Adrián Ramón Benítez Proenza

Domingo, 26 de abril de 2020

Juegan, se embroman, como dos muchachos. Pero que nadie dude de la seriedad con la que asumen su trabajo. Los dos epidemiólogos de la brigada han vivido experiencias similares. Adrián Ramón Benítez Proenza estuvo, durante el cumplimiento de su servicio militar, pero voluntario, en la guerra de Angola, y René Aveleira Cutiño pasó cinco años ofreciéndole sus conocimientos médicos a un pueblo en Revolución bolivariana, y aprendiendo de ella. Ambos enfrentaron en África Occidental el más letal de los virus recientes, el ébola. René en Sierra Leona y Adrián en Liberia. Se entrenaron juntos en el IPK, pero marcharon a países vecinos. Después, regresaron a sus pueblos de origen en Cuba: Adrián a Báguanos, en Holguín; y René a Manatí, en Las Tunas.

Poco tiempo después, el destino, de la mano de la Unidad Central de Cooperación Médica, los uniría en una misión breve de dos personas, en unas islas tan distantes de la nuestra que el viaje, entre escalas y cambio de aviones, demora una semana: las islas Fiji, que habían sufrido el paso reciente de un ciclón. Todavía Adrián tendría tiempo para ir a Perú cuando la ciudad costera de Piura se inundó en 2017, por 75 días, y a Ecuador en enero de 2019, pero la mano peluda del imperialismo movería la del presidente de aquel país, para cortar la ayuda solidaria de Cuba a su pueblo.

Por eso coinciden ambos de nuevo en la cruzada contra el coronavirus en Italia, en el Viejo Mundo. En el hospital de campaña de Turín son los encargados de velar por la bioseguridad de nuestros colaboradores y de todo aquel que entre y salga de la zona roja. Trabajan desde las 8 de la mañana, hasta las 8 de la mañana del día siguiente: un día uno, y al siguiente el otro.

América Latina, África, Oceanía, Europa: donde quiera que han sido necesarios o útiles, donde quiera que los pueblos y gobiernos lo han solicitado, sean estos de una u otra ideología, en lo más profundo de la isla querida, o en lo más distante, allí han estado estos guajiros científicos. Sobre esta pandemia, me dijo René: “Los epidemiólogos y los sistemas nacionales de salud pública de todo el mundo, tenemos que hacer un alto y decir: hubo un antes del coronavirus y habrá un después del coronavirus. Las epidemias son características de países subdesarrollados, están muy asociadas a modos y estilos de vida no saludables o inadecuados, y también a las infraestructuras básicas de un país, pero esta dijo: no, me voy a presentar en países desarrollados. Primero en China, después se trasladó a Europa, y después a Estados Unidos; las economías más poderosas fueron afectadas por la pandemia. El mundo no estaba preparado para eso. Los sistemas de salud de los países capitalistas desarrollados están organizados para atender al paciente, no para ir a buscar la enfermedad a la comunidad, y esto influye mucho”.

En dos pueblos de Cuba los espera una familia: Leydi Cruz Paneque en Báguanos y Niurys Laidis Ortiz Pavón en Manatí, sienten el orgullo de compartir sus vidas con estos dos bromistas, que se toman la vida y la muerte en serio.

Adrián Ramón Benítez Proenza
René Aveleira Cutiño en el cuarto de cambio de ropa, junto al Ministro Consejero de la Embajada de Cuba
Adrián prepara a un doctor

René con los primeros valientes en entrar a la zona roja

 

Por REDH-Cuba

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