De lo único que son culpables es de haber resistido a un sistema racista, brutal y corrupto. El mismo sistema que generó el encarcelamiento masivo a una escala jamás vista en el mundo.


Tomado de Rebelión

Era temprano por la mañana… la hora de descanso, calma y reposo.

El 8 de agosto de 1978 sólo se oía el trajinar de los pájaros en busca de alimento, cuando apareció una banda de policías fuertemente armados. Atacaron la casa comunal de MOVE*, Powelton Village, en el oeste de Filadelfia. Cientos, tal vez miles, de balas impactaron en la casa. ¿Cómo podríamos determinar la cantidad de balas? Porque antes del anochecer, la casa quedó destrozada –arrasada y nivelada con el suelo oscuro y húmedo.

Con cañones de agua inundaron la casa vaciando en ella cientos de galones de agua. El objetivo era expulsar a los integrantes de MOVE de su propio hogar comunal.

Cuando, por fin, los hombres, las mujeres y los niños emergieron de las aguas turbias para escapar de la muerte por asfixia o por bala, se enfrentaron a decenas de policías que les apuntaban diabólicamente con rifles y pistolas. Instintivamente levantaron los brazos para demostrar que no llevaban armas y evitar que la camarilla enfurecida de policías les dispararan.

Delbert África logró salir por una ventana del sótano con las manos en alto y con la espalda y el pecho desnudos. Le dieron culatazos y golpes con un casco policial hasta que cayó, luego lo apalearon y patearon una y otra vez en la cara y la cabeza. Varias horas después, cuando se presentó en el tribunal para la lectura de cargos, su ojo izquierdo parecía una pelota de golf. La saliva le corría por la barbilla debido a la fractura de mandíbula.

Casi todos los hombres recibieron golpizas, ¿y qué les pasó a las mujeres?

Las llevaron en coche a las orillas del río Delaware, donde escucharon a los policías discutiendo entre sí. Uno decía: “Vamos a violarlas y luego las echaremos al agua”. Finalmente las trasladaron a la Casa de Correcciones, una prisión del condado, para ser enjuiciadas.

Lo que les pasó a estas mujeres y a estos hombres ese 8 de agosto –la lluvia infernal de balas, golpes, amenazas de violación y encarcelamiento– no fue nada comparado con lo que tuvieron que enfrentar en los tribunales de Filadelfia. Allí les negaron todos sus derechos, incluyendo el supuesto derecho a la autodefensa. Fueron golpeados nuevamente por negarse a participar en su propio linchamiento legal.

Y el colmo de los colmos fue la condena: Una sentencia colectiva dictada por el juez Edwin Malmed de un mínimo de 30 años y un máximo de cien. ¡¿Por homicidio en 3er grado!?

Malmed, en una llamada telefónica que hice al talk show de Frank Ford en la radio WWDB FM (donde el juez estaba invitado) respondió a mi pregunta sobre quién asesinó al policía diciendo: “No tengo la menor idea”.

Nueve personas. Nueve hombres y mujeres. ¡Nueve integrantes de MOVE con condenas de 30 a 100 años!

Hoy, 8 de agosto de 2017, los integrantes de MOVE cumplen 39 años en prisión. De los nueve, sobreviven siete. Merle y Phil África han retornado a la Fuente** en circunstancias sospechosas.

Otro hecho: Ninguna de las hermanas de MOVE fue acusada de portar armas.

Además, Eddie África nunca fue acusado de homicidio. ¿De qué le acusaron? De tentativa de asalto. No, no estoy bromeando.

Los integrantes de MOVE siguen en prisión hoy en día por una sola razón: por formar parte de MOVE… y nada más.

De lo único que son culpables es de haber resistido a un sistema racista, brutal y corrupto. El mismo sistema que generó el encarcelamiento masivo a una escala jamás vista en el mundo.

Estas sentencias son una abominación.

¡Libertad para Delbert, Eddie, Mike, Chuck, Janine, Janet y Debbie África!

Desde la nación encarcelada soy Mumia Abu-Jamal.

Notas de Rebelión:

*MOVE: Es el Movimiento por la Liberación Negra, que originalmente se llamó Movimiento Cristiano por la Vida. La mayoría de sus integrantes eran afroamericanos y estaban a favor de una forma de vida en armonía con el medio ambiente.  Su fundador fue John Africa, quien adoptó su apellido como homenaje al continente madre. Los miembros del grupo vivían en una casa comunal.

**Merle Africa murió en la cárcel en 1998; Phil Africa murió en la cárcel en 2015 por «causas naturales», según el escueto informe del penal. En ambos casos, los militantes de MOVE expresaron dudas sobre las verdadera causa de la muerte de sus líderes encarcelados.

–©’17maj 31 de julio de 2017 Audio grabado por Noelle Hanrahan: http://www.prisonradio.org
Texto circulado por Fatirah Litestar01@aol.com
Traducción Amig@s de Mumia, México -Editado para Rebelión por Silvia Arana.

Por REDH-Cuba

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