En el contexto del XXIV encuentro del Foro de Sao Paulo, que tiene por sede a Cuba, tuvo lugar un taller de Arte y Cultura que contó con la participación de importantes intelectuales y artistas del continente.
No se pude asumir ninguna estrategia de resistencia política, de emancipación efectiva de los pueblos, sin la contribución de la cultura.
Ese fue el eje de los debates que este lunes tuvieron lugar en el taller de Arte y Cultura que se organizó en el XXIV encuentro del Foro de Sao Paulo, que tiene como sede al capitalino Palacio de las Convenciones.
«Los partidos políticos de este continente, incluso, los partidos de izquierda, no siempre tuvieron bien clara la incidencia de la cultura en la conformación de las hegemonías. Es una suerte que por primera vez el Foro de Sao Paulo dedique espacios a analizar esos procesos. Al final, no se puede hablar de política sin ligarla a la cultura, y la cultura misma llega a ser un fenómeno político», afirma el mexicano Héctor Díaz Polanco, uno de los intelectuales asistentes al foro.
Los intelectuales de izquierda tienen por delante el gran desafío de marchar con los tiempos, en años de aparatoso despliegue de la derecha en el continente.
«No queda otra —dice el politólogo argentino Atilio Borón—; es la única manera de librar una lucha por la salvación de la humanidad. La lucha es eminentemente cultural, y eso siempre lo tuvo claro el comandante Fidel Castro. El esquema de dominación que se nos impone es primero que todo cultural, y atenta contra las identidades de los pueblos, que es, en definitiva, la memoria de nuestras naciones».
La periodista argentina Stella Calloni extraña mucho a Fidel Castro en sus visitas a Cuba: «No me acostumbro a su ausencia. Y ahora que estamos hablando de estos temas tengo que evocarlo. Él lo dijo muchas veces: la cultura es lo primero que hay que salvar. Ojalá que todos hubiéramos comprendido desde el principio eso que decía. La cultura tiene la capacidad de frenar esta ola del neoliberalismo, que se sostiene precisamente en la anulación de las culturas populares. Por eso la resistencia es fundamentalmente cultural. Martí también lo dijo, hace muchos años: ser cultos es la única manera de ser libres».
El cineasta y político Tristan Bauer, también argentino, cree que no se puede entender al neoliberalismo solo como un mecanismo económico: es preciso entender sus pilares culturales. «Por eso es vital que estos mecanismos de concertación política de la izquierda latinoamericana comprendan la importancia del arte y la comunicación en la lucha de resistencia. El neoliberalismo lo tiene claro, y la suya es una estrategia de suplantación de identidades. Tenemos una cultura muy rica en este continente, es nuestra memoria, nuestra tabla de salvación».
Más allá de las palabras, los participantes en el taller acordaron proponer al Foro de Sao Paulo un programa de acciones que, desde la creación artística y literaria, contribuya a consolidar políticas desde una perspectiva progresista para los pueblos de Nuestra América.