Indiscutiblemente esta taxonomía, si bien se ajusta a una práctica histórico-social, que valida la misma por muchos de los eventos golpistas ocurridos a lo largo de la historia humana, no puede “encerrar” toda la riqueza de acontecimientos con que con esa etiqueta se han codificado.

Ejemplo de ello fue el golpe de Estado que encabezó, en 1965 Houari Boumédiène[6]  contra el primer presidente argelino, Ahmed Ben Bella[7].

El coronel Boumédiène, era el jefe de Estado Mayor del Ejército de Argelia, compañero de filas y militancia de Ben Bella. La situación política que se vivía en ese momento, caracterizada por las continuas confrontaciones internas del Frente de Liberación Nacional y las presiones exteriores, principalmente por la problemática definición de las fronteras del país y la guerra de las arenas[8] con Marruecos, provocada también por problemas fronterizos y en la cual países como Francia y EE. UU. apoyaban a Marruecos para que Argelia abandonara la zona en disputa (Tinduf y Béchar), marcaron el inicio del desacuerdo de Boumédiène con la política que desarrollaba Ben Bella.

Nunca el objetivo de la acción militar fue favorecer alguna Junta Militar Golpista, ni buscar por ambición personal o de clase, el poder político, sino para emprender una política que buscaría acabar con los poderosos resortes neocolonialistas que se mantenía con Francia, la antigua potencia colonizadora tras la independencia. Su política se dirigió a poner fin al exclusivo control francés en la explotación de los ricos yacimientos de hidrocarburos y a lograr la retirada de las bases militares que Francia mantenía en el país. En el plano económico, su referencia era el modelo socialista (contrario al de Ben Bella, que era de autogestión nacionalista) que le sirvió para desarrollar la nacionalización de los hidrocarburos en 1971, que causó conflictos con los intereses franceses.

Otro ejemplo, está relacionado con los acontecimientos ocurridos entre el 19 y el 21 de agosto de 1991, en el que un grupo de miembros del Gobierno y del KGB (Comité para la Seguridad del Estado, en ruso, Комите́т госуда́рственной безопа́сности: Komitet gosudárstvennoy bezopásnosti (КГБ) de la Unión Soviética) depusieron brevemente al presidente de la URSS Mijaíl Gorbachov e intentaron tomar el control del país: “En aquel momento, se lo digo francamente, con un sentido favorable. Eso nos alentó. Uno sabía que el golpe lo daba un grupo de militares opuestos al desmembramiento de la Unión Soviética y a la marcha política que conducía fatalmente hacia la subordinación de la Unión Soviética al imperio de los Estados Unidos[9].

Entonces, ¿por qué etiquetar con el calificativo de golpe de Estado o intento del mismo la sublevación armada de un grupo de militares revolucionarios en la Venezuela de febrero de 1992?

En mi opinión hay dos posibles razones. La primera, la fuerza de la tradición golpista en América Latina, el Caribe y en la propia Venezuela, lo que siembra un reflejo condicionado en todo aquel, que sin profundizar en causas, contextos, actores y objetivos, sucumbe ante el primer impacto de la referencia, de la noticia, del relato o de la información; y la segunda razón, es la intención ideológica de los imperialismos norteamericano y europeos, y de las oligarquías nacionales de la región latinoamericana y caribeña, de deslegitimar los procesos revolucionarios populares, adversarios de clase de las burguesías.

En América Latina en el siglo XIX se produjeron 19 golpes de Estado[10]: ocho en Chile, siete en Perú, dos en Costa Rica y uno per cápita en México, República Federal de Centro América y República de la Nueva Granada.

En el siglo XX, se desarrollaron 70, y en lo que va del siglo XXI son nueve, entre intentonas y consumaciones (Venezuela, 2002; Haití, 2004; Honduras, 2009 y Bolivia, 2019). Si a ello le sumamos los golpes Parlamentarios en Paraguay, 2012 y en Brasil 2016, entonces sumarían 11 los actos de este tipo.

En total  han sido cien, los golpes de Estado ejecutados en nuestra región geográfica; de ellos, cinco en Venezuela: 1908, 1945, 1948, 1958, 2002; de ahí que cualquier levantamiento militar y/o cívico, que busque por los métodos violentos la toma del poder político, inmediatamente sea “reconocido” como “Golpe de Estado”.

¿Pero toda acción violenta, armada o no, cívica, militar o combinada, que busque el poder político puede considerarse como golpe de Estado? Nuestra opinión al respecto la ofreceré más adelante.

