El 25 de noviembre de 2016 nos hizo poner la conciencia, más que nunca, en la realidad política-económica-social-militar en el mundo, estuviésemos donde estuviésemos, en cualquier país, en cualquier continente, el Comandante Fidel había fallecido. En la tierra y el mar reverbera su nombre sin que el imperio haya podido desactivarlo, y por eso continúa presente y alimentando la conciencia revolucionaria de generaciones y generaciones. Para el gran dirigente revolucionario el campo en el que se desarrolla el trabajo político es el de la conciencia que forma el hombre/mujer nuevos, que si alcanza la medida de todo un pueblo hará frente al sistema que lo deshumaniza y somete.
Fidel, el Comandante Fidel, junto a sus camaradas, sabía que cada pueblo andaba en condiciones materiales propias disponiendo de sus propios pies, que los dogmas, los dictados, no eran instrumentos adecuados, que la práctica sobre la realidad multiforme debía producir elaboraciones genuinas que darían el nombre a la marcha revolucionaria. En el avanzar conjunto debe resaltar la más alta conciencia social, debe contagiar la fraternidad y el compromiso como un verdadero imán y cemento para la clase que debe realizar la transformación social.
Fidel, el maestro, se esforzó siempre en que el desarrollo de las fuerzas productivas, si se quiere que sean transformadoras revolucionarias, tendrán que avanzar con la conciencia revolucionaria en el pueblo, no se puede conseguir fuerzas productivas revolucionarias si no avanza en ellas la conciencia política, la lucha contra las bases materiales e ideológicas del capitalismo, el individualismo, el divisionismo, la indiferencia ante la causa de las injusticias.
En cierta ocasión el Comandante Fidel declaró que “la ciencia verdaderamente revolucionaria es la ciencia de la conciencia, es la ciencia de la confianza en el pueblo, en su capacidad para desarrollar la conciencia”, significando con ello que la conciencia colectiva creará riquezas colectivas.
Sin duda la creación de riqueza colectiva viene dada por la asunción de la conciencia de clase, la conciencia colectiva es la conciencia que avista profundamente y en la distancia el bien común. La conciencia colectiva combatió y derrotó a la tiranía capitalista que le guardaba Batista al imperio yanqui. El artífice de la conciencia del gran valor de la lucha común, fue el Comandante Fidel Castro Ruz.
Ramón Pedregal Casanova es autor de los libros: Gaza 51 días; Palestina. Crónicas de vida y Resistencia; Dietario de Crisis; Belver Yin en la perspectiva de género y Jesús Ferrero; y, Siete Novelas de la Memoria Histórica. Posfacios. Colaborador del canal Antiimperialistas.com, de la Red en Defensa de la Humanidad
