No basta con insistir en la descalificación de gobiernos legítimamente constituidos, sino que pretenden, porque les duele, satanizar las articulaciones de movimientos políticos y sociales latinoamericanos y caribeños que han desarrollado un pensamiento emancipador y progresista en interés de los pueblos


La ultraderecha no se resigna a retroceder y, por ello, desde este miércoles y hasta el jueves arma un espectáculo en Lima, con tintes tremebundos y fascistoides. No caben adjetivos más apropiados para calificar el II Encuentro Regional del Foro Madrid.

Sin embozo alguno, los blancos están definidos. En la mira, los gobiernos de Nicaragua, Venezuela, Bolivia y Cuba. Y más: en la convocatoria anuncian la intención de «explicar y denunciar el plan desestabilizador del Foro de Sao Paulo y del Grupo de Puebla». Es decir, no basta con insistir en la descalificación de gobiernos legítimamente constituidos en los países citados, sino que pretenden, porque les duele, satanizar las articulaciones de movimientos políticos y sociales latinoamericanos y caribeños que han desarrollado un pensamiento emancipador y progresista en interés de los pueblos.

Como si esto no fuera suficiente, prevén desatar una andanada contra las concertaciones en las cuales convergen, con independencia de los signos ideológicos de los gobiernos, los países de la región, dígase la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) y la Unión de Naciones Sudamericanas (Unasur), so pretexto de ser paraguas «al servicio de las tiranías del continente» (sic).

Por si fuera poco, en la agenda del encuentro figura un punto que transpira el aliento de una conspiración antidemocrática: el análisis de las perspectivas de los procesos eleccionarios que tendrán lugar en Guatemala, Argentina y Paraguay. Tal pareciera que quieren adelantarse a los acontecimientos.

La elección de la sede constituye otra flagrante intromisión en los asuntos internos de una nación convulsa desde diciembre pasado, luego de la deposición y arresto del presidente Pedro Castillo y la entronización de Dina Boluarte. En el propio enunciado de la convocatoria, apelando a una retórica perversa y sin la más mínima argumentación, pintan la patria de Vallejo y Mariátegui como escenario donde «se libra una batalla fundamental para el futuro de la democracia en Iberoamérica», y criminalizan a las fuerzas contrarias al gobierno actual como actores de «protestas vandálicas y ofensivas jurídicas». No respetan para nada el hecho de que lo que sucede en Perú es tema que compete dirimir por entero a los propios peruanos.

¿Quiénes están a cargo del tinglado? Todo parte de la ultraderecha española. El partido Vox inventó el Foro Madrid en 2020, mediante la denominada Fundación Disenso, que canaliza fondos para la subversión de los procesos democráticos progresistas, la cual preside Santiago Abascal, líder de la formación española, cuyo talante filofascista es inocultable. Cuando en sus bases fundacionales esgrimen «la defensa de la civilización occidental y el legado de España en el mundo y su vocación europea y americana», debe leerse como el regreso a las posiciones retardatarias del franquismo, el intento de implicar a la Unión Europea en el rancio alineamiento ideológico que intentan imponer, y el arropamiento y financiación de grupos y personajes que en América Latina aspiran a reflotar mandatos oligárquicos.

Un dato revelador lo expuso el diario español El Mundo, en un artículo publicado a propósito del lanzamiento de Disenso. «A finales de febrero –dice textualmente la nota– cuando Abascal se fue de gira por Estados Unidos, uno de los temas que abordó fue precisamente el lanzamiento de una fundación. Por ello mantuvo varias reuniones para tomar ideas y estrechar lazos con otros think tanks norteamericanos». ¿Quiérese mejor prueba de la concordancia entre Abascal, Vox y el imperio? ¿Acaso esto no apunta a una subordinación a Washington?

La oreja peluda del neocolonialismo asoma en la utilización de un concepto que los delata: «la iberosfera». Así llaman a una supuesta esfera de influencia en la que se aprestan a actuar, con absoluto desconocimiento de las realidades superadas por las naciones de una región que dejó, en el siglo XIX, de obedecer al dictado de la metrópoli madrileña. No es casual que el encuentro transcurra pocos días después de que la Cumbre Iberoamericana de Santo Domingo confirmara las relaciones de respeto y cooperación entre España, Portugal y América Latina, en la que las coincidencias en torno a la urgencia de abordar problemas acuciantes comunes a todos, emergieron sobre las diferencias.

La voz anticubana corre por cuenta de Orlando Gutiérrez Boronat, invitado especial al cónclave. El autodenominado coordinador de la Asamblea de la Resistencia Cubana –eufemismo tras el cual se ampara uno de los grupúsculos contrarrevolucionarios radicado en la Florida– es un connotado cabecilla, asalariado de la Usaid, promotor del bloqueo de EE. UU. contra la isla y de acciones dirigidas a minar la industria turística cubana, y decidido propulsor de la inclusión de Cuba en la espuria lista de estados patrocinadores del terrorismo. Su presencia en Lima bastaría para reconocer de qué va el encuentro del Foro Madrid y la Fundación Disenso.

Fuente: Granma

Por REDH-Cuba

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