Sobre la segunda razón, hoy todo acto de insubordinación, disidencia, rebelión, protesta, manifestación e indignación de las masas populares contra los sistemas imperiales, neoliberales y capitalistas del mundo, se les endilga el cartel de “revueltas”, “disturbios”, “desórdenes violentos”, “… y a los manifestantes, en muchas partes de este mundo: (se les define como) vándalos, escorias, desadaptados, anarquistas, antisistema, delincuentes, extremistas, sediciosos, izquierdistas, marginales y perturbadores. En pocas palabras, enemigos de la democracia y la libertad… pero si el país donde se hacen las protestas es enemigo de Estados Unidos y por lógica, enemigo, así tenga relaciones diplomáticas, de sus cómplices, fundamentalmente europeos, entonces estas palabras, que acabo de decirles, ya no se utilizan con las personas, jóvenes que protestan, no, esos pasan a ser personas que buscan la democracia, que luchan contra las dictaduras, entonces es por eso que hay que apoyarlos, así utilicen métodos que los ubicarían muchas veces como terroristas , como vándalos, como realmente delincuentes…”.[11]

Ese estigma ideológico, nos llega hasta hoy. Así quedó fijado por los medios corporativos venezolanos de esa época, por los del Imperio yanqui, por los replicadores “libres e independientes” del Poder Mediático Imperial en nuestra área geográfica y en Europa.

El gobierno a deponer en la Venezuela de 1992, era un gobierno neoliberal, entreguista y subordinado del poder político, económico, financiero, militar e industrial de los Estados Unidos y de sus organizaciones subalternas internacionales: el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, por tanto había que defenderlo de esa “turba de militares antidemocráticos y golpistas”.

¿Qué hubiera pasado si Estados Unidos lo hubiese promovido, cuál sería el tratamiento por esos medios y sus dueños?

Son precisamente los sucesivos gobiernos norteamericanos y sus agencias de inteligencia, los responsables de la casi totalidad de los golpes de Estados[12] perpetrados contra gobiernos incómodos y reacios a la subordinación proyanqui en Nuestra América: En Argentina, dos (1966-1976); Bolivia, dos (1971-2019); Brasil, uno (1964); Chile, uno (1973); Costa Rica, dos (1917-1948); República Dominicana, dos (1961-1963); El Salvador, uno (1979); Guatemala (1954-1982); Haití (1991-2004); Honduras, uno (2009); Panamá uno (intervención militar norteamericana depuso al presidente panameño en 1989); Paraguay (1954-1989); Perú (1962-1992: autogolpe de Fujimori) y Uruguay (1973).

Cualquier persona interesada en buscar información sobre lo ocurrido el 4 de febrero de 1992 en Venezuela, encontrará que el mayor por ciento de las noticias e informaciones relacionadas con el suceso vinculan la palabra “golpe de Estado” con Chávez, induciendo el reflejo psíquico que quiere imponer el poder ideológico imperial, de que Hugo Chávez y sus dignos compañeros, se propusieron llevar a cabo un artero golpe criminal, contra la que se denominó “mejor democracia” de América Latina de entonces.

Un ejemplo del tratamiento polarizado dado al asunto está en una entrevista que BBC Mundo[13], el 5 de febrero de 2017 publicara. De una parte están los criterios del general Fernando Ochoa Antich, ministro de Defensa del presidente Carlos Andrés Pérez, quien en apariencias asume una valoración objetiva del suceso, pero se permea su criterio por los intereses de clase que defiende (burguesía) y su base ideológica (reaccionaria), por lo que se notará su desprecio hacia Chávez y sus compañeros, la manipulación de los objetivos del alzamiento armado, la reiteración de que el propósito era una asonada, con el añadido deliberado de que se llevaría a cabo el asesinato del mandatario venezolano; de la otra parte, está la versión de los hechos del capitán Joaquín Suárez, uno de los militares alzados y que comandó el batallón de tanques que debía tomar el Palacio Presidencial de Miraflores en Caracas.

De las preguntas, colocaré fragmentos de unas pocas, pero muy ilustrativas de las tesis abordadas en este artículo:

 El «por ahora» de Chávez se convirtió en un mensaje de esperanza para sus seguidores.

Así recuerdan ambos el golpe del 4F, que dejó decenas de muertos y creó la figura política de Hugo Chávez. -Así encabeza el periodista su diálogo con dos de los actores de aquellos sucesos-

¿Cómo veía la situación de Venezuela previa al golpe?

Ochoa Antich:

«En una situación de deterioro y crisis económica, el país estaba desencantado de la democracia. El presidente Pérez llega (en 1989) y plantea la reforma económica (…), pero hubo una inflación que empezó a estar en el 80%. Aumentaron los precios y empezó a haber escasez».  

«El 27 de febrero de 1989 hubo un estallido social por la escasez (el llamado Caracazo). El gobierno usó las fuerzas armadas y hubo un número de muertos elevado. La popularidad del presidente Pérez empezó a caer. Había descontento porque la inflación no bajaba del 30% y Venezuela estaba acostumbrada a inflaciones de un dígito»…

«En Venezuela se creía que los militares podían desarrollar un gobierno de corte desarrollista como el del general (Marcos) Pérez Jiménez (de 1952 a 1958). La gente tenía la ilusión de que un gobierno militar iba a repetir eso«.

«Sectores políticos, sectores capitalistas y medios de comunicación aspiraban a que hubiera un golpe de Estado porque querían que se rompiera el bipartididismo y jugar un papel distinto».

 

Suárez:

«Veíamos la corrupción dentro de la fuerza armada y cómo se iba deteriorando la sociedad (…) Nacimos como un grupo para rescatar la moral y el espíritu del ejército venezolano«.

