La forma de titular este artículo pudiera parecer un exabrupto, reflejar la creencia de que la historia es cíclica y repetitiva o que el proceso venezolano contemporáneo, iniciado –por mencionar una fecha hito o referencial- en 1989 con la rebelión de las comunas de aquel 27 de febrero, es copia y calco del cubano con la revolución triunfante en 1959.

Se me ocurre mezclar en mi mente, y para ustedes en esta nota, el intento de invasión yanqui-sionista contra Cuba en 1961 y el intento de invasión (igualmente yanqui-sionista) del Palacio de Gobierno (Miraflores) en Venezuela en 2002, porque ambos acontecimientos de pueblos en procesos particulares, puntuales y bien diferenciados, tenían una misma expresión de rebeldía frente a un poderoso enemigo global, burgués, explotador, imperialista y opresor, manejado por lo que llamamos en genérico los amos del mundo o la Santa alianza del poder transnacional del capital.

Ambos intentos de «invasiones» o de recuperación del Poder político del Estado cubano y también del Estado venezolano, por parte del imperio capitalista, recibieron sendos reveses de partes de dos pueblos que respondieron desde su conciencia.

Las respuestas o los reveses se correspondieron con el ahora propio de cada uno de ellos y con los protagonistas de cada «aquí» irrepetibles, por muy parecidos que fueran. Cuba es Cuba y Venezuela es Venezuela, así como Nicaragua es Nicaragua, Vietnam es Vietnam, China es China, Irán es Irán, Rusia es Rusia y cada revolución es distinta. Lo que sí los comunistas (los hace comunes) es el carácter expandido del trabajo como expresión «material» u «objetivable» de la conciencia de clase proletaria.

Y hay algo más, algo fundamental y emblemático en los pueblos de Cuba y Venezuela, en las fechas que estamos recordando (¡Prohibido olvidar!) en este abril de «resurrecciones» para dos revoluciones Caribes, que justo colocadas al borde de sus muertes, bloqueos, terrorismo, mercenarios, marines y medios de comunicación, propagandas y mentiras, retoman el aliento desde sus corazones, el aliento desde sus particulares conciencias, y ambas se declaran socialistas.

Tanto la invasión a Cuba por playa Girón como la invasión a Venezuela por Puente Yaguno, perseguían dar muerte a dos pueblos enrumbados hacia una misma liberación por la que seguimos amando y construyendo hasta la victoria final. Declararse (declararnos) socialistas o encaminados en la construcción de la sociedad nueva, sin explotadores ni explotados, sin opresores ni oprimidos, en igualdad y justicia, es el acontecimiento más significativo para estos dos pueblos y también para toda la humanidad.

En este Abril (¡Acuérdate!, como Amaury Pérez en su canción, Silvio Rodríguez en su Playa Girón o nuestro Lloviznando cantos con su Y bajaron) pensamos, defendemos y festejamos saber que «a cada 11 le llega su 13» o le llega su Playa Girón o un mundo nuevo y solidario hecho con la fuerza del amor y la conciencia.

Por REDH-Cuba

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