Lo que me parece relevante sobre los 100 millones de dosis de Soberana 02:
1. Tener una vacuna nuestra que será aplicada de forma gratuita a cada cubana y cubano es un logro importantísimo en un mundo donde no habrá vacunas para todos y muchas personas quedarán varadas y solas frente al riesgo de contagio. El Estado cubano nos protege en medio de una escena neoliberal donde acaban de morir 51 seres humanos por negligencia de Estado en un país en el que el presidente puede decir con impunidad que el hecho de “que mueran los viejos y enfermos es la ley natural de la vida”. Pero él solo vocifera por estupidez lo que muchos conocen y callan por moderados: dentro del sistema mundo capitalista la muerte de los excluidos es conveniente, o al menos, no le importa a la institucionalidad, porque es, “gracias a dios”, menos gasto público. Si pudiéramos contar con las estadísticas a escala global sobre cuántas de las muertes hubiesen podido evitarse si fuera otra la situación de los sistemas de salud precarizados por la ola privatizadora y los recortes presupuestales, incluso, hasta en algunas naciones poderosas, estoy convencida de que no conseguiríamos dormir tranquilos en lo que nos queda de vida. Pero la noticia es otra. Los grandes medios que amplifican toda información que pueda usarse contra Cuba no harán estos análisis, ni cubrirán la vacuna cubana, y a los medios del patio pagados por nuestros vecinos, y sus seguidores, los vemos creando cualquier espectáculo para intentar restarle valor al hecho de que tengamos nuestra vacuna en un momento como este.
2. Que Cuba tenga la soberanía y el desarrollo científico necesarios para fabricar su propia vacuna la salva de estar a expensas de feroces farmacéuticas en un contexto capitalista regido por el libre mercado, en el cual la salud humana es uno de los objetos de lucro y mercantilización fundamentales.
3. La vacuna, como tantos otros fármacos, es expresión de los logros de un campo científico diseñado para funcionar orgánicamente integrado a una economía socialista según un modelo exitoso, inteligente e innovador que conjuga ciencia y empresa.
4. Pero no solo estamos testimoniando una fortaleza científica, heredera en muchos sentidos de la visión de Fidel sobre el papel que la ciencia debía jugar en nuestra sociedad. Estamos ante una fortaleza política. La fortaleza de un sistema que sigue poniendo la vida en el centro. Ante quienes pregonan el fracaso del socialismo, pudiéramos pensar si no es justamente por estos éxitos y su potencia (a pesar de tantos ataques externos y las limitaciones propias) que el socialismo se convierte para el status quo neoliberal en una amenaza que debe ser barrida y luego revisada la historia para que ni en la memoria colectiva queden sus rastros y así el capital pueda seguir avasallándonos.
5. Por último, pero no menos importante, Soberana expresa la ética, la vocación humanista y la calidad profesional de grupos de investigadores e investigadoras que no son solo expertos en su rama, sino que están admirablemente formados en el compromiso y la responsabilidad con la salud humana, entendida como bien común.
Fuente: La Pupila Insomne