La Casa de las Américas considera su deber rechazar de plano las numerosas acciones criminales que contra el gobierno legítimamente constituido de la República Bolivariana de Venezuela cometen fuerzas reaccionarias locales conducidas por el imperialismo estadunidense con sus cómplices de siempre. Desde que el inolvidable compañero Hugo Chávez asumiera la presidencia de Venezuela, este país vive un proceso revolucionario que ha beneficiado enormemente a su pueblo y ha hecho sentir su influencia positiva más allá de sus fronteras. El siglo XXI vio el surgimiento de gobiernos progresistas en no pocos países de nuestra América. Pero el enemigo ha respondido no solo con una campaña mediática feroz, sino con golpes de Estado como los que han sufrido Honduras, Paraguay y más recientemente Brasil, donde a diario ocurren escándalos vergonzosos.

Sabemos que incluso los procesos históricos más puros no están exentos de errores y aspectos negativos. Pero no se puede a causa de ellos intentar desconocer los grandes logros de países como la Venezuela actual, acosada por la jauría como en otros momentos lo estuvieron la Guatemala de Arbenz, el Chile de Allende y desde luego Cuba, que ha padecido y derrotado incontables fechorías del Imperio, el cual durante más de medio siglo la mantiene sometida a un monstruoso bloqueo que el lamentable inquilino de la Casa Blanca acaba de reforzar.

Bien puede afirmarse que, en considerable medida, en Venezuela se juega el destino de nuestra América. Si ella cae («digo, es un decir», como exclamó César Vallejo a propósito de la martirizada República española), todos nuestros países sentirán que han retrocedido. Al rechazar las torvas maniobras contra ella, queremos dejar constancia de nuestra esperanza en el pueblo revolucionario del país hermano, en su firme gobierno, en sus fuerzas armadas leales. La causa de la Venezuela bolivariana y chavista es la de todos los hombres y mujeres que a lo largo del planeta (incluyendo los Estados Unidos) aspiran a un mundo mejor.

 

La Habana, 20 de julio de 2017

 

Por REDH-Cuba

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