El expresidente Luiz Inacio «Lula» Da Silva, líder histórico del Partido de los Trabajadores -PT-, ha sido condenado en una nueva causa a 12 años y 11 meses de prisión. Sin demostrar evidencia alguna se le acusa de corrupción pasiva por las reformas realizadas en una casa de campo que no es de su propiedad.

Las ofensas contra Lula parecen no tener fin en esta burla obscena al sentido más elemental de justicia.

El 29 de enero falleció Genival Inacio Da Silva «Vavá», de 79 años de edad, hermano mayor de Lula y figura paterna muy querida. El permiso para asistir al funeral que todo prisionero tiene, fue denegado en primera instancia.

Con cinismo y perversidad el Supremo Tribunal Federal (STF) otorgó un habeas corpus para garantizarle el «derecho a encontrarse exclusivamente con sus familiares», pero no en el lugar donde velaban a su querido hermano, sino en una Unidad Militar de la región, sugiriendo incluso que llevaran el cuerpo a la referida unidad. El permiso llegó en el momento en que Vavá era sepultado en el cementerio. «No dejaron que me despidiese de Vavá por pura maldad», expresó Lula, preso desde el 7 de abril de 2018, condenado sin pruebas en una causa ficticia a 12 años y 1 mes de reclusión. «No puedo hacer nada porque no me dejaron ir. Lo que puedo hacer es quedarme aquí y llorar»,

El Instituto Lula indicó que «la decisión judicial llegó cuando el cuerpo estaba siendo enterrado» en el Cementerio da Pauliceia de Sao Bernardo do Campo, a 20 km de Sao Paulo y a 400 km de la cárcel de Curitiba.

El músico y escritor Chico Buarque expresó «Mi solidaridad con Lula por la pérdida de Vavá. Y mi repudio a la justicia por el cinismo y la cobardía».

Lula, de 73 años de edad, fue nominado por Adolfo Pérez Esquivel Premio Nobel de la Paz de Argentina, a recibir el galardón por haber erradicado a Brasil del mapa del hambre en la primera década del 2000, transformándose por su lucha pacífica en una de las más grandes personalidades políticas de la región y el mundo. Su crimen es haber logrado sacar de la miseria extrema y la humillación a más de 30 millones de brasileños durante su mandato. La campaña de odio y persecución contra él está basada en la manipulación y la mentira. Lula es inocente. Lula es un preso político de la oligarquía brasileña tutelada por Washington.

La verdad radica en el golpe mediático, parlamentario y judicial que despojó a Dilma Rousseff del poder y continuó con la conspiración judicial para impedir a Lula y al PT regresar a la presidencia.

La jueza Gabriela Hardt, que en horas de la tarde de hoy dictó la nueva condena, sustituye al juez Moro, ascendido a Ministro de Justicia por el gobierno del ultraderechista Jair Bolsonaro, como premio a la persecución ilegal, inmoral y despiadada contra el máximo dirigente de los trabajadores de Brasil.

El 7 de abril se cumplirá un año de injusta prisión, el día 10 está previsto el juicio del Supremo Tribunal Federal (STF) en segunda instancia. Llamamos a la solidaridad internacional a movilizarnos frente a las embajadas de Brasil en todo el mundo, a multiplicar las acciones de denuncia y solidaridad, realizar vigilias, actos, manifiestos, trabajo en las redes sociales, y días de lucha por la libertad de Lula en todo el mundo.

Nos duele e indigna su injusta cárcel. Llegue nuestra solidaridad incondicional al querido compañero Lula por la pérdida de su hermano, y el compromiso de luchar sin descanso por su libertad.

#Fuerza Lula

#Lula Libre

Comité Internacional Paz, Justicia y Dignidad a los Pueblos

6 de Febrero, 2019

Por REDH-Cuba

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