Por David Alvarado
Para hacerle frente a la actual situación política que atraviesa nuestro continente, en la cual se han restituido las fuerzas conservadoras y neoliberales en la región, cambiando importantemente la correlación latinoamericana de fuerzas, respecto a la situación favorable que vivió la izquierda a partir de la primera década de nuestro siglo, se realizó en Bolivia el III seminario Internacional “América Latina en disputa”. En él se caracterizaron y analizaron las nuevas formas de arremetidas imperiales a nuestra región, y a los gobiernos progresistas que siguen de pie dando la batalla por la emancipación de nuestros pueblos. Así mismo, se plantearon y discutieron las alternativas que tenemos como izquierda regional, ante esta restauración conservadora, que, en definitiva, representa una nueva fase neoliberal en nuestra América.
Para continuar con el objetivo de caracterizar esta fase neoliberal, y buscar alternativas ante ella, hemos realizado, desde la Red de Intelectuales, Artistas y Movimientos Sociales en Defensa de la Humanidad, en el contexto de este seminario internacional, una breve entrevista a la periodista, investigadora y luchadora Argentina, Telma Luzzani, quien se ha dedicado a lo largo de su trayectoria, a analizar, demostrar y denunciar el control que EEUU ejerce sobre nuestro continente.
En esta ocasión nos habla sobre las recientes arremetidas imperialistas en la región, las nuevas formas de aplicación del neoliberalismo, y sobre las acciones concretas que debemos tomar como izquierda regional.
David Alvarado. (DA) ¿Cuáles consideras que son las maneras concretas en las que se verifica la amenaza imperial en América Latina hoy?
Telma Luzzani. (TL) Hay muchas, lamentablemente hay muchas. En Venezuela se acaba de vivir un episodio que demuestra una de ellas: el ataque fallido contra la vida del Presidente de Venezuela Nicolás Maduro. Éste fue incluso más que una amenaza concreta, es el último capítulo de una escalada cada vez más grande. Entonces, esta amenaza termina siendo un ataque directo, no una simple amenaza.
Por otro lado, están las sanciones. Hay diversas sanciones económicas. El caso del bloqueo a Cuba, que es el más conocido, pero también las últimas sanciones a Venezuela que son una forma de bloqueo donde se atenta contra la alimentación, contra las medicación, contra las necesidades más básicas de la población venezolana.
Otra manera concreta de amenazar tiene que ver con el no reconocimiento de las instituciones, por ejemplo, no reconocer las distintas elecciones, los distintos caminos que el pueblo venezolano ha elegido, no reconocer al Presidente Maduro como un líder que ha sido elegido por el pueblo, de forma completamente legal y constitucional. También, entre las muy evidentes y concretas amenazas imperiales, está por ejemplo el decreto presidencial que el Presidente Obama sacó en el 2015, en el que se considera a Venezuela como una amenaza y un peligro para la seguridad los EEUU.
He puesto ejemplos sobre Venezuela, pero todas estas prácticas imperialistas son válidas para cualquier país de la región, porque lo que hace los EEUU es que, según la situación concreta de cada país, elige una u otra herramienta de amenaza; pero estas son más o menos las que ha puesto en los últimos años sobre el tapete. El tema es que EEUU no actúa sólo, actúa en complicidad con las élites locales. Entonces, allí se complejiza la situación, porque entonces empiezan a aparecer los medios masivos de comunicación. En el caso de Argentina, creo que, en el caso de la mayoría de los países de la región, los dueños de los medios son dueños locales, no son empresas multinacionales de los EEUU.
Está también el tema de los distintos poderes, el poder legislativo, el poder judicial, incluso el poder ejecutivo, en algunos casos. Por tanto, esta complicidad hace que aparezcan otros tipos de amenazas más complejas.
Pudiéramos decir, sin temor a equivocarnos, que estas maneras concretas que de forma tan acertada describes, le abren el paso a una nueva fase neoliberal, que ha venido con la restauración conservadora. ¿Encuentras en esta nueva fase neoliberal, diferencias sustanciales respecto al neoliberalismo que se inició en el 73 en chile, así como diferencias en las formas de amenazar y agredir al continente
Sí, encuentro diferencias en muchos sentidos, y en la aplicación también. Por ejemplo, en el 73 está el famoso libro de Naomi Klein, que es extraordinario, que explica cómo la política iba de la mano de una gran violencia, sobre la hipótesis de que una sociedad hipnotizada o aterrada por la situación que vivía, estaba menos capacitada para darse cuenta de lo que significaban esas políticas neoliberales. Así tenemos a una sociedad atontada, por el miedo, como el caso de la población chilena, y un modelo que era desconocido y que viene a privatizar, a arrasar, etc. Eso es lo que dice grosso modo Naomi Klein para contar cómo se impone lo que ella llama la doctrina del Shock.
