Con fino sarcasmo, Simón Rodríguez denuncia en el siglo XIX la hipocresía de las grandes potencias colonialistas: “Las grandes naciones (se dice) no pueden subsistir sin colonias. La conquista es un medio violento, que la humanidad reprueba… Es verdad, no obstante, si es menester usar de alguna violencia, no se deberá omitir una que otra guerrita, por el bien de la humanidad misma”.
1. La doble moral de Estados Unidos
Cuando “la planta insolente del extranjero” bombardeó las costas de Venezuela, el canciller argentino Luis María Drago (1859-1921) no dudó en solidarizarse con nuestro presidente Cipriano Castro (1858-1924) desenmascarando la Doctrina Monroe y accionando la doctrina jurídica que lleva su apellido el 29 de diciembre de 1902, con la que establece que ningún Estado extranjero puede utilizar la fuerza contra una nación americana con la finalidad de cobrar una deuda financiera. Ante el ataque del Reino Unido, Alemania e Italia, Estados Unidos replicó que, como país, no apoyaría a un país americano que sufriese ataques bélicos como respuesta a la negativa de pagar sus deudas, pretendiendo que la Doctrina Monroe sólo se aplicaría cuando dicho país sufriese ataques de potencias europeas motivadas por la intención de recuperar territorios americanos y colonizarlos, argumento que se desmoronó cuando Estados Unidos apoyó a su madre británica en la guerra de Las Malvinas entre abril y junio de 1982.
En junio de 2019, Elliott Abrams recalcó en la Cámara de Representantes: “Nosotros, que somos los campeones de la democracia en el mundo, siempre hemos probado que el socialismo ha sido un fracaso en todos los lugares en donde ha tratado de imponerse, y por lo tanto no podemos permitir que en Venezuela eso sea la excepción. ¿Entonces vamos acaso a permitir que en Venezuela sea exitoso el socialismo, señores Representantes? ¿Pueden ustedes creer lo que eso provocaría en toda la región de América Latina? “¿Ustedes pueden imaginarse lo que representa construir tres millones de viviendas sin la participación de la empresa privada? ¿Cuál sería el destino de nuestro modelo si no intervenimos allí en los proyectos de salud o educación, en la formación de sus militares y en la adquisición de los elementos para su defensa?”
2. Operaciones Peter Pan y Mangosta
Entre el 26 de diciembre de 1960 y el 23 de octubre de 1962, la CIA, la iglesia católica y los cubanos exiliados en Miami, desplegaron una campaña mediática y psicológica en la clase media cubana para crearle aversión al comunismo. Como resultado más de 14.000 niños fueron separados de sus padres y llevados de Cuba a Estados Unidos en lo que se denominó la Operación Peter Pan.
Después de la derrota estadounidense el 19 de abril de 1961 en la invasión de Cuba en Bahía de Cochinos, el gobierno de Washington a través de Edward Lansdale, diseñó un programa que conducía a las revueltas callejeras para el derrocamiento de la Revolución Cubana. Se trataba de 32 acciones contra el pueblo cubano, 13 de ellas consistían en ahogarlo económicamente: encarecer y dificultar el transporte marítimo hacia Cuba, infectar las cosechas de alimentos e impedir las ventas de níquel. El nombre clave de estas operaciones encubiertas de la CIA contra Cuba es la Operación Mangosta.
3. Estados Unidos padece la enfermedad del siglo
Estados Unidos y el modelo eurocéntrico liberal están en crisis. Padecen “la enfermedad del siglo: una sed insaciable de riqueza”, como diagnostica Simón Rodríguez. Estados Unidos en este segundo semestre de 2021, ante el auge tecnológico, científico y económico de China, ve con preocupación las protestas populares en Colombia, el triunfo electoral de un maestro comunista en Perú, el proceso constituyente en Chile, la consolidación de la Revolución Sandinista en Nicaragua, las decisivas acciones de López Obrador en México y la dificultad de derrocar al presidente Nicolás Maduro en Venezuela. Razón por la cual ordena el magnicidio del presidente haitiano a través de militares retirados colombianos, intimida a Venezuela con la visita del director de la CIA a Colombia y Brasil en lugares fronterizos, acciona el plan paramilitar en la Cota 905 de Caracas e insta a sectores populares cubanos a marchar contra su gobierno.
Mientras se urde todo este complejo arsenal de desestabilización, el ejército de batas blancas de la isla de la dignidad del Caribe sigue colocando en los brazos del pueblo la vacuna Abdala. Hoy Nuestra América es Nubia, y Estados Unidos lo sabe. Ante esta nueva agresión, los pueblos del mundo le dicen al mayor imperio de la historia: Elimina el bloqueo. Cuba no está sola. Y exclaman: “Ni laurel ni coronas necesita quién respira valor, pues amenazan a Nubia libre, y un tirano quiere rendirla a su dominio vil esclava. ¡Corramos a la lucha, y nuestra sangre pruebe al conquistador que la derraman, pechos que son altares de la Nubia, brazos que son sus fuertes murallas!”.

Por REDH-Cuba

Shares