Un torbellino de acontecimientos en nuestra región y en el mundo, demuestran la ferocidad imperialista en esta etapa; mientras más se agudiza la crisis del capital, es mayor el ensañamiento en contra de la democracia, la soberanía, la independencia de los pueblos.
En Nuestramérica, estamos presenciando una verdadera Guerra Judicial para intentar aniquilar y neutralizar los liderazgos progresistas, socialistas y de izquierda con el fin de tratar de acabar con cualquier alternativa de resistencia ante una nueva restauración neoliberal.
En ese sentido, nos solidarizamos con el ex presidente Rafael Correa, dirigente histórico de la Patria Grande, víctima de la judicialización de la política ecuatoriana, utilizada como arma para hacer retroceder las conquistas y logros sociales de la Revolución Ciudadana que él impulsó.
Mediante la intimidación, la persecución política y la amenaza militar, los Estados Unidos pretenden desmantelar el proyecto de integración bolivariano. Están en la mira la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestramérica (Alba) y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac).
En la Patria de Bolívar y Chávez nos mantenemos alertas ante los planes de desestabilización de EEUU para nuestro continente. Mantenemos nuestra posición de preservar a América Latina y el Caribe como zona de paz, propuesta de la Diplomacia Bolivariana y la visión antiimperialista de la política exterior impulsada por el Comandante Eterno Hugo Chávez.
Con distintos procesos, cada uno con sus particularidades y características propias, América Latina inició hace más de dos décadas una nueva etapa de liberación, la cual se ve hoy amenazada por la voracidad neocolonialista de un nuevo monroísmo, planteado por la administración Trump, que quiere que volvamos a ser el patio trasero de Washington. No lo permitiremos.
El imperialismo quiere dividirnos, fracturarnos, para que regrese la oscura noche de los tiempos en que nuestros destinos eran decididos por el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial, la Organización Mundial de Comercio, siempre en beneficio del capital y las trasnacionales y en perjuicio de nuestros pueblos.
Veamos el triste y doloroso reflejo de Argentina, un viraje a la derecha neoliberal que sólo ha traído mayor miseria, hambre, desempleo, inseguridad social para la gente y ha endeudado al país por más de 50 años. Es una deuda que tendrán que asumir millones de argentinos de dos o más generaciones.
Aquí los patriotas, allá los colonialistas. Necesitamos redoblar la ofensiva y hoy más que nunca consolidar la unidad de los pueblos latinoamericanos y caribeños; la voluntad de las mayorías de continuar por el sendero de la justicia social, la libertad, la soberanía y la independencia no será obstruida por las élites políticas de la oligarquía apátrida, la burguesía comercial y la derecha continental, lacaya del imperio norteamericano.
Nosotros en Venezuela, continuaremos construyendo nuestro camino, el del Socialismo Bolivariano; y seguiremos impulsando el mundo pluripolar y multicéntrico, el intercambio solidario, la cooperación, el respeto, la no injerencia y la paz. Con mucha humildad, pero con un alto grado de responsabilidad, decimos que estamos conscientes del rol que tiene Venezuela en el reordenamiento de una nueva geopolítica mundial.
Está en marcha un proyecto para derrocar a gobiernos progresistas. El imperio necesita volver a instaurar regímenes lacayos en Latinoamérica, con la ayuda de las oligarquías locales, quiere destruirnos con el financiamiento de grupos y estructuras neofascistas, quiere golpes de Estado, guerras civiles, desolación y muerte para nuevamente saquear nuestros recursos. Pese a la arremetida, saldremos victoriosos.
El plan de los halcones de la Casa Blanca, carece de sentido histórico. Nuestros pueblos han iniciado la ruta inexorable para hacer frente a la crisis estructural del capitalismo construyendo alternativas propias, antineoliberales y antiimperialistas y, aunque circunstancialmente, algunos tengan gobiernos de signo contrario a sus intereses, no retrocederán en lo ya alcanzado. Así lo están demostrando.
Si nos mantenemos unidos, no volveremos a ser dominados. Dentro de las siete líneas estratégicas orientadas por el presidente Nicolás Maduro, fieles al legado de Chávez planteado en el Plan de la Patria, llamamos a organizarnos para reforzar la lucha internacional.
Ante este intento de recolonización, tenemos entonces que redoblar el paso, profundizar el conocimiento, fortalecer la conciencia y la Diplomacia de los Pueblos, y reafirmar a diario el compromiso con la independencia y la soberanía de la Patria Grande. Esa será una de las principales tareas a debatir en el IV Congreso del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), que ya comenzó a gestarse y a multiplicarse desde nuestras bases.
¡Con Chávez Siempre!
¡Todos con Maduro!
Sentir Bolivariano