Aceptada oficialmente la candidatura al Premio Nobel de la Paz 2021 de la Brigada Médica Cubana «Henry Reeve», presentada por el profesor Luciano Vasapollo, profesor de economía internacional de la Sapienza, comprometido durante muchos años en cooperación con universidades de América Latina. y el Caribe, promotor de la Red de Capítulos Italianos en Defensa de la Humanidad a la que se adhiere CESTE, el centro de estudios del Sindicato USB,
por Rita Martufi y la Asociación Padre Virginio Rotondi para el Periodismo por la Paz que publica FarodiRoma. La candidatura también fue apoyada por Graziella Ramírez del Comité de Paz y Dignidad de los Pueblos. Organismos que trabajan juntos a pesar de tener diferentes inspiraciones.
La brigada médica cubana presta su ayuda desde el pasado mes de marzo en Crema, una de las provincias más afectadas por la emergencia sanitaria vinculada al Covid 19, y desde mayo en Piamonte, donde la pandemia también ha golpeado muy fuerte. “Durante los días más oscuros de la pandemia, su solidaridad también llegó a Italia: Cuba, junto a Venezuela, fue uno de los primeros países en acudir en ayuda de otros pueblos en dificultad”, comentó Vasapollo.
La brigada Henry Reeve fue creada el 19 de septiembre de 2005 como respuesta a los daños provocados por el huracán Katrina en Nueva Orleans, Estados Unidos, con un grupo inicial de más de 12.000 profesionales de la salud cubanos mostrando su voluntad de apoyar la recuperación, sin embargo. , el gobierno de Estados Unidos se negó a recibir la ayuda. Según datos oficiales, Cuba ha enviado hasta el momento a más de 3.700 trabajadores de la salud, agrupados en 46 brigadas, en 39 países y territorios afectados por Covid 19. Su programa está en un lema donado a la Brigada por Fidel Castro: “Doctores no bombas”. De hecho, la Brigada siempre está dispuesta a ir donde más se necesita, como en los casos de Pakistán, tras el terrible terremoto, o de Centroamérica, tras las lluvias torrenciales provocadas por la tormenta tropical Stan. Al fin y al cabo, Cuba alberga la escuela internacional de medicina que ha permitido graduar a decenas de miles de jóvenes que no tendrían los medios para hacerlo y que a pesar del bloqueo han alcanzado un extraordinario nivel de calidad en bioingeniería médica. medicina y cirugía y en el tratamiento de las peores plagas virales.
Lleva el nombre de un ciudadano neoyorquino que defendió la independencia de Cuba, su actual comandante es el Dr. Carlos Pérez y la definición formal es la de Contingente Internacional de Médicos Especializados en Situaciones de Desastres y Graves Epidemias.
Su especialidad es atender las emergencias, llegar a donde nadie va, cuidar donde todos huyen, ganar guerras que todo el mundo cree que, dados los riesgos que conlleva, es preferible perder. Sus rayas, la Brigada Henry Reeve, las han ganado en el campo, de hecho en varios campos, en toda África y América Latina.
Norteamericano de nacimiento (nacido en Brooklyn, Nueva York, Estados Unidos, el 4 de abril de 1850) y cubano por elección, Henry Reeve fue llamado «El inglés de la manigua» durante las batallas cubanas contra el colonialismo. Murió en Matanzas el 4 de agosto de 1876 luego de haber participado en más de 400 acciones armadas. Tenía solo 26 años y dejó un gran ejemplo de solidaridad entre hombres ansiosos por la libertad y la justicia. Solía decir: «Soy del país donde mueres» para decir que su vida la dedicó a la lucha contra el régimen colonial impuesto por la corona española. Antiesclavista e independentista, estuvo ligado a los trabajadores y artesanos cubanos que apoyaron la guerra en la isla desde el exilio.
Henry llegó a Cuba el 11 de mayo de 1869 a bordo del barco Perrit y se convirtió en «L’Inglesito» que hablaba poco también porque sabía poco español. Participó en las batallas de Ramón, Las Calabazas, Del Carmen, Río Hanábana Sitio Potrero y fue estimado y elogiado por las más grandes figuras de la independencia cubana, como Ignacio Agramonte y el Generalísimo Máximo Gómez, quienes elogiaron su gran coraje, entrega y su sentido de la disciplina. Perdió una pierna en septiembre de 1873 porque se tiró sobre un cañón de cañón con su caballo, pero no dejó de luchar por todos los medios. Fue Brigadier, designado por la Cámara de Representantes de la República en Armas, cuando enfrentó al enemigo en la Batalla de Las Guásimas y en la acción de Cajumiro, este último con Máximo Gómez y Antonio Maceo.
Se suicidó, disparándose en la sien, ya muy gravemente herido en el pecho, ingle y hombro, cuando las tropas españolas lo habían rodeado. Fue un caballero valiente, sereno y tenaz que cantó Ramón Roa, otro héroe de la independencia cubana que dedicó unos hermosos versos a este joven norteamericano, «L’Inglesito», que derramó su sangre mezclándola con la de los mejores hombres de Cuba. otro país, pasando a formar parte de un linaje de niños de esta Isla llena de infinito patriotismo. Henry Reeve fue honrado por el gobierno cubano en 1976 en el centenario de su muerte con un sello postal.
Fuente: Faro di Roma