En este momento en que las personas tienen que validar la información para llegar a la capacidad interpretativa del texto, se hacen necesarias estrategias de verdadera inclusión y alfabetización digital. Sumado a esto, el profesional de la información debe adquirir habilidades críticas a tono con la realidad global y no solo local, para llegar al lector siendo él mismo un lector capacitado.
El profesor titular de la Universidad de Brasilia y doctor en Ciencias de la Información, Emir Sader, fue uno de los conferencistas invitados al VII Coloquio Internacional “Del Papiro a la Biblioteca Virtual”, que se celebra en la Casa de las Américas. Su conferencia tomó como título el propio nombre del coloquio para hacer énfasis en que esta nueva “biblioteca digital” o virtual, no es otra que la del conocimiento, tan necesaria en una era donde prima el analfabetismo informacional y la manipulación.
Suaden recordó el enfrentamiento que ha existido siempre, de un modo u otro, entre el libre ejercicio de la lectura y aquellos que buscan censurar, desinformar y ejercer el poder en beneficio de las estructuras dominantes. En la actualidad, especificó el profesor, se ha dado una revolución tecnológica en el campo de la información; hemos entrado en tiempos donde resulta más lucrativo desinformar a la población, a la vez que aumenta la exclusión digital.
Paralelo a las innovaciones digitales, explicó, sobrevienen las desigualdades sociales. Cada vez las políticas públicas -aspecto que demostró con datos del contexto brasileño durante el mandato de Jair Bolsonaro- prestan menos atención a la posibilidad que otorgan las bibliotecas de equilibrar dichas desigualdades. En este momento, en que las personas tienen que validar la información para llegar a la capacidad interpretativa del texto, se hacen necesarias estrategias de verdadera inclusión y alfabetización digital. Sumado a esto, el profesional de la información debe adquirir habilidades críticas a tono con la realidad global y no solo local, para llegar al lector siendo él mismo un lector capacitado.
La biblioteca y, en consecuencia, el bibliotecario debe, por fuerza, sobrepasar los límites de la escolarización y el enclaustramiento académico, abrirse a las nuevas tecnologías y desjerarquizar la relación información-usuario con el fin de que este sea capaz de construir posturas críticas. Sobre todo, recalcó Suaden, en este contexto de incertidumbre y “posverdad” que han propiciado las tendencias actuales de desinformación mediática.
Respuestas cubanas a las urgencias de la era digital
Frente a las urgencias que impone esta era digital, las cuales analizó Emir Sader, se alza la labor de profesionales como los que representaron en el Coloquio al Centro Nacional de Información Médica (Infomed) y a la Biblioteca Médica Nacional (BMN) de Cuba. Pudimos conocer acerca de la transición que ha vivido la institución al pasar de ofrecer sus servicios de forma completamente presencial a hacerlo de manera híbrida, proceso en el que la digitalización ha tenido singular importancia.
Con esta nueva configuración, la prestación de servicios de la BMN no solo responde a lo que el usuario cree que necesita, sino que expande sus posibilidades de búsqueda, ofreciéndole recomendaciones personalizadas y análisis de la información existente, según los distintos campos de su especialidad.
La relación entre el usuario profesional de la salud y su biblioteca se ha estrechado y optimizado gracias al uso de la mensajería instantánea, los catálogos en línea, los servicios de consultoría e informes técnicos y bibliométricos. Según explicaron los ponentes, Infomed se encuentra a la vanguardia en la utilización de las nuevas tecnologías de la información en la prestación de servicios especializados.
Consuelo Tarragó Montalvo, investigadora perteneciente a dicho centro, explicó que, aun teniendo las ventajas de la informatización, los roles del gestor bibliográfico no dejan de ser imprescindibles, puesto que aportan la creatividad personal en la generación de proyectos y la atención al usuario.
Entre los logros más significativos de la institución se encuentra la creación de la Biblioteca Virtual de Salud, proyecto con un enfoque colaborativo internacional que permite compartir los recursos y la documentación disponibles entre profesionales y universidades. Igualmente, se ha llevado a cabo la creación de paquetes de libros digitales por especialidades, accesibles a través del dominio sld.cu con formato para móviles de sistema androide.
Pudiera pensarse que el proceso de informatización desarrollado en Infomed fue fruto de las condiciones impuestas por la Covid-19, que impidió el acceso presencial, sobre todo, a la biblioteca. No obstante, además de rediseñar sus protocolos sanitarios, los logros digitales mencionados estaban en marcha desde antes y tuvieron un lugar significativo cuando el profesional de la salud cubano necesitó acceder a la bibliografía médica.
“El llamado, en ese momento, estuvo volcado al tema vacunas y al tema de investigación de algo que no teníamos en publicaciones. Nosotros tuvimos que hacer el servicio de bibliografía para que no le faltara la información a nuestros investigadores que estaban en una campaña de búsqueda total (…) Por tanto, detrás de cada vacuna cubana estuvo un bibliotecario, lo voy a defender siempre”, afirmó María del Carmen González, directora de la Biblioteca Médica Nacional.
Fuente: La Ventana