«En 1983 empezamos a ver con inquietud que la economía del país la estaban mal llevando y que los mismos gobernantes estaban vendiendo el país (…) El presidente Carlos Andrés Pérez lanza un paquete económico sumamente antipopular que violaba los derechos del pueblo y generó la explosión social, el famoso Caracazo de 1989″…

«Cuando nos sacan a la calle a reprimir al pueblo, nos sentíamos incómodos. Concluimos que ya no sólo éramos un movimiento para la fuerza armada, sino que tenemos que pensar en país. Después del Caracazo es cuando decidimos insurgir para salvar al país«.

 

¿Cómo vivió el día del golpe, el 4F?

 

Ochoa Antich:

«El 3 de febrero había fuertes rumores de que iba a haber un golpe de Estado. Había un rumor de que se le iba a hacer un atentado cuando el presidente regresara de Davos (Suiza). Decidí esperar al presidente en (el aeropuerto de) Maiquetía (junto a Caracas). El presidente se enfadó y dijo que esos rumores son los que hacían daño al gobierno»…

“…el primer mensaje del presidente impactó mucho al país y a los alzados. La desmoralización comenzó inmediatamente porque el objetivo era detener y matar al presidente«.

«Han querido presentar a Chávez como el héroe del 4 de febrero, pero su batallón debía haber atacado Miraflores junto a los tanques. Se atrasó y no atacó, pasó por Miraflores pero se fue al Museo Militar (actual cuartel de la Montaña, donde está enterrado Chávez) No envió a ningún pelotón a combatir. Si Chávez ataca Miraflores, habrían apresado al presidente».

Está marcada la intención de desprestigiar a Chávez (y más cuando ha muerto y no puede defenderse), calumniarle, presentarlo ante la “Historia” como un cobarde, que se refugió en un Puesto de Mando lejos de la intensidad de las acciones combativas, un jefe que en los momentos decisivos de la acción abandona a sus soldados a su suerte. O sea, no solo es responsable del fracaso del levantamiento, sino también de los muertos de su bando, “abandonados” a su suerte: La sentencia está tomada: “¡Culpable y Cobarde!” “No puede escapar” del juicio de la Historia

Y continúa diciendo Ochoa Antich: “En el cuartel de la Montaña estuvo Chávez durante la noche del 3 al 4 de febrero y allí fue enterrado en 2013. Al pie y en lo más alto, dos enormes símbolos 4F en honor a la fecha del golpe fallido.

Es una operación milimétrica de distorsión de la historia y de manipulación de lo simbólico. Este personaje ha pretendido relacionar el “Cuartel de la Montaña”, hoy, nicho patrio de la Dignidad de todo un Pueblo, en donde reposan los restos mortales del Comandante Supremo de la Revolución Bolivariana, con un “Rincón de la Cobardía y el Fracaso”, donde supuestamente yace un pobre mortal, responsable de un “golpe fallido”. Tanto desprecio, cinismo y mala fe no pueden soslayarse en el juicio del ex ministro venezolano de Defensa de 1992.

Suárez:

“La misión nuestra era tomar el palacio de Miraflores, consolidar el palacio y si se encontraba el ciudadano presidente de la República, apresarlo, detenerlo. Siempre han dicho que querían matarlo. No, eso es mentira«.

«De casi 400 hombres, perdí a un solo soldado y me hirieron a 37».

«Es mentira que Chávez no bajó a Miraflores porque no quiso, sino porque la táctica así lo establece (…) Hay un puesto de comando que dirige el escenario de combate. Por eso es que el cuartel de la Montaña es el sitio estratégico donde él tenía observación directa sobre el palacio y dirigía las acciones. No tenía que ir a Miraflores, él era el comandante de toda la operación, no sólo en Caracas, sino a nivel nacional. Tenía que llevar el control de todo«.

¿Qué pensó al ver el mensaje en televisión de Chávez y el famoso «por ahora»?

Suárez:

«… Sentí orgullo porque todos asumimos la responsabilidad y él también».

«Yo interpreté el famoso ‘por ahora’ como que nosotros habíamos iniciado un proceso revolucionario en Venezuela que tal vez ni nosotros mismos íbamos a ver el resultado, pero la historia de Venezuela había cambiado para siempre, porque el pueblo de Venezuela nos había apoyado con ese ‘por ahora'».

Ochoa Antich:

«Yo sabía que el alzado era Chávez…Para evitar un enfrentamiento era importante que Chávez invitara a todas las unidades insurrectas que se rindieran. El presidente Pérez me dijo que autorizaba que hablara, pero que grabara el mensaje».

«Pero entonces me dicen que no hay tiempo, que el combate (entre aviación y tanques) es cuestión de minutos y dejo que hable en directo. Ahí cometí un error«.

«Cuando después vi el mensaje de Chávez dije que el movimiento había sido un fracaso militar, pero un éxito político. El impacto político en la sociedad venezolana fue inmenso. Por eso no logra llegar a la presidencia, pero lo catapultó».

«Yo fui el responsable, lo autoricé, me equivoqué«…

«Lo vi una vez. Yo estaba de embajador en México y él hizo una visita. Creo que era 1996 y me llamó. Nos encontramos en su hotel, quería pedirme un favor para que liberaran a un amigo. Quería que yo influyera».

