Estimados hermanos y hermanas de la Asamblea de los Pueblos del Caribe

Estimados colegas de ALBA Movimientos

Hace prácticamente 525 años atrás 3 embarcaciones surcaron los mares del Caribe en su travesía por descubrir el nuevo mundo, en su interior hombres de mar tocaron pequeñas islas, las cuales fueron conquistadas, colonizadas, saqueadas y arrasadas.

Hace prácticamente 525 años de esa triste huella histórica, 3 fenómenos, no menos peligrosos en sus pretensiones y con nombres propios, vuelven a arrasar esas islas que una vez fueron testigos de la desolación, la destrucción y la muerte. Estos tres fenómenos extremos, en una temporada muy activa de huracanes en el Caribe, no es más que una consecuencia, entre otras muchas razones del cambio climático y el calentamiento global generado por el modelo despiadado de producción-consumo que se nos impone en la actualidad, un modelo depredador que degrada la naturaleza y pone a riesgo el equilibrio ecológico con la Madre natura.

Irma, José y María, lo que una vez fueron La Niña, La Pinta y La Santa María han surcado los mares del Caribe insular para ponernos nuevamente a prueba. Como si no existiera ya suficiente destrucción en el Caribe, tras los daños recientemente ocasionados por el huracán Irma, que dejó decenas de muertos y graves daños materiales, otro destructivo huracán está azotando nuevamente las islas del Caribe.

Y por si no fuera poco, en menos de dos semanas, dos terremotos azotan estados mexicanos, provocando la muerte de cientos de personas y graves daños materiales.

En este escenario complejo de enfrentamiento y recuperación vuelve a salir a la luz la solidaridad internacional, de todas partes del mundo ha llegado la ayuda de Gobiernos, instituciones políticas, organismos internacionales, personas de buena voluntad, organizaciones sociales y populares, pero ante todo se dibuja la solidaridad pueblo a pueblo, la solidaridad de los propios ciudadanos de los países afectados, la unidad para la acción y mitigación, para la ayuda a los más necesitados.

En Cuba hemos vivido, como ha sucedido hace muchos años, el espíritu de fraternidad y hermandad. Cuba se recupera del efecto de Irma. Lo mismo sucederá en Antigua y Barbuda, San Martin, República Dominicana, Haití, Dominica, San Vicente y las Granadinas, Guadalupe, Martinica, Islas Vírgenes y Puerto Rico. ¡Entre dominación y crisis, el Caribe resiste, existe!

Nuestros hermanos y hermanas mexicanas se multiplican, es un ejemplo para el mundo la manera en que han reaccionado ante el terremoto del día de ayer. Un terremoto que ocurrió precisamente 32 años de otro que no se ha borrado de la mente de los mexicanos, pero vemos cómo la acción solidaria de los ciudadanos mexicanos nos hace sentirnos inmensamente inspirados a seguir confiando en la capacidad de su gente humilde y sensiblemente solidaria. El pueblo de México, nos enseñó una vez más de qué está hecho. Tal y como expresara en una ocasión nuestro apóstol, José Martí: “…digo adiós a este México a que vine con el espíritu aterrado, y del que me alejo con esperanza y con amor, como si extendiera por toda la tierra el cariño de los que en ella me han querido.” Los representantes de la Organización de Solidaridad de los Pueblos de África, Asia y América Latina (OSPAAAL) que hemos tenido la dicha de visitar tierras mexicanas, decimos que los hemos visitado no aterrados ni por el momento decimos adiós, pero desde la distancia, desde esta isla asediada por los huracanes y el imperialismo nos mantenemos con esperanza, con mucho amor y con ese mismo cariño que profesó el Apóstol hacia nuestros hermanos y hermanas mexicanas.

Ayer fue un día triste para México y Nuestra América, pero también de indignación por el discurso hegemónico del actual inquilino de la Casa Blanca que en vez de pronunciarse sobre la salida de Estados Unidos del Acuerdo de París y reconocer los daños del cambio climático que les ha tocado bien de cerca en los últimos meses, lanzó un discurso amenazador para la región y el mundo, en particular para la República Bolivariana de Venezuela y la península coreana. Podría haber reaccionado como otros gobiernos que se han sumado a la solidaridad con el Caribe y México, pero optó por la vía de la imposición y las amenazas. En su discurso de doble moral en el 72º período de sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas pidió a todos los gobernantes de este espacio multilateral a “que trabajemos juntos en estrecha armonía y unidad para crear un futuro más seguro y pacífico para todas las personas”. Cuanta falsedad y que lejos de la realidad se encuentra este llamamiento. Por eso se impone que nuestros pueblos y organizaciones sí trabajemos por un mundo mejor y cuidemos a toda costa lo que se alcanzó en la II CELAC de La Habana con la Proclama de América Latina y el Caribe como zona Paz.

La OSPAAAL lamenta una vez más la pérdida de vidas humanas y materiales por el paso de 3 huracanes de gran intensidad que tras su paso han sembrado el dolor y parcialmente destruido varias islas caribeñas, de igual modo expresamos nuestra solidaridad al pueblo mexicano por la difícil situación que hoy enfrentan y la irreparable pérdida de vidas humanas. Estaremos siempre de la mano de los pueblos hermanos de la Patria Grande.

¡HASTA LA VICTORIA SIEMPRE!

La Habana, 20 de septiembre de 2017

Por REDH-Cuba

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