Sábado, 25 de abril de 2020
Es 25 de abril, Día de la Liberación del nazi-fascismo en Italia. Mussolini, sostenido por el ejército alemán, se aferraba al poder en el Norte de la península. Una sublevación popular, respaldada por los guerrilleros (partisanos) que bajaban de las montañas, provocó la retirada de los alemanes. El Duce escapó, pero unos días después fue capturado y fusilado cerca de la frontera suiza. No hay actividades públicas este año, aunque la población no dejará de celebrarlo. En los desfiles del año pasado (suelen reunirse en las plazas del país decenas de miles de personas) la gente sostenía carteles muy significativos: “Hoy como ayer, antifascistas”, “La Resistencia no ha terminado. Levanta tu cabeza y lucha por la vida”, “Combate el miedo. Destruye el fascismo”.
Ayer viernes en la tarde nos adelantamos: cubanos e italianos, reunidos en el patio del hospital, cantamos a coro la canción que hoy es un himno antifascista, “Bella Ciao” (Adios Bella). El estribillo, que le da título, es ampliamente conocido en todo el mundo. No lo repetiré, para que se entienda la letra: “Una mañana / me levanté / y encontré al invasor. / Oh! Partisano, / llévame contigo / porque me siento morir. / Y si yo muero / de partisano. / Tu me debes enterrar. / Enterrar allá / en la montaña. / Bajo la sombra de una bella flor / Y la gente / al pasar dirá ¡qué bella flor!”.
Pero el encierro, un día de la victoria, puede ser explosivo entre estudiantes universitarios. Nuestros médicos y enfermeros reciben e intercambian saludos todos los días desde las ventanas y los pasillos del campus, donde también está ubicado nuestro edificio.
Hoy fue el paroxismo. Las canciones antifascistas, la algarabía juvenil y los aplausos se sucedían. De repente, algún estudiante puso en altoparlante el himno nacional de Cuba y todos hicieron silencio, mientras nosotros lo cantábamos. Fue como si nos abrazaran desde lejos. Dicen que el coronavirus cambiará el mundo, que lo hará mejor. No lo creo. Tendremos que cambiarlo nosotros. Pero hay suficiente energía, suficiente fuerza acumulada para hacerlo.