«Llegó un momento en el que me dijo algo que me molestó. En la conversación empezamos a hablar del golpe, me dijo que había ordenado que se me respetara la vida. Le dije: ‘Chávez, eso quiere decir que si me hubiera resistido, me habrías matado’. Y él me contestó: ‘Ese hubiera sido su problema’. Me levanté y me fui. Su ambición no tenía límites, era capaz de cualquier cosa«.

 

Por suerte, Chávez pudo ofrecer su visión de los hechos. Al leerlo completamente, cualquier investigador reconoce que no existe incoherencia histórica ni forzamiento en los juicios para manipular la historia a su favor. Además de lo verificable de toda su versión, a partir de la significativa cantidad de participantes en esos sucesos.

Al notable intelectual, escritor, politólogo y periodista Ignacio Ramonet le confesó tres ideas medulares, que desbaratan cualquier tipo de chismografía histórica: sobre el supuesto Golpe, el plan de magnicidio y la espuria idea de que Chávez ambicionaba el poder:

“¿Cuál era la principal motivación? ¿Tomar el poder? (pregunta Ramonet)

No había ambición personal de nadie. Ninguno de nosotros quería el poder por el poder. La principal razón que nos movía era eso: la pobreza del pueblo en los barrios, en los cerros, en los camposNos sentíamos soldados de un pueblo y no cancerberos al servicio de la oligarquía y de sus amos gringos[14]

“¿En qué consistía la acción?

… Por mi parte, con los hombres bajo mi mando, nos dirigimos al Museo Histórico Militar, situado en un cerro que domina el centro de Caracas… Ya que mi misión consistía en dirigir y coordinar el conjunto de las operaciones a nivel nacional desde ese puesto de comando…”[15]

“¿El objetivo principal era apoderarse del Presidente?

Bueno, el objetivo político principal era tumbar al gobierno y tomar el poder. Pero, para alcanzarlo, la vía más efectiva, según nosotros, pasaba por capturar al Presidente a su llegada al Aeropuerto Internacional de Maiquetía [a unos 30 kilómetros de Caracas]; y detener luego a todo el Alto Mando Militar. El objetivo no era militar sino político y la concreción más determinante de tal objetivo era la captura del Presidente para someterlo a juicio, y no su eliminación física. Insisto en esto. Una vez conseguido eso, presentaríamos al país, por televisión, al Presidente detenido y ordenaríamos a los comandantes de las guarniciones que no se habían sumado a la rebelión, que obedecieran a las nuevas autoridades. Entretanto, en varias ciudades, nuestros compañeros del MBR-200 ya estarían haciéndose con el poder local y controlando la situación… Pero el plan no funcionó”.[16]

“…Porque, repito, el objetivo era capturarlo, conducirlo al puesto de comando del Museo Histórico Militar, y presentarlo al país: «¡El Presidente está preso!». Era un buen plan. Con pocas probabilidades de éxito, y lo sabíamos…”.[17]

“¿En qué momento decide usted informar a sus hombres que el objetivo real es una rebelión contra el gobierno y una tentativa de toma del poder?

Cuando consideré que todo estaba listo, mandé formar al batallón… Me paré en el medio del patio, frente a los hombres alineados… Entonces les expliqué: «El país está en esta situación…». Un discurso político pues. Y les anuncié: «Hay una rebelión militar en marcha. Vamos a tumbar al Gobiern.”[18]

“¿Qué primeras medidas hubiesen tomado de haber triunfado el alzamiento?

Para la conducción del país, si hubiera triunfado la rebelión, habíamos preparado decretos de aplicación inmediata. Los habíamos elaborado trabajando con intelectuales revolucionarios como Kléber Ramírez, Pablo Medina y otros. Queríamos crear un Consejo General Nacional, integrado por militares y civiles, que designaría al nuevo Presidente y pondría en marcha una Asamblea Constituyente para refundar Venezuela y la democracia.[19]

“Algunos historiadores le reprochan haberse quedado inactivo en el Museo Militar y no haber ayudado a la toma del Palacio de Miraflores.

Sí, se ha dicho mucho. Mis adversarios se han cebado con ese tema. La realidad es que la toma de Miraflores nunca fue misión mía; lo mío era, ya le dije, comandar y coordinar todo el alzamiento, en Caracas y en el conjunto del país. Lo teníamos perfectamente planeado, hasta el mínimo detalle. Pero la delación del capitán René Gimón trastornó nuestros planes. A partir del 3 de febrero, el Alto Mando empezó a desarmar a muchos batallones dispuestos a alzarse, les quitaron los fusiles a los soldados, desmontaron las baterías de los vehículos, retiraron los radios de los tanques, confiscaron las municiones… La Policía Militar estaba en todas partes. De ese modo, por ejemplo, el Batallón Blindado Ayala, decisivo porque, con el apoyo de tropas de infantería, debe tomar Miraflores, queda desprovisto de radio y de munición. A pesar de eso, un grupo de oficiales nuestros, en una acción de audacia suicida, se apodera de él y atacan Miraflores aunque están incomunicados y sin proyectiles. Les es imposible coordinarse entre ellos, ni con el comando central mío, ni con mis paracaidistas enviados a las cercanías del Palacio… Esa traición de Gimón fue decisiva en Caracas; de no ser por ella, nuestro plan hubiera funcionado, estoy seguro”.[20]

