De ahí la condena a este nuevo recrudecimiento al bloqueo económico, financiero y comercial que Washington mantiene contra Cuba desde 1962, pese al rechazo del mundo, de buena parte de la comunidad cubanoamericana y de los ciudadanos estadounidenses.
La mayoría de las medidas anunciadas por la Casa Blanca anula las decisiones de la administración de Barack Obama, que llevaron al restablecimiento de las relaciones diplomáticas y flexibilizó el intercambio entre ambos países.
El nuevo giro, señala la Coordinadora, afecta principalmente al pueblo cubano, viola el derecho humano de los estadounidenses a la libre circulación, y constituye una forma de terrorismo económico, ejercido también contra Venezuela.
Ante tal escenario, la organización convoca al pueblo latinoamericano a movilizarse contra la escalada de Estados Unidos contra los procesos democráticos y progresistas de América Latina, en un repunte del intervensionismo de Washington.