El comandante de la las FARC-EP, Rodrigo Londoño, ahora máximo dirigente del partido, de la Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común (FARC), sostiene que haber mantenido la sigla, pero con otro significado, refleja el sentimiento acumulado en la subjetividad de los combatientes.


Por Katu Arkonada

Fuente: TeleSur

También reflexiona sobre los Acuerdos de Paz firmados en La Habana. Siempre se puede soñar más, pero distanciándose de todo voluntarismo es lo que objetivamente se puede lograr. Pero, lo importante, según se desprenden de sus palabras, es haber dado un paso significativo para trabajar por una paz estable y duradera.

Katu Arkonada (KA).- ¿Quién es Rodrigo Londoño, el hombre detrás del guerrillero Timochenko, Comandante en Jefe de las FARC-EP?

Rodrigo Londoño (RL).- En realidad Rodrigo Londoño no es el hombre situado detrás de Timochenko, es el mismo hombre, un colombiano común y corriente que un día, movido por los sueños y las condiciones de persecución contra el movimiento popular imperantes en su país, optó por sumarse al movimiento armado que luchaba por profundas transformaciones en pro de la democracia, la justicia y la paz. En las FARC, por razones de seguridad para su familia, como sucedía con todos, tuvo que adoptar un seudónimo. El proceso de paz puso de presente ante el país que se trataba de la misma persona. A Jorge Rojas le hice el más amplio recuento de mi vida, que publicó bajo el título de El último guerrillero.

KA.- ¿Qué valoración hace de los Acuerdos de La Habana? ¿Se podía haber logrado más? ¿Las FARC-EP han cumplido su parte? ¿Qué valoración hace del nivel de cumplimiento de los acuerdos por parte del gobierno?

RL.- La valoración de los Acuerdos ha sido reiteradamente expuesta en los documentos de nuestra organización y en los discursos pronunciados una y otra vez con ocasión de ellos. Los consideramos un instrumento valiosísimo, porque contienen la potencialidad de desencadenar en Colombia un protagonismo inédito de los sectores inconformes y por tanto la capacidad de precipitar profundos cambios en la vida nacional.

Siempre soñamos con lograr más. Pero hay que ser objetivos más que voluntaristas. Se llega hasta donde las circunstancias reales lo permiten. Colombia es un país polarizado en extremo. Hay quienes sostienen que se trata de un Acuerdo en el que se entregó el país a las guerrillas, pero también los que dicen que se trata de un Acuerdo anodino. Nosotros estamos satisfechos con el inmenso respaldo nacional e internacional a ellos.

Las FARC hemos dado pruebas contundentes de nuestra voluntad de cumplir al pie de la letra lo pactado. Y lo seguiremos haciendo. Lo dije en la plaza de Bolívar, ojalá el gobierno, el Estado colombiano en su conjunto, hubiera demostrado la misma diligencia en cumplir su palabra.

KA.- ¿Qué valoración hace del Congreso de las FARC que ha dado nacimiento al nuevo partido Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común?

RL.- El Congreso representa un paso histórico en la vida de Colombia. En el centro internacional de su capital, las FARC, rodeadas de toda clase de garantías, dan el salto a partido político, despejando cualquier duda en torno a la terminación de un conflicto armado de más de medio siglo.

KA.- ¿Cuáles han sido los principales puntos de acuerdo, y de desacuerdo, durante el Congreso?

RL.- En líneas generales las FARC en su conjunto estamos unidos en el mismo propósito. Digamos que en el Congreso se pusieron de presente dos tendencias en torno a la amplitud con que debemos presentarnos al país. El nombre y la orientación ideológica concentraron en buena medida ese debate.

KA.- ¿Por qué FARC y no Nueva Colombia?

RL.- Las posiciones se plantearon franca y libremente. En la votación ganó por abrumadora mayoría el nombre de FARC. Creo que el peso de esa sigla en el sentimiento de los combatientes jugó un papel determinante, en política también cuentan los afectos.

KA.- ¿Con qué prioridades nace este nuevo partido?

RL.- La primera es obvia, trabajar con importantes sectores del país y el exterior por la implementación cabal de lo acordado. Eso entraña conseguir que las fuerzas opuestas a la paz y la reconciliación no sean las que accedan al poder en el debate electoral del año 2018. Por eso nuestra propuesta de un gobierno nacional de transición.

KA.- ¿Cómo se van a conjugar las diferentes culturas políticas que llegan al nuevo partido, la exguerrillera, y la urbana del PC3? ¿Cómo va el nuevo partido FARC a expandirse y trabajar lo urbano?

RL.- Tenemos por delante un reto inmenso. Nuestro propósito fundamental apunta a la conseguir la unidad de todas las fuerzas que luchan por la justicia social, la democracia real y la paz en nuestro país. Eso implica ponernos de acuerdo entre nosotros mismos. Los Acuerdos entrañan nuestros consensos principales. Lograr su implementación requerirá del aporte y el esfuerzo de sectores muy variados. Me atrevería a decir que el lleno de la plaza de Bolívar en nuestro lanzamiento público es la mejor prueba de lo que se consigue con la unidad de sectores rurales y urbanos.

KA.- ¿Qué alianzas se van a hacer con otros sectores sociales y ámbitos de lucha?

RL.- Nuestra propuesta de gobierno de transición deja claro que estamos dispuestos a aliarnos con cualquier colombiano que se pronuncie por la paz y la reconciliación en el país. El gobierno de transición debe tener el compromiso expreso de trabajar sin tregua por la implementación exacta de los Acuerdos de La Habana.

KA.- ¿Cuál es la posición del nuevo partido FARC de cara a las elecciones presidenciales colombianas en mayo de 2018? (si se puede, explicar la apuesta por un gobierno de transición, y por una coalición).

RL.- Creo haberlo expresado en respuestas anteriores.

KA.- ¿Qué lectura hacen las FARC del momento político que vive América Latina? ¿Cuál va a ser su relación con otras fuerzas de izquierda del continente y espacios de articulación política como el Foro de Sao Paulo?

RL.- Nuestra América, que incluye además de América Latina al Caribe, atraviesa por una época de enorme agitación social y política por cambios profundos en el sentido de la democracia, la justicia social y la paz. Eso se relaciona directamente con el afán por construir un modelo económico distinto al neoliberal dominante. Es notoria la oposición abierta de los sectores representativos del gran capital transnacional a ese anhelo de los pueblos, así como su interés por impedir o sabotear cualquier conquista en esa dirección. De algún modo se trata a escala continental de la lucha que libramos en el campo nacional. Somos parte de ese tránsito, y son obligadas para nosotros la identidad, la unidad, la solidaridad, el respaldo y apoyo a todas esas luchas que son nuestras. Gobiernos, partidos y organizaciones que trabajan en esa dirección contarán con nuestra amistad y hermandad.

Por REDH-Cuba

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