En un determinado momento de la entrevista le revela al periodista algo trascendental, que desbarata todas las calumnias que relacionan el liderazgo indiscutido de Chávez y el reconocimiento de la máxima responsabilidad del fracaso del levantamiento, con la imagen y motivaciones de los caudillos venezolanos del siglo XIX y principios del XX que habían dado golpes de Estado:

“…No se olvide que yo no era el jefe del Movimiento, había un Directorio constituido por el comandante Arias Cárdenas, el comandante Luis Reyes Reyes, el comandante Castro Soteldo, el capitán Ronald Blanco La Cruz y yo. Había un Comando militar en el que estaba el mayor Alastre, y un Comando civil donde estaba Alí Rodríguez. Así que nuestro Movimiento era muy colegial. Como dice Fidel: «Chávez no era general, ni tenía a su mando las instituciones militares, fue una insurrección desde abajo».”[21]

“A pesar de sus victorias electorales democráticas, a causa del 4 de febrero, algunos le siguen llamando «golpista».

Algunos, muy confundidos ideológicamente, parten de un principio, dicen de nosotros: «Son militares, luego son de derecha, son gorilas». Es un error. Nosotros nunca pensamos en constituir una Junta Militar. Jamás quisimos dar un golpe de Estado militar clásico para atropellar los derechos democráticos y los derechos humanos. Nunca. Somos antimilitaristas y antigorilistas. Jamás fuimos golpistas. Insurgimos para colocarnos al lado del pueblo venezolano, como militares transformadores. A veces se calificó nuestra rebelión de «nasserista»[22] . No lo era, no tendría sentido, pero sí en la medida en que teníamos un proyecto social, hasta socialista, un pensamiento panamericanista, o sea bolivariano, y una posición antiimperialista. Somos patriotas revolucionarios. «Golpistas» son los que se unen a la oligarquía para atropellar a su propio pueblo; «golpistas», los que pretendieron instalar el 11 de abril de 2002 una dictadura en Venezuela; «golpistas» los apátridas que se arrodillan ante el imperialismo norteamericano. Nosotros somos bolivarianos, revolucionarios, socialistas, antiimperialistas… Y cada día lo somos más”.[23]

Y para fundamentar ante la Historia la legitimidad de la sublevación militar, encabezada por Chávez,  y ofrecer mi opinión sobre la pregunta de si ¿toda acción violenta, armada o no, cívica, militar o combinada, que busque el poder político puede considerarse como golpe de Estado?, nadie mejor que el “Mejor Amigo” que tuvo este, el Comandante en Jefe, Fidel Castro Ruz.

Fragmentos del alegato de Defensa por los acontecimientos del 26 de julio de 1953, en Santiago de Cuba, conocido como “La Historia de me absolverá”[24], sirven también de fundamento jurídico e histórico para justipreciar el verdadero alcance del levantamiento armado del 4 de febrero de 1992 en Venezuela:

