Con la decisión de convocar una movilización mundial en solidaridad con Venezuela el próximo 16 de marzo, en el que se marchará en algunos casos hacia las embajadas o consulados de Estados Unidos o se realizarán actividades callejeras masivas, culminó en Caracas este miércoles el primer encuentro de la Asamblea Internacional de los Pueblos (AIP). Se trató de un encuentro de características muy especiales ya que reunió a 90 países y 500 delegados y delegadas llegados desde cinco continentes. El día anterior, con la presencia del presidente Nicolás Maduro, los y las delegadas habían participado de un gran acto en el Teatro Teresa Carreño en el que se leyeron las conclusiones finales de todo lo tratado en los tres días que duró la actividad. En esa ocasión, Maduro expuso los detalles veraces de lo ocurrido el 23F en la frontera con Colombia, y agradeció a los visitantes las muestras de solidaridad y respaldo a la Revolución.
Los debates estuvieron centrados en cómo trabajar más y mejor en lo que hace a prestar apoyo al pueblo y gobierno de Venezuela, en circunstancias difíciles como la actual, ya que se está enfrentando a un enemigo poderosísimo y cargado de impunidad, como es el gobierno estadounidense y sus aliados en Latinoamérica y Europa. De allí que también en la declaración final se incluya un párrafo que señala textualmente: “Nos proponemos a articularnos a nivel local, nacional e internacional con otras fuerzas políticas progresistas, demócratas y de izquierda para organizar Comités por la Paz en Venezuela que impulsen acciones amplias y unitarias contra el injerencismo imperialista estadounidense”.
La plataforma de la AIP nace en un momento de máxima alerta, ya que la ofensiva imperialista pretende convertir en un páramo al continente, tratando de provocar el derrumbe de los gobiernos progresistas que resisten a esas intenciones. Por lo tanto, quienes estos días intercambiaron experiencias de lucha en Caracas, consideran que se hace muy necesario avanzar sobre prácticas unitarias que devengan en acciones de todo tipo a fin de repudiar a las bravatas de Donald Trump y cortarle el paso a sus maniobras injerencistas.
No caben dudas que Venezuela se ha convertido en un punto de inflexión ante el imperialismo, y que lo que pueda suceder de aquí en más dependerá el futuro de la región y también repercutirá sobre otros países del mundo que se hallan en circunstancias parecidas. En la Asamblea, fueron varios oradores y oradoras las que pusieron de relieve que también se hace necesario dar batalla en cada sitio geográfico donde el imperio incide y las políticas neoliberales son aplicadas para someter a los pueblos.
También se planteó impulsar y fortalecer Brigadas de Solidaridad con Venezuela “que aporten al proceso de desarrollo, fortalecimiento y defensa de la soberanía del pueblo venezolano”. Es en ese sentido, que se llama a desarrollar intercambios de conocimientos, apoyo tecnológico y asistencia técnica hacia Venezuela, o de Venezuela a otros países, para compartir experiencias que posibiliten el fortalecimiento de capacidades en distintas áreas del conocimiento con el fin de impactar positivamente en el fortalecimiento de la economía soberana y sustentable de la Revolución Bolivariana.
Como uno de los males que sufren los pueblos del continente es el avasallamiento cultural y la consiguiente invasión de posiciones individualistas, consumistas y por lo tanto, propulsoras de la eliminación del accionar colectivo, se generaron actividades culturales de gran contenido popular y en todo momento la mística heredada de los pueblos indígenas o de la práctica de los sin tierra de Brasil, estuvieron presentes en las jornadas de trabajo. De hecho, este día de clausura del encuentro, se realizó un cierre altamente emotivo con la participación de todos los y las delegadas. Mientras se entonaban canciones reivindicativas de la lucha en el continente, se fue armando un gran círculo con más de 500 personas que giraron en el enorme salón mostrando pancartas de apoyo a Venezuela y levantando las banderas de sus países. Desde la megafonía se llamó entonces a despedirse con un abrazo de los hermanos y hermanas que habían compartido juntos esta experiencia emancipadora. Fue impactante ver como los integrantes de la delegación africana se despedían de los jóvenes de Argentina y Brasil, o encontrarse con uno de los impulsores de la AIP, Joao Pedro Stédile estrechando en un largo abrazo a un dirigente social de Panamá o a la líder indígena y diputada constituyente venezolana Noeli Pocaterra.
La Asamblea Internacional de los Pueblos ha llegado en el momento preciso para demostrar que el internacionalismo no es solo una consigna, sino un plan de formación y acción para la lucha. El desafío está en que la continuidad de esta plataforma se nutra de integrar cada vez más pueblo que busque levantar el legado de Hugo Chávez, de Fidel, de Manuela Sáenz, de Martí, de Marighella, de Sendic, entre tantos luchadores y luchadoras, y llevarlo por el camino de nuevas victorias continentales.
Hemos observado este mes acá en Latinoamerica el mismo obseso desprecio por el Derecho que los palestinos venimos sufriendo por 70 años. Y de la misma pandilla de matones criminales que pretenden apoderarse del planeta entero. Pero no pasaran