Las imágenes dejadas por el poderoso huracán Melissa que con saña atacó las provincias del oriente cubano, dan la visión de la catástrofe sufrida por los millones de pobladores de Granma, Las Tunas, Holguín, Santiago de Cuba y Guantánamo.
Con una intensidad de categoría 3 en la escala de Saffir-Simpson, Melissa se adentró por la región del sur oriental y con vientos sostenidos de hasta 200 kilómetros por hora y torrenciales lluvias que alcanzaron hasta los 400 centímetros en algunas localidades, dejó inundaciones nunca vistas en las zonas afectadas y desastrosos daños en casas, empresas, alumbrado público, infraestructuras, agricultura, ganado vacuno, bovino, aves de corral, pero lo fundamental fue que no se perdió ninguna vida humana.
El gobierno, las organizaciones políticas y de masas en el país y en las provincias afectadas, tomaron las medidas pertinentes, antes y después del paso del meteoro, para resguardar a los pobladores y muchos bienes materiales.
Como resultado, el presidente Miguel Díaz Canel-Bermúdez, sentenció durante una Mesa Redonda en unión del Consejo de Defensa Nacional: «Estamos vivos, nuestro triunfo es la vida. No es un milagro, sino el resultado de la preparación, la organización, la disciplina, la solidaridad, la unidad y la voluntad de un pueblo en Revolución”, que incluso, bajo “las condiciones de otro brutal huracán que ya dura más de 60 años—en alusión al bloqueo económico, comercial y financiero del Gobierno de los Estados Unidos—, prioriza la vida humana»
Señaló el mandatario cubano que como dijo el General de Ejército Raúl Castro, “Fidel no tenía un sustituto, que a Fidel solo podía sustituirlo el Partido”. Enfatizó que no hay un solo individuo responsable de estas actitudes frente a la furia de la naturaleza y al imperio, sino una integración entre el gobierno, las Fuerzas Armadas, el Ministerio del Interior y las organizaciones políticas y de masas, a la que describió como «una red social verdaderamente poderosa porque no se cae cuando falla internet».
Y lo más significativo fue que al siguiente día del paso del poderoso huracán, como enseñaron Fidel y Raúl desde el principio de la Revolución en enero de 1959, Díaz Canel viajó a todas las provincias orientales afectadas y junto a ministros, altas autoridades del Partido y del Gobierno, habló con los pobladores, dio orientaciones para iniciar la recuperación y le aseguró a los habitantes que nadie quedaría desamparado.
En sus intercambios con los afectados y con las autoridades provinciales, señaló que comienza ahora «la tarea más dura»: la fase de recuperación y entre las prioridades inmediatas mencionó la necesidad de realizar un levantamiento serio y profundo de los daños, sanear y controlar la situación epidemiológica, y restablecer con celeridad los servicios esenciales de energía eléctrica, comunicaciones y agua potable.
La Revolución cubana cuyo país y pueblo sufren el bloqueo económico, comercial y financiero más largo de la historia, continúa siendo, en tiempos difíciles, un ejemplo de humanidad y solidaridad para el mundo.
Y en estos momentos recuerdo cuando el convicto presidente Donald Trump, en su primer mandato, y tras sufrir Puerto Rico los enormes daños provocados por los huracanes Irma y María, en septiembre de 2017, el mandatario visitó la isla colonial 15 días después y en un enorme gesto despectivo hacia la población, lanzó papeles de cocina a varias personas.
Además, después el magnate presidente negó la veracidad de un estudio de la Universidad George Washington (solicitado por el gobierno puertorriqueño) que elevó la cifra de muertos a 2 975 luego de incluir también a quienes fallecieron en los seis meses posteriores como resultado de la falta de atención médica, electricidad y agua potable.
Por eso Cuba hoy se enorgullece de contar con presidentes como Fidel, Raúl y Díaz Canel que han sido los primeros en acudir a los diferentes lugares del país donde ha ocurrido cualquier tipo de desastre. En tiempos difíciles, el presidente junto al pueblo.
(*) Periodista cubano. Escribe para el diario Juventud Rebelde y el semanario Opciones. Es el autor de “La Emigración cubana en Estados Unidos”, “Historias Secretas de Médicos Cubanos en África” y “Miami, dinero sucio”, entre otros.
Fuente: Cuba en Resumen