  1. “Admito y creo que la revolución sea fuente de derecho…”.
  2. El derecho de insurrección frente a la tiranía es uno de esos principios que, esté o no esté incluido dentro de la Constitución Jurídica, tiene siempre plena vigencia en una sociedad democrática.
  3. Duguit[25] ha dicho en su Tratado de Derecho Constitucional que “si la insurrección fracasa, no existirá tribunal que ose declarar que no hubo conspiración o atentado contra la seguridad del Estado porque el gobierno era tiránico y la intención de derribarlo era legítima”.
  4. “En las monarquías teocráticas de las más remota antigüedad china, era prácticamente un principio constitucional que cuando el rey gobernase torpe y despóticamente, fuese depuesto y reemplazado por un príncipe virtuoso.
  5. “Los pensadores de la antigua India ampararon la resistencia activa frente a las arbitrariedades de la autoridad… Uno de sus guías espirituales decía que “una opinión sostenida por muchos es más fuerte que el mismo rey. La soga tejida por muchas fibras es suficiente para arrastrar a un león.”
  6. “En la Edad Media, Juan de Salisbury[26] en su Libro de hombre de Estado, dice que cuando un príncipe no gobierna con arreglo a derecho y degenera en tirano, es lícita y está justificada su deposición violenta. Recomienda que contra el tirano se use el puñal aunque no el veneno”.
  7. “Santo Tomás de Aquino[27], en la Summa Theologica, rechazó la doctrina del tiranicidio, pero sostuvo, sin embargo, la tesis de que los tiranos debían ser depuestos por el pueblo”.
  8. “Martín Lutero[28] proclamó que cuando un gobierno degenera en tirano vulnerando las leyes, los súbditos quedaban librados del deber de obediencia.
  9. Su discípulo Felipe Melanchton[29] sostiene el derecho de resistencia cuando los  gobiernos se convierten en tirano.
  10. Calvino[30], el pensador más notable de la Reforma desde el punto de vista de las ideas políticas, postula que el pueblo tiene derecho a tomar las armas para oponerse a cualquier usurpación.
  11. Nada menos que un jesuita español de la época de Felipe II[31], Juan Mariana[32], en su libro De Rege et Regis Institutione, afirma que cuando el gobernante usurpa el poder, o cuando, elegido, rige la vida pública de manera tiránica, es lícito el asesinato por un simple particular, directamente, o valiéndose del engaño, con el menor disturbio posible.
  12. El escritor francés Francisco Hotman sostuvo que entre gobernantes y súbditos existe el vínculo de un contrato, y que el pueblo puede alzarse en rebelión frente a la tiranía de los gobiernos cuando éstos violan aquel pacto.
  13. Por esa misma época aparece también un folleto que fue muy leído, titulado Vindiciae Contra Tyrannos, firmado bajo el seudónimo de Stephanus Junius Brutus, donde se proclama abiertamente que es legítima la resistencia a los gobiernos cuando oprimen al pueblo y que era deber de los magistrados honorables encabezar la lucha.
  14. Los reformadores escoceses Juan Knox[33] y Juan Poynet sostuvieron este mismo punto de vista, y en el libro más importante de ese movimiento, escrito por Jorge Buchnam[34], se dice que si el gobierno logra el poder sin contar con el consentimiento del pueblo o rige los destinos de éste de una manera injusta y arbitraria, se convierte en tirano y puede ser destituido o privado de la vida en el último caso.
  15. Juan Altusio[35], jurista alemán de principios del siglo XVII, en su Tratado de política, dice que la soberanía en cuanto autoridad suprema del Estado nace del concurso
    voluntario de todos sus miembros; que la autoridad suprema del Estado nace del concurso voluntario del gobierno arranca del pueblo y que su ejercicio injusto,
    extralegal o tiránico exime al pueblo del deber de obediencia y justifica la resistencia y la rebelión.
  16. El derecho de insurrección contra la tiranía… se convirtió en postulado esencial de la libertad política.
  17. Ya en 1649 Juan Milton[36] escribe que el poder político reside en el pueblo, quien puede nombrar y destituir reyes, y tiene el deber de separar a los tiranos.
  18. Juan Locke[37] en su Tratado de gobierno sostiene que cuando se violan los derechos naturales del hombre, el pueblo tiene el derecho y el deber de suprimir o cambiar de gobierno. “El único remedio contra la fuerza sin autoridad está en oponerle la fuerza.”
  19. Juan Jacobo Rousseau[38] dice con mucha elocuencia en su Contrato Social: “Mientras un pueblo se ve forzado a obedecer y obedece, hace bien; tan pronto como puede sacudir el yugo y lo sacude, hace mejor, recuperando su libertad por el mismo derecho que se la han quitado.”
  20. Thomas Paine[39] dijo que “un hombre justo es más digno de respeto que un rufián coronado”.
  21. Sólo escritores reaccionarios se opusieron a este derecho de los pueblos, como aquel clérigo de Virginia, Jonathan Boucher[40], quien dijo que “El derecho a la revolución era una doctrina condenable derivada de Lucifer, el padre de las rebeliones”.
  22. La Declaración de Independencia del Congreso de Filadelfia el 4 de julio de 1776, consagró este derecho en un hermoso párrafo que dice: “Sostenemos como verdades evidentes que todos los hombres nacen iguales; que a todos les confiere su Creador ciertos derechos inalienables entre los cuales se cuentan la vida, la libertad y la consecución de la felicidad; que para asegurar estos derechos se instituyen entre los hombres gobiernos cuyos justos poderes derivan del consentimiento de los gobernados; que siempre que una forma de gobierno tienda a destruir esos fines, al pueblo tiene derecho a reformarla o abolirla, e instituir un nuevo gobierno que se funde en dichos principios y organice sus poderes en la forma que a su juicio garantice mejor su seguridad y felicidad.”
  23. La famosa Declaración Francesa de los Derechos del Hombre legó a las generaciones venideras este principio: “Cuando el gobierno viola los derechos del pueblo, la insurrección es para éste el más sagrado de los derechos y el más imperioso de los deberes.”

“Creo haber justificado suficientemente mi punto de vista”.

 Así concluyo yo.

Notas:

[1] Hugo Chávez. Mi Primera Vida. Conversaciones con Ignacio Ramonet. ePub r1.0 Titivillus 10.10.15 2013. p. 354.

[2] La casi totalidad de las notas empleadas en este artículo, excepto las que se señalan debidamente las fuentes de donde fueron extraídas, son tomadas de Wikipedia.

[3] https://es.wikipedia.org/wiki/Golpe_de_Estado

[4] El profesor Samuel Edward Finer fue un politólogo e historiador especializado en política comparada, que jugó un papel decisivo en el avance de los estudios políticos como asignatura académica en el Reino Unido, siendo pionero en el estudio de las instituciones políticas del Reino Unido.

[5] Ídem

[6] Houari Boumédiène (en árabe, هواري بومدين, a veces transcrito al castellano como Huari Bumedián) (Guelma, 23 de agosto de 1932Argel, 27 de diciembre de 1978) fue un político argelino, presidente de su país entre 1965 y 1978.

