Te dije que la historia había alcanzado su peor deriva y que el desamor crecería como una hierba venenosa en la extensión de la tierra.

Te dije que después de Hiroshima la humanidad no hallaría su camino de regreso a casa.

Todos estábamos solos y en la hora más solitaria la esperanza insistía en quebrarse hasta las lágrimas. Avanzábamos al irreversible deterioro.

Como si existiera un dios de odio que quisiera arrancar toda vida de raíz, tres mil niños yacían en Gaza envueltos en sudarios blancos.

Tanques aguardaban una orden en la puerta de tu casa en cada aldea del mundo.

Ahora te decimos: humano, sé poeta. Palestina es el corazón de la vida. Haz que tu corazón lata al unísono.

Desea con todas tus fuerza que el mundo se alce para proteger el sueño, álzate con todos, para que Inevitable y necesaria llegue la revolución contra la muerte.

Fernando Rendón

Poeta colombiano

Por REDH-Cuba

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