En los 90 la situación es distinta. No son sociedades amedrentadas, sino que son sociedades que salen de dictaduras, pero el mundo está, podríamos decir, en la situación de Shock, en el sentido de que había caído la Unión Soviética, y aparecía como nueva etapa o nuevo modelo, que no se sabía muy bien que iba a pasar. Se trató de instalar, creo que con éxito, la idea de que el capitalismo había sido un sistema triunfante, después de la guerra fría, y que por lo tanto, todo aquel sistema que santificara al capitalismo, era correcto, y por tanto, era lo que había que hacer, no había otro modelo. Era la famosa época del “There is no alternative”, (no hay alternativa), la única alternativa es el neoliberalismo.
Esta etapa, yo creo que es una etapa diferente, porque están los pueblos también de alguna manera atontados, pero no por la violencia, sino por la confusión mediática. Tal vez lo pienso específicamente en el caso de Argentina, que vivió el neoliberalismo de la época de Videla, de la época de la dictadura; vivió el neoliberalismo de los 90 con efectos desastrosos, y ahora vuelve a elegir el neoliberalismo. ¿Por qué? Primero, creo que, porque por una lado, como te decía, una sociedad bastante atontada por efecto de los medios; y segundo porque este neoliberalismo se presenta de una manera muy diferente. O sea, aplica en última instancia las mismas políticas de privatización: reducción de los salarios, pérdida de empleo, prolongación en la edad para acceder a las jubilaciones, es decir, más o menos ataca los mismos aspectos, pero de otra manera, más gradual, y esto porque aprendió de la experiencia anterior, mejorando esa experiencia, no sólo desde el punto de vista del adoctrinamiento, o del encantamiento del ciudadano, que está como medio hipnotizado también, como medio encandilado, sino también desde la forma de la aplicación. En Argentina no se está aplicando de la misma manera que se aplicó en los 90. Yo personalmente veo el mismo resultado final, o parecido, pero yo me doy cuenta que no es lo mismo. Vos no le podés decir a la gente: “miren que se van a quedar sin trabajo”, porque no es verdad, no todo el mundo se está quedando sin trabajo, como era antes, no todo se está privatizando como era antes. Se hace un mix, por lo menos por ahora se está haciendo una mixtura, que nos hace mucho más difícil de denunciar; a los que estamos denunciando el neoliberalismo, se nos hace mucho más difícil. Porque yo creo que tanto EEUU como las élites que quieren imponer el neoliberalismo, han aprendido y lo hacen de otra manera.
Bien, ya que hablas de denuncia, existe una preocupación, que creo que es una preocupación de la izquierda a nivel regional: la preocupación de que vemos que la respuesta de la izquierda, al menos en los últimos años, ha sido mantener la posición de la denuncia. ¿Crees tú que hay una alternativa que la izquierda pueda tomar, propositivamente, más allá de la mera denuncia? Es decir, ¿Qué acciones concretas, como izquierda regional, y considerando la actual correlación latinoamericana de fuerzas, se pueden tomar para hacerle frente a las agresiones imperiales?
TL Yo te diría que sí, en principio sí existen acciones concretas que podamos tomar como izquierda. Estoy totalmente de acuerdo en que no hay que quedarse en el papel antiguo e inoperante de la simple denuncia, que hay que tener una actitud propositiva. Yo creo que los líderes, Tanto Cristina Fernández de Kirchner, como Lula, como, sobre todo, Chávez, mostraban muy claramente alternativas concretas frente al neoliberalismo. Yo te puedo hablar sobre todo desde Argentina: KFK a una agresión, o a una embestida de los sectores de la derecha, ella duplicaba la ofensiva, no se quedaba en un lugar de resistencia, apostaba el doble, digamos, de esta ofensiva que venía. Nosotros lo ejemplificábamos con un juego que se juega en Argentina que se llama “el truco”, que cuando vos, muchas veces, no tenés buenas cartas, pero para asustar al contrincante le cantás “retruco”, que obviamente si ganás, duplicás las cifras de lo que estás ganando; si te achicás, bueno, perdés tu parte y el otro no gana tanto, como si hubiera jugado, pero gana. Entonces de eso se trata el cantar “retruco”. Esa analogía poníamos nosotros.
Ahora, desde la perspectiva nuestra, de la militancia, de los movimientos sociales, creo que tenemos también que tener siempre una actitud, tal vez de autocrítica, entre nosotros (yo no estoy de acuerdo para nada en la autocrítica explícita y pública, porque para eso están los enemigos, que nos critican mañana, tarde y noche), y sobre todo tener una actitud sí ofensiva. En este sentido, yo veo como fundamental la formación de cuadros. Yo creo que los jóvenes, al menos en el caso de Argentina, que han tenido la fortuna de vivir una situación histórica que yo nunca en mis 60 años había vivido, están poco formados, en historia, en estrategia, en política, en economía. Entonces, la formación en este sentido es fundamental. Y junto a la formación, la integración entre nosotros, la conexión en red, de la manera que podamos, con plataformas nuevas, aprovechando la tecnología etc. Y desde la perspectiva más propositiva, es fundamental lograr elevar todas las propuestas que tengamos a nuestros líderes, trabajar con ellos
Muchísimas gracias Telma, dejemos por ahora esta entrevista hasta aquí, sé, y se nota, que estás cansada, es tarde y vienes de una jornada bastante dura. De nuevo muchas gracias por tu calurosa dedicación.
TL (Risas) Muchas gracias a ti, siempre con toda la disposición.