Los organizadores se vieron obligados a replegarse a una sala privada, mientras en el auditorio principal se improvisó una tribuna para que los verdaderos representantes de los pueblos indígenas, afrodescendientes y luchadores por los derechos sociales de la región pudieran expresarse con libertad


Por Sergio Alejandro Gómez

Fuente: Granma

LIMA.–La firme posición cubana de rechazar las maniobras de la Organización de Estados Americanos (OEA) obtuvo hoyel apoyo de los asistentes en Lima al encuentro de la sociedad civil con los representantes de los gobiernos de la VIII Cumbre de las Américas.

Los organizadores se vieron obligados a replegarse a una sala privada, mientras en el auditorio principal se improvisó una tribuna para que los verdaderos representantes de los pueblos indígenas, afrodescendientes y luchadores por los derechos sociales de la región pudieran expresarse con libertad.

El diálogo oficial que pretendía llevar a cabo la OEA, con una metodología antidemocrática, ni siquiera pudo comenzar.

Mirthia Brossard, vocera de la coalición donde están agrupados la mayoría de los cubanos, pidió una moción de orden y exigió la salida de los grupos mercenarios que carecen de cualquier legitimidad para representar a Cuba.

Explicó cómo esos personajes son financiados desde Estados Unidos para subvertir el orden interno de Cuba y rechazó la forma en que la OEA garantizó su asistencia a la VIII Cumbre de las Américas.

Los organizadores ofrecieron un trato preferencial a la coalición número 26, donde están presentes varios de los miembros de la mal llamada Red Latinoamericana de Jóvenes por la Democracia (REDLAC), y los ubicaron en el plenario desde el inicio.

Encabezada por miembros de la contrarrevolución cubana, REDLAC funciona como un brazo de la OEA para atacar a los gobiernos progresistas de la región, en especial Venezuela, Cuba y Bolivia.

La delegación cubana apoyó las palabras de Brossard coreando «Yo soy Fidel», «Fuera los mercenarios» y «La Patria se defiende, no se vende». La delegación venezolana y buena parte de la sala se sumó al reclamo.

Después de una larga pausa, el secretario general de la OEA, Luis Almagro, intento pronunciar el discurso que tenía planeado, pero los abucheos de «mentiroso» y «vende patria» no lo dejaron concluir.

El embajador Juan Antonio Fernández, representante del gobierno cubano al evento, pidió en varias ocasiones la palabra, pero los organizadores se negaron a abrir su micrófono.

La mayoría de los asistentes apoyaron el reclamo cubano. Foto: Roberto Suárez

Después de la retirada por la puerta trasera de la dirigencia de la OEA, Fernández se dirigió a la sala y abordó las razones de la postura cubana.

«Cuba no va a aceptar la presencia de mercenarios, la sociedad civil cubana es la que está ahí, nuestras glorias deportivas, científicos, jóvenes, hombres y mujeres de pueblo, las iglesias y la espiritualidad cubana, los que enfrentan el bloqueo», dijo dirigiéndose a los delegados de la Isla que ocupaban los primeros puestos.

«La sociedad civil cubana no es la que se hospeda en lujosos hoteles o comparte con terroristas», añadió.

Fernández denunció la exclusión de la República Bolivariana de Venezuela y aseguró que nadie podrá «imponer a Cuba el diálogo con terroristas», mientras mostraba al público la imagen de uno de los contrarrevolucionarios presentes junto al terrorista Luis Posada Carriles, autor intelectual de la voladura del avión cubano en Barbados en 1976.

«¡A Cuba se respeta! ¡Con Cuba no se metan!», concluyó el diplomático cubano.

Luego de su primer discurso, Fernández volvió a pedir la palabra para denunciar una intervención del representante de los Estados Unidos que mostró un apoyo abierto a sus mercenarios.

«Les guste o no les guste, lo único que pueden esperar de Cuba es más Revolución», dijo Fernández. «Estamos y estaremos ahí justo frente a ustedes».

La mayoría de los asistentes apoyaron la postura cubana y se sumaron a la tribuna improvisada en al auditorio, que sesionó por cerca de dos horas luego de la retirada de los organizadores.

Lourdes Huanca, presidenta de la Federación Nacional de Mujeres Campesinas, Artesanas, Indígenas, Nativas y Asalariadas del Perú (FENMUCARINAP), fue una de las oradoras.

Huanca dijo a Granma que se había quedado en la sala porque «un diálogo a puerta cerrada no es un diálogo».

Respecto a la posición defendida por algunos organizadores sobre una supuesta afrenta contra el pueblo de Perú por parte de la delegación cubana, la líder indígena aseguró que Cuba solo «defendió sus derechos».

«No era dable y no era justo que los Estados Unidos pagara los pasajes y pusiera a sus mercenarios ahí», dijo.

La dominicana Altagracia Sanjoseph señaló a este diario que los pueblos deben decirle a sus gobernantes «lo que tienen que oír, la verdad».

«Estamos aquí para decirle a Almagro que es un traidor y un vendido, un corrupto y un doble discurso», dijo por su parte Moly Aguirre, miembro de la nutrida delegación venezolana que también se hizo sentir en la sala con coros de «Sanciones son bloqueos».

Los afrodescendientes también se sumaron a la protesta cubana y venezolana y mostraron carteles en contra de los asesinatos contra líderes sociales en Colombia.

Cuba alertó con anterioridad que no toleraría la presencia de mercenarios en el foro, a pesar de que su delegación fue al evento con disposición a un diálogo respetuoso.

Por REDH-Cuba

Shares