El expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, encarcelado desde hace más de un año por supuestos actos de corrupción, es hoy el prisionero político más importante del mundo.
Así lo afirmó el destacado intelectual y activista político estadounidense Noam Chomsky durante una entrevista con el canal Democracy Now, amplificada por el portal Rede Brasil Atual.
Según el profesor de lingüística del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT, por sus siglas en inglés), la prisión política busca callar a Lula que, cuando presidió Brasil, fue la voz ‘del Sur global’.
Chomsky situó la prisión del exgobernante brasileño en un contexto universal y comparó su situación con la del periodista australiano Julian Assange, creador de WikiLeaks, detenido el jueves.
El reconocido lingüista norteamericano, de 90 años, percibe, desde la perspectiva histórica, la prisión de ambos como similar a la del fundador y secretario general del Partido Comunista Italiano, Antonio Gramsci (1891-1937).
“Algunos pueden recordar cuando el gobierno fascista de (Benito) Mussolini colocó a Antonio Gramsci en la cárcel. El fiscal dijo: Tenemos que silenciar esa voz por 20 años. No podemos dejarlo hablar. Eso es Assange. Eso es Lula. Eso es un escándalo”, remarcó Chomsky.
Se preguntó: “¿Oyes algo en la prensa sobre eso? Y respondió: ‘bueno, Assange es un caso similar: Tenemos que silenciar esa voz”.
De acuerdo con el reconocido intelectual, bajo el Gobierno de Lula, al inicio de este milenio, Brasil fue uno de los más, tal vez el país más respetado del mundo. ‘Fue la voz del Sur global bajo el liderazgo de Lula da Silva’, subrayó.
En septiembre, el pensador norteamericano visitó al exmandatario en la sede de la Superintendencia de la Policía Federal de Curitiba, capital del sureño estado de Paraná, y al salir opinó que por derecho Lula debería ser próximo presidente de Brasil y que encontrarse nuevamente con él fue ‘una experiencia maravillosa’.
‘No todos los días es posible encontrarse con una figura extraordinaria del siglo XXI’, manifestó en la ocasión.
Desde el 7 de abril de 2018 Lula permanece preso en Curitiba tras recibir una sanción de 12 años y un mes impuesta por el Tribunal Regional Federal de la cuarta región (TRF-4) por presuntos hechos de corrupción.
El expresidente fue objeto en febrero de una segunda condena en la operación anticorrupción Lava Jato, esta vez a 12 años y 11 meses.