30 de junio de 2020
Lo vi bailando casino, un día de esparcimiento hogareño. El doctor Roberto Javier Avilés Chis conducía con sus movimientos exactos al resto de los bailadores. Hoy pudo haber sido de festejos, porque es su cumpleaños, y acaba de perder el título anunciado días atrás de ser el médico más joven de la brigada: al menos, ya comparte sus 27 años con su amigo entrañable, Jorge Luis Arenas. Pero no son días de fiesta. “En mi familia materna tengo antecedentes profesionales en la salud, mi abuela es licenciada en enfermería, mi mamá es licenciada en fisioterapia, tengo una prima que es doctora, que en estos momentos cumple también misión internacionalista”.
Los que han seguido mis crónicas recordarán que el Día de las Madres hablé con Roberto. Ahora completo el perfil. Es un joven serio –bueno, en el buen sentido de la palabra, como diría el poeta–, que sabe expresar sus ideas y sus sentimientos con exactitud. En Cuba, todos los días se levantaba bien temprano y viajaba hasta Artemisa, donde trabaja, aunque vive en el barrio centrohabanero de Los Sitios. “Porque fue mi propia vocación –afirrma– la que me llevó a ser médico, lo bonito que es ayudar a las personas, y la satisfacción tan grande que esto le puede producir a uno”.
El mundo de su padre es diferente, pero no es ajeno. Es músico y director de la orquesta villaclareña Alejandro y sus ONIX. Ha viajado con él a múltiples conciertos. “Me lleva a las actividades desde niño, y no es que mi padre sea músico, es que él es completamente un artista, en todas sus manifestaciones, y siempre me brindó sus conocimientos, el saber no ocupa espacio, saber algo nuevo todos los días es muy bueno”. No lo incentivó sin embargo a seguir su camino. A los 9 años probó suerte en la Escuela Benny Moré de Cienfuegos, pero la música no era su vocación. Sin embargo, desde niño le gusta bailar, y estuvo en varios grupos de baile.
“Soy hijo único. Tengo dos hermanastros mayores, que son como mis hermanos, mi papá los ha criado, son como hijos de él, y han estado junto a mí toda la vida porque llevan 27 años al lado mío y son magníficas personas: él es médico y mi hermanastra es abogada. Hemos tenido buenas guías. Ellos por parte de mi padre y de su madrasta y yo por parte de mi padre y de mi mamá, que es la guía mayor, la que siempre ha estado conmigo, apoyándome en cada paso que he dado, mi madre lo es todo para mí, lo más importante que tengo en la vida y lo que me motiva a seguir superándome”.
PD. Roberto, de pie, es el segundo de derecha a izquierda.