Durante el XXIV Encuentro Anual del Foro de Sao Paulo se realizó un diálogo entre este y las plataformas, redes y articulaciones del movimiento social y popular de la región, una oportunidad para intercambiar acerca de la actual coyuntura política de América Latina y el Caribe y trazar estrategias que favorezcan la coordinación y unidad en la acción de la izquierda del continente.

A propósito de este novedoso espacio, Granma conversó con Lourdes Cervantes, secretaria general de la Organización de Solidaridad de los Pueblos de África, Asia y América Latina (Ospaaal), quien –como parte del Capítulo Cubano de ALBA Movimientos– ha trabajado en la convocatoria y coordinación de este diálogo.

¿QUÉ SUCEDIÓ EN ESTE ENCUENTRO?

«El Capítulo Cubano de los Movimientos Sociales, donde participan todas nuestras organizaciones de masas, las juveniles y estudiantiles, el Centro Martin Luther King y la Red en Defensa de la Humanidad, la Oclae y la Ospaaal, propuso que este encuentro incluyera en su programa oficial lo que denominamos Diálogo entre el Foro de Sao Paulo y las redes y plataformas de lucha del movimiento social y popular latinoamericano y caribeño», dijo Cervantes.

«Es un ejercicio necesario para encontrarnos, reconocernos e identificar cómo avanzan los procesos de articulación de las luchas y resistencias en Latinoamérica y el Caribe, en la construcción de sociedades más progresistas».

No es la primera vez que movimientos sociales y populares participan en encuentros del Foro. Su mayor o menor participación ha tenido que ver con las realidades nacionales de los países anfitriones y también con la composición de los instrumentos políticos que conducen los procesos progresistas y revolucionarios en América Latina.

Este espacio en La Habana también tiene algunos antecedentes. «En el Encuentro de Managua el año pasado, se lograron dos resultados que no tenían precedentes anteriores: en la plenaria de clausura se asumió como propia la campaña «Venezuela Corazón de América», que solo 24 horas antes había lanzado la plataforma continental ALBA Movimientos para acompañar de forma solidaria y militante la recta final hacia la Asamblea Nacional Constituyente de Venezuela.

«Igualmente se definió por acuerdo del XXIII Encuentro que la siguiente reunión del Grupo de Trabajo del Foro tuviera lugar en Montevideo, Uruguay, coincidiendo con el encuentro de ­alcance hemisférico convocado por la “Jornada Continental por la Democracia y contra el Neoliberalismo: los pueblos de América Latina y el Caribe ni un paso atrás”, una de las plataformas de lucha más diversas y heterogéneas que tenemos en el continente», comenta la Secretaria de la Ospaaal.

«Estas experiencias nos mostraron que agrupar a partidos, alineaciones de izquierda y movimientos sociales y populares en un espacio de convergencia, debate y acción conjunta para América Latina y el Caribe, es necesario y posible.

«En Cuba nos propusimos dar un salto cualitativo. Este no fue un encuentro masivo ni abierto a todos los movimientos sociales del continente, quisimos que fuera un diálogo del Foro con los líderes de las principales redes sectoriales, temáticas y de plataformas en las que confluyen mujeres, sindicatos, jóvenes, campesinos y agrupaciones comunitarias con redes de activistas que combaten el neoliberalismo, la acción depredadora de las transnacionales, se oponen al endeudamiento externo, a la evasión fiscal por los grandes capitales, defienden los recursos naturales, la justicia social y ambiental, y al ALBA como horizonte de emancipación e integración».

¿CÓMO SE CONCIBIÓ EL DIÁLOGO?

«El Diálogo sesionó simultáneamente a los encuentros de jóvenes, mujeres y parlamentarios, a los talleres de Comunicación y de Arte y Cultura, pero fue, lógicamente, un espacio abierto a todos los delegados e invitados porque nos interesaba motivar la mayor participación de partidos miembros del Foro.

«Se previó como un espacio para el intercambio de saberes, muy revelador porque a veces creemos que desde los movimientos sociales se sabe qué es el FSP, cuáles son sus propósitos, y a la inversa, que los partidos políticos tienen una clara comprensión acerca de cómo se organiza y combate en el campo popular, y no siempre se tiene la visión integradora de dos procesos que marchan en paralelo y que comparten importantes objetivos», señala Lourdes Cervantes.

«Nos permitió confirmar desde ambas perspectivas –político partidista y social popular– la naturaleza recolonizadora, restauradora del capitalismo neoliberal más salvaje, la ofensiva contrarrevolucionaria del imperialismo y de la derecha oligárquica continental, que es un intento del imperialismo por recuperar lo que ha considerado siempre como su traspatio natural, solo que es un traspatio en rebeldía, construyendo un proceso emancipador que ya acumula dos ­décadas de trayectoria y desafía su poderío.

«La iniciativa del Diálogo reafirmó en cada uno de los participantes la convicción esencial de que nuestra única alternativa frente al diseño de ese plan imperial es la integración, la unidad continental, respetuosa de toda nuestra diversidad. Ese es el gran mensaje que a su vez contiene el Consenso de Nuestra América, un documento político de contenidos programáticos y éticos que ha sido asumido como guía por el Foro de Sao Paulo.

«Nos proponemos que, como resultado del Diálogo, pueda estructurarse un objetivo que parece ambicioso, pero que es realizable: construir un plan común de unidad en la acción para continuar la lucha, y que el Diálogo quede instalado como un espacio permanente del programa de los futuros encuentros anuales del Foro».

IMPORTANCIA PARA CUBA

«La Revolución Cubana es un ejemplo para la región, un proceso que no es copiable, que acontece a tono con determinadas singularidades históricas, bajo asedio imperial permanente, perfectible, vital, que actualiza y ratifica nuestro socialismo, que sigue siendo un referente para muchos y ello nos permite contribuir a despertar conciencias, a favorecer la integración de nuestras fuerzas.

«Si somos capaces de ayudar a la marcha común de partidos políticos de izquierda y movimientos sociales, crecerá la capacidad que hoy existe para frenar la contraofensiva imperial y revertirla, y habremos hecho un mínimo aporte a la lucha contra los que pretenden frenar los procesos progresistas en la región, en los cuales caminan nuestros sueños compartidos de justicia, prosperidad e independencia.

«El Diálogo fue un momento para compartir experiencias de luchas, para tender puentes de comunicación y dejar que fluya al futuro, un espacio para recomponer confianzas recíprocas, respetuosas de la pluralidad, de la autonomía que debe existir entre los liderazgos partidistas y las más diversas formas de organización, sociales y populares.

«Solo unidos los pueblos de América Latina y el Caribe seremos capaces de construir un futuro con justicia, solidaridad, con igualdad y libertad para todos. Únicamente unidos, fuerzas políticas y pueblos movilizados, podremos garantizar la sostenibilidad de las transformaciones que conquistemos. Este encuentro significó una oportunidad para avanzar por los caminos que aseguren la segunda y definitiva independencia del continente».

Por REDH-Cuba

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