Hoy 13 de agosto, se cumplen 95 años del natalicio del Comandante Eterno Fidel Castro Ruz, que dejó la vida física en 2016 pero su legado permanece intacto. Y no solo intocado sino cada vez más vigente y fértil en las luchas de Nuestra América y del mundo.
Su ejemplo revolucionario, que fue genuino en su espíritu y efectivo en la praxis, nos ha impregnado de nuevas armas dialécticas, de visiones humanistas y de horizontes posibles para una sociedad más justa y fraterna, unida contra los destructores de mundos.
¡Celebremos este nuevo aniversario del Comandante Eterno! ¡Celebremos su existencia bienhechora!
Comandante Fidel Castro… ¡Presente!
¡Oh, Comandante!
Escrito en ciudad de La Paz, Bolivia , la noche del viernes 25 de noviembre de 2016, tras la noticia de la muerte del Comandante Fidel Castro.
¡Oh, Capitán, mi Capitán!
Escribió Walt Whitman.
Pero yo digo:
¡Oh, Comandante, mi Comandante!
Fumador de habanos
y libertador de pueblos.
Te fuiste dejando una estela verde
como las selvas americanas,
como las tardes isleñas
donde tu sangre, tu sudor y tu fuego
se fundieron para siempre.
¡Oh, Comandante, mi Comandante!
Jamás rendido no te cansaste:
de luchar, de enseñar, de esperar.
En cien batallas
Tu carne triunfó.
Tu idea creció.
Y tu pueblo sanó.
¡Oh, Comandante, mi Comandante!
Los mediocres te llamaron loco.
Los asesinos dictador,
pero igual que el oro incaico,
fuiste hecho en la fragua mítica
de la entraña americana.
Caminaste las angustias,
las ruinas y el dolor.
Líder de líderes
Y poema de poetas.
Soldado invencible del Mar Caribe.
Luchador eterno de la América eterna.
¡Oh, Comandante, mi Comandante!
Qué triste mi noche boliviana
cuando supe tu partida.
Cuando los clarines de la libertad
Mudos e incrédulos
callaron por ti.
Pero mira… ¡contempla tu obra!
Un continente nuevo engendraste.
Una tierra inclaudicable
como tu ejemplo.
Una nación erguida
de pie sobre libros y fusiles
¡Oh, Comandante, mi Comandante!
Allí donde estés,
enciende un puro, alista tus armas
y construye un nuevo Granma
De humo libertario.
Lanza volutas riendo
junto a Camilo y al Che.
Y en esa bruma salida de tu boca soñadora
conquista sierras y montes,
libera etéreos campesinos
y deja tu impronta
en el Olimpo de los héroes.
¡Oh, Comandante, mi Comandante!
Dicen que estás muerto,
pero en realidad hoy comienza
tu sendero de vida.
El que ningún imperio
Jamás podrá borrar,
pues es el camino del pueblo.
¡Oh, Comandante, mi Comandante!
Ese pueblo que tú iluminaste…
Inmenso Fidel.
Vencedor
Planearon tu muerte
Que jamás obtuvieron.
Luchaste sintiendo
y moriste riendo,
al ver que el enemigo
murió sabiendo,
que eras más grande
y sabio, venciendo.
Barba gruesa
y verde uniforme
en carne joven
de espíritu tierno.
Tabaco intenso
en labios mordientes.
Humo caliente
en dientes de heno.
Puño de bronce
en fusil de acero.
Manos de Atlas
en brazos fraternos.
Grito de guerra
en campos diezmados,
triunfo de muchos
en combates eternos.
¡Ése tú fuiste!
Ése eres y tal serás.
Como Cuba, como América,
En donde semilla,
libro, fusil y lamento,
Con tu epopeya… ¡Germinarán!
Extraídos del poemario Alguna tarde – Poemas sin sueño, de Alejo Brignole.
Fuente: REDH-Argentina