Viernes, 24 de abril de 2020

Nos conocimos en 2006, en el Amazonas venezolano. Él tenía entonces 29 años y ya era especialista en Medicina General Integral. Su nombre es Julio Guerra Izquierdo. Navegamos juntos en una lancha rápida por el magnífico Orinoco junto a la entonces Alcaldesa de Atures, hasta San Fernando de Atabapo. El cielo, literalmente, se desplomaba; no como en los días húmedos y fríos de Turín, en los que no empieza ni acaba de llover, y cielo y tierra terminan indiferenciándose. En mi libro Venezuela rebelde (2006) lo recuerdo así: «sentado en una pequeña silla plegable de tela, levemente encorvado pero de cara a proa, haciéndole frente a las balas de agua que traía el viento, erizado por el frío, el semblante impasible, estoico».

Ahora tiene 43 años, es un nefrólogo destacado, su segunda especialidad, y Jefe de la Brigada Médica cubana en Turín, la Región italiana de Piamonte, tercera en casos de coronavirus. En Cuba es el vicedirector general del Hospital Gustavo Aldereguía de Cienfuegos. Pero además de su misión en Venezuela (con los yekuanas y los yanomami del Amazonas), acumula en su mochila otras dos: en el Quiché guatemalteco y en Djibouti, un pequeño Estado musulmán del Cuerno Africano.

En una entrevista que publicó hoy el periódico 5 de septiembre, me dijo: «Nuestro país está dándole un ejemplo al mundo de solidaridad, como ha hecho durante más de medio siglo, pero ahora se aprecia más, tanto en países pobres que son tradicionalmente receptores de la solidaridad, como en países ricos, poderosos, para los que resultaba difícil imaginar que necesitaran de nosotros (…) El reto mayor es que la Humanidad entienda que después del coronavirus tenemos que pensar la vida de forma diferente». Su itinerario como internacionalista deshace los prejuicios que invocan los voceros imperiales cuando alegan la existencia de una “guerra de civilizaciones”: los médicos cubanos han roto las barreras artificiales que nos separan; son admitidos como hermanos por sociedades y culturas precolombinas, islámicas o europeas. En estas fotos aparece vestido, para entrar en la zona roja, conversando con el Gobernador de Turín y junto al Ministro Consejero de la Embajada de Cuba, el Cónsul General de Cuba en Turín y el de Roma, y René Aveleira, el epidemiólogo cubano.
Pueden ver la entrevista completa aquí: Periódico 5 de septiembre

Vestido, para entrar en la zona roja
Conversando con el Gobernador de Turín
Junto al Ministro Consejero de la Embajada de Cuba, el Cónsul General de Cuba en Turín y el de Roma, y René Aveleira, el epidemiólogo cubano.

 

Por REDH-Cuba

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