“Siento que el Festival no envejece. No sólo porque esté a tono con los cambios tecnológicos, que son impresionantes. Pero lo que me parece que es como para sentirse contento es que el Festival se ha mantenido con un prestigio y en consonancia con los tiempos.
Por Adalys Pérez Suárez
Fuente: Cubarte
Si bien el pasado año el Instituto Superior de Arte (ISA) aprovechó la celebración del Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano para reconocer con el título de Doctor Honoris Causa al cineasta Manuel Pérez Paredes (La Habana, 1939), una de las figuras fundacionales de la más genuina cinematografía cubana, en este que recién se inicia fueron los propios organizadores del evento quienes decidieron homenajear al también guionista.
Ambas ocasiones han coincidido con importantes aniversarios para el Premio Nacional de Cine 2013. En 2018, los 45 años del estreno de El hombre de Maisinicú, su ópera prima; y, en esta oportunidad, la celebración de sus 80 años de existencia el pasado 19 de noviembre, un día antes de que se hiciera pública la entrega que se le hará del Coral de Honor del FINCL, en la noche inaugural de esta 41 edición.
“Por supuesto que me siento muy orgulloso. Es como una especie de colofón o regalo de cumpleaños. Y bueno, todo esto suena a balance de vida.
El reconocimiento te hace sentir bien; te hace sentirte comprometido, en el sentido de la responsabilidad. Lo más importante es que la salud me acompañe, para no sentir que los reconocimientos son como la despedida”, expresó jocosamente al Blog Cubarte quien iniciara sus pasos en el Instituto Cubano de Arte e Industria Cinematográficos en el propio 1959 y ya, un año más tarde, fuera asistente de dirección de Tomás Gutiérrez Alea en Historias de la Revolución, primer largometraje de ficción que produjo el ICAIC.
Precisamente a esta institución, en su aniversario 60; y a Santiago Álvarez; amigo al que Pérez Paredes nos confesó recordarle a menudo que había nacido en el año en que el documentalista se hizo militante comunista, está dedicado el Festival que se estará desarrollando hasta el próximo día 15 con más de un centenar de filmes en concurso.
“Siento que el Festival no envejece. No sólo porque esté a tono con los cambios tecnológicos, que son impresionantes. Pero lo que me parece que es como para sentirse contento es que el Festival se ha mantenido con un prestigio y en consonancia con los tiempos.
O sea, se ha modernizado, no con las tecnologías; sino que ha sabido estar a tono con los cambios más profundos que se han dado en la cultura. Creo que el reto más importante es no envejecer y hay eventos que con el tiempo se pueden ir apagando. Por suerte, no ha sido el caso”.
Afirmó con pleno conocimiento de causa este lúcido analista, autor de numerosos documentales, entre los que figuran Cinco Picos (1961), Era Nikel Co. (1963) y Che Guevara: donde nunca jamás se lo imaginan (2004); así como de los largometrajes de ficción Río Negro (1977), La segunda hora de Esteban Zayas (1984), y Páginas del diario de Mauricio (2006), por sólo mencionar algunas de sus obras para el séptimo arte.
“Estoy trabajando con Aida Bahr en un guión que habíamos dejado reposar. Es que después de terminarlo sentí que se me envejeció en el papel y lo he estado revisando para tratar de actualizarlo más.
Es sobre la Cuba de este momento. Son personajes viviendo momentos muy complejos, como los que estamos viviendo ahora”.
Nos comenta con el mismo entusiasmo con que se incorporó al equipo del Noticiero ICAIC Latinoamericano a poco de su fundación; fuera presidente de la Sección de Cine, Radio y Televisión de la UNEAC; escribiera para la Revista Cine Cubano; encabezara uno de los bien recordados Grupos de Creación del ICAIC e integrara hasta la actualidad el Consejo Directivo de la Fundación del Nuevo Cine Latinoamericano.
Manuel Pérez Paredes o Manolo, como se le nombra con respeto y cariño en el gremio, ha recibido importantes premios en citas cinematográficas de Moscú, Barcelona, Lleida y La Habana; pero probablemente ninguno le habrá llegado tan a lo hondo del corazón como este que recibirá de sus hermanos de la Patria Grande; sus compañeros en el arduo camino de hacer un cine comprometido y aportador.