Seamos capaces de continuar el legado de José Martí que es un legado de pensar en el amor y en la esperanza. Es esa una convocatoria que va directo al corazón y que en la mañana de este lunes hizo Eduardo Torres-Cuevas, director de la Oficina del Programa Martiano y presidente de la Sociedad Cultural José Martí (SCJM).


Por Alina Perera Robbio

Fuente: Juventud Rebelde

En el salón Simón Bolívar del Centro de Estudios Martianos —ubicado en el Vedado capitalino—, el prestigioso historiador compartió una bella y profunda intervención como parte del acto central por el aniversario 25 de la SCJM, institución fundada el 20 de octubre de 1995 por iniciativa de Armando Hart Dávalos, y a la cual se sumaron pensadores de renombre como Cintio Vitier, Roberto Fernández Retamar, y Eusebio Leal Spengler.

«José Martí es como el aire que uno respira», había dicho Cintio en algún momento de su vida; y esa frase, junto con otras muy hermosas en voz de otros intelectuales fueron recordadas en el encuentro que estuvo presidido por Roberto Montesinos Pérez, vicejefe del Departamento Ideológico del Comité Central del Partido, y Alpidio Alonso Grau, ministro de Cultura.

Ante dirigentes de diversas entidades, intelectuales y jóvenes creadores, y hombres muy admirados por el pueblo como los héroes René González Shewerert y Fernando González Llort, Torres-Cuevas comenzó destacando que allí confluían cubanos de disímiles ámbitos de la sociedad, todos unidos por el pensamiento de Martí.

Recordó entonces que hace 25 años se dio un hecho de gran significado, porque al fundarse la SCJM no sólo comenzaba a funcionar una idea, sino que también se daba la concurrencia de pensadores muy valiosos: Hart, quien alentaba y ejercía la cultura del debate; Retamar, quien representaba un movimiento de intelectualesque tenían como vórtice a Casa de las América; Cintio, conocedor a lo profundo del legado del Apóstol; y Eusebio, cuya ejecutoria estuvo inspirada siempre en Martí, pues, como dijo Torre-Cuevas, donde aparecía la palabra imposible, ahí estaba él para construir realidades.

«Los cuatro tuvieron una pasión extraordinaria por Cuba», afirmó el Presidente de la SCJM, quien también definió esa pasión como algo que nace a partir de la necesidad, del espíritu que está en las mismas raíces de un país.

Sobre la SCJM, el prestigioso historiador comentó que al nacer esta tenía un alcance más allá de lo burocrático, dado que debía ser la Sociedad del pueblo, ese conjunto en el cual cada persona tenía sembrada en su alma a José Martí. La entidad, reflexionó Torres-Cuevas, no solo recogía el legado de las figuras mencionadas sino además el sentimiento de toda Cuba.

Lo extraordinario de Martí es haber sabido unir sentimientos y pensamientos, subrayó el director de la Oficina del Programa Martiano, quien trajo a colación el concepto de Patria dado por el Apóstol, ese que rompe el concepto estrecho y nacionalista para desbordarse humanamente al mundo.

Torres-Cuevas quiso recordar la definición de Patria según el Maestro —unión dulcísima y consoladora de amores y esperanzas—; y más adelante hizo énfasis en que, justamente por ser martianos, los cubanos de bien estamos obligados no solo a amar a Cuba sino también a salvarla.

Desde su nacimiento hasta el presente, la SCJM ha crecido: ya cuenta, como detalló el historiador, con 14 500 miembros en todo el país; y existen 1 423 clubes martianos. Desde luego, como reflexionaba el intelectual, la entidad cuya esencia es multiplicar el legado del Apóstol no puede estar aislada sino que debe hacer alianzas con todas las organizaciones de la Isla, con todos los espacios creativos posibles, dado que necesitamos en estos tiempos tan complejos del universo del excepcional cubano.

«Seamos capaces de continuar el legado de Martí (…), legado de pensar en el amor y en la esperanza», pidió Torres-Cuevas, quien al concluir sus palabras recibió de manos del presidente del Movimiento Juvenil Martiano, Yusuam Palacios Ortega, el premio Joven Patriadedicado a la Sociedad Cultural José Martí.

En el acto, además, tuvo lugar la cancelación del Primer Día de la Serie Postal «José Martí senda de gloria», fruto de un trabajo de coordinación de la Oficina del Programa Martiano con el Ministerio de Educación y Emisiones Postales de ese organismo central. Resultó interesante y emotiva la explicación dada por el profesor Jorge Lozano, asesor de la Oficina del Programa Martiano, quien detalló el contenido de cinco sellos alusivos a los últimos 38 días del Apóstol.

El cierre del encuentro fue de muy fina música, a cargo del virtuoso guitarrista y compositor Eduardo Martín, quien se hizo acompañar de la interpretación, desde el mismo instrumento de cuerdas, de Gali Martín.

Por REDH-Cuba

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