[7] Ahmed Ben Bella (أحمد بن بلة en árabe) (Orán, Argelia, 25 de diciembre de 1916Argel, Argelia 11 de abril de 2012)1​ fue un político argelino. Fue el primer presidente de la República Argelina Democrática y Popular después de su independencia en 1962 y del fin del gobierno provisional de Ferhat Abbas, el 15 de septiembre de 1963, hasta que fue depuesto por un Golpe de Estado el 19 de junio de 1965.

[8] La Guerra de las Arenas (en árabe: حرب الرمال, en francés: Guerre des Sables) es un conflicto militar entre Marruecos y Argelia que se inicia en octubre de 1963. Tras varios meses de incidentes fronterizos, la guerra abierta estalló en la región argelina de Tinduf y Hassi Beida y posteriormente se extendió a Figuig en Marruecos. La lucha entre ambos países finaliza el 5 de noviembre, logrando así la Organización para la Unidad Africana un alto el fuego el 20 de febrero de 1964, dejando las fronteras sin cambios.

[9] Hugo Chávez. Mi Primera Vida. Conversaciones con Ignacio Ramonet. ePub r1.0 Titivillus 10.10.15 2013. p. 365.

[10] https://es.wikipedia.org/wiki/Anexo:Golpes_de_Estado

[11] Hernando Calvo Ospina. “video difundido en programa de la televisión cubana “Con Filo”. 24 de agosto de 2021. https://www.google.com/search?channel=crow5&client=firefox-b-d&q=con+filo+youtube

[12]https://actualidad.rt.com/actualidad/306266-historico-golpes-estado-eeuu-america-latina y https://es.wikipedia.org/wiki/Intervenci%C3%B3n_estadounidense_en_golpes_de_Estado_en_Am%C3%A9rica_Latina

[13]Daniel García Marco (@danigmarco) BBC Mundo Caracas 5 febrero 2017 “Un fracaso militar, un éxito político”: 2 visiones opuestas del golpe de Estado fallido en Venezuela que creó la figura de Hugo Chávez hace 25 años. https://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-38863571

[14] Hugo Chávez. Mi Primera Vida. Conversaciones con Ignacio Ramonet. ePub r1.0 Titivillus 10.10.15 2013. p. 342.

[15] Ídem. Pp. 346-347.

[16] Ídem. P. 347.

[17] Ídem. P. 348.

[18] Ídem. P.355.

[19] Ídem. P.358.

[20] Ídem. P.360.

[21] Ídem. P.365.

[22] En referencia al Presidente de Egipto Gamal Abdel Nasser (1918-1970), coronel que participó en el golpe de Estado del 23 de julio de 1953 que derrocó al rey Faruk, abolió la monarquía, proclamó la República y buscó unificar el mundo árabe.

[23] Hugo Chávez. Mi Primera Vida. Conversaciones con Ignacio Ramonet. ePub r1.0 Titivillus 10.10.15 2013. p. 370.

[24] http://biblioteca.clacso.edu.ar/clacso/se/20191016101300/la-historia-me-absolvera-fidel-castro.pdf. Pp. (82-87)

[25] Pierre Marie Nicolas Léon Duguit ( Libourne, Francia, 1859 – 1928 Burdeos, Francia) fue un jurista francés especializado en Derecho público. Colega de Émile Durkheim, se convirtió en profesor de Derecho público y decano de la Universidad de Burdeos. Su trabajo jurídico se caracteriza por la crítica a las teorías entonces existentes de Derecho y por su establecimiento de la noción de servicio público como fundamento y límite del Estado.

[26] Jean de Salisbury (c. 1120 – 25 de octubre de 1180), que se describió a sí mismo como Johannes Parvus («El pequeño Juan»),1​ fue un autor, educador y diplomático inglés, además de obispo de Chartres.

[27] Tomás de Aquino (1224/5 – 1274) es uno de los más eminentes e influyentes pensadores en la historia de la Iglesia Católica. Destaca por su capacidad para integrar y armonizar las variadas fuentes de la tradición intelectual que heredó, y por la claridad, concisión y orden de su pensamiento y de sus obras escritas.

[28] Martín Lutero (en alemán, Martin Luther; Eisleben, Alemania, 10 de noviembre de 1483ibid., 18 de febrero de 1546), nacido como Martin Luder,1​ fue un teólogo, filósofo y fraile católico agustino que comenzó e impulsó la Reforma protestante en Alemania y cuyas enseñanzas inspiraron la doctrina teológica y cultural denominada luteranismo.2

[29] Felipe Melanchthon (en alemán: Philipp Melanchthon) (Bretten, 16 de febrero de 1497Wittenberg, 19 de abril de 1560) fue un reformador religioso y erudito alemán.

[30] Juan Calvino, bautizado con el nombre de Jehan Cauvin, latinizado como Calvinus, fue un teólogo francés, considerado como uno de los autores y gestores de la Reforma protestante. Las doctrinas fundamentales de posteriores reformadores se identificarían con él, llamando a estas doctrinas «calvinismo». Nacimiento: 10 de julio de 1509, Noyon, Francia. Fallecimiento: 27 de mayo de 1564, Ginebra, Suiza.

[31] Felipe II de España, llamado «el Prudente» (Valladolid, 21 de mayo de 1527San Lorenzo de El Escorial, 13 de septiembre de 1598), fue rey de Españah​ desde el 15 de enero de 1556 hasta su muerte, de Nápoles y Sicilia desde 1554 y de Portugal y los Algarves —como Felipe I— desde 1580, realizando la tan ansiada unión dinástica que duró sesenta años. Fue asimismo rey de Inglaterra e Irlanda iure uxoris, por su matrimonio con María I, entre 1554 y 1558.

Desde su muerte fue presentado por sus defensores como arquetipo de virtudes, y por sus enemigos como una persona extremadamente fanática y despótica. Esta dicotomía entre la leyenda blanca o rosa y leyenda negra fue favorecida por su propio accionar, ya que se negó a que se publicaran biografías suyas en vida y ordenó la destrucción de su correspondencia. Su reinado se caracterizó por la exploración global y la expansión territorial a través de los océanos Atlántico y Pacífico. Con Felipe II, la monarquía española llegó a ser la primera potencia de Europa y el Imperio español alcanzó su apogeo. Fue el primer imperio de ámbito mundial. Por primera vez en la historia, un imperio integraba territorios de todos los continentes habitados.

[32] Juan de Mariana (Talavera de la Reina, 25 de septiembre de 1536Toledo, 17 de febrero de 1624) fue un jesuita, teólogo e historiador español. Junto con Baltasar Gracián, Pedro de Ribadeneyra, Juan Eusebio Nieremberg y Francisco Suárez, configura un ejemplo muy representativo de los escritores e intelectuales españoles de la Compañía de Jesús durante el Siglo de Oro.

[33] John Knox (Haddington, Reino de Escocia 1514Edimburgo, Reino de Escocia 24 de noviembre de 1572) fue un predicador protestante escocés, líder de la Reforma Escocesa y considerado el fundador de La Iglesia Presbiteriana de Escocia. Influido por los primeros reformadores, como George Wishart, se unió al movimiento reformista de la Iglesia escocesa. Estuvo involucrado en los eventos eclesiásticos y políticos relacionados con la muerte del Cardenal Beaton en 1546 y en la intervención de la regente de Escocia, María de Guisa. Fue hecho prisionero por las fuerzas francesas al año siguiente, y tras su puesta en libertad en 1549 se exilió a Inglaterra. Es reconocido como el Padre de la Reforma Protestante en Escocia.

[34] George Buchanan, 1506 – 1582. Historiador y humanista escocés, erudito.

[35] Juan Altusio nació en 1557 en la localidad de Diedenhausen, si- tuada en Westfalia, en la frontera del condado de Nassau. 119 De origen modesto, fue gracias a la ayuda económica de uno de los condes de Nassau como pudo realizar sus estudios de derecho, de filosofía y de teología.

[36] John Milton (Londres, 9 de diciembre de 1608ibídem, 8 de noviembre de 1674) fue un poeta y ensayista inglés, conocido especialmente por su poema épico El paraíso perdido (Paradise Lost). Políticamente fue una figura importante entre los que apoyaron la Mancomunidad de Inglaterra. Ocupó el puesto de ministro de lenguas extranjeras bajo el mandato de Oliver Cromwell y sus tratados políticos fueron consultados para la redacción de la Constitución de los Estados Unidos de América.1

[37] John Locke (Wrington, Somerset, 29 de agosto de 1632Essex, 28 de octubre de 1704) fue un filósofo y médico inglés, considerado como uno de los más influyentes pensadores del empirismo inglés y conocido como el «Padre del Liberalismo Clásico».123​ Fue uno de los primeros empiristas británicos. Influido por las ideas de Francis Bacon, realizó una importante contribución a la teoría del contrato social. Su trabajo afectó en gran medida el desarrollo de la epistemología y la filosofía política. Sus escritos influyeron en Voltaire y Rousseau, pensadores de la Ilustración francesa, así como los revolucionarios estadounidenses. Sus contribuciones al republicanismo clásico y la teoría liberal se reflejan en la Declaración de Independencia de los Estados Unidos y la Declaración de Derechos de 1689.

[38] Jean-Jacques Rousseau (también conocido por la castellanización de su nombre como Juan Jacobo Rousseau)1​ (Ginebra, 28 de junio de 1712Ermenonville, 2 de julio de 1778) fue un polímata suizo francófono. Fue a la vez escritor, pedagogo, filósofo, músico, botánico y naturalista, y aunque fue definido como un ilustrado, presentó profundas contradicciones que lo separaron de los principales representantes de la Ilustración, ganándose por ejemplo la feroz inquina de Voltaire y siendo considerado uno de los primeros escritores del prerromanticismo.

[39] Thomas Paine (Thetford, Norfolk, 29 de enero de 1737Nueva York, 8 de julio de 1809)1​ fue un político, escritor, filósofo, intelectual radical y revolucionario de origen inglés. Promotor del liberalismo, la democracia y la izquierda política.2​ Es considerado uno de los Padres fundadores de los Estados Unidos.

[40] El reverendo Jonathan Boucher, fue un clérigo inglés, maestro, predicador y filólogo. Nacimiento: 12 de mayo de 1738, Cumberland. Fallecimiento: 27 de abril de 1804, Epsom, Reino